Valdejalón

Más de una década de escucha a quienes trabajan en el campo

Mohamed y Liviu son los rostros del programa de agentes de convivencia en Valdejalón para ayudar a los temporeros. De ellos, un 73% pisan la zona por primera vez.

Mohamed Islah y Marian Urbano, en primer plano. Al fondo, Raquel Rodríguez y Liviu Crisán
Mohamed Islah y Marian Urbano, en primer plano. Al fondo, Raquel Rodríguez y Liviu Crisán
Macipe

Mohamed Islah y Liviu Crisán siempre tienen una palabra en la boca: ayudar. Es, al fin y al cabo, la síntesis de su trabajo dentro del programa de agentes de convivencia que se puso en marcha hace más de una década de forma pionera en la comarca de Valdejalón dentro de su proyecto de acogida, orientación y mediación intercultural con temporeros extranjeros para las campañas agrícolas. Según los datos del año pasado, un 73% de las personas que llegan para trabajar en este periodo en la zona lo hacen por primera vez.

"Lo que hacemos es acercarnos y ofrecerles ayuda, explicarles los servicios que existen y atenderles", reconoce Mohamed, que a sus 20 años es la primera vez que participa en la iniciativa.

Desde la experiencia habla Liviu, natural de Rumanía y que empezó en esta labor al mismo tiempo que el propio programa: "Buscamos facilitar la integración, mostrar que alguien se preocupa por ellos, que les escuchamos siempre de igual a igual. Nunca con superioridad", subraya.

Ambos trabajan bajo la coordinación de la Consejería de Acción Social de la entidad supramunicipal, donde en estas fechas también participan una trabajadora social y una persona de apoyo administrativo.

"Las campañas han mejorado muchísimo, porque los propios agricultores han ido avanzando e incluyendo bastantes cambios a mejor. Sigue habiendo algún problema de infravivienda, pero la situación no tiene nada que ver con hace un tiempo", indica Marian Urbano, directora técnica del departamento. Es algo que ha atestiguado durante esta década el propio Liviu, según apunta él mismo.

Con el paso de los años este modelo ha inspirado a otros territorios frutícolas. "Es algo que comenzó en esta zona y que se ha ido extendiendo, porque tiene muy buenos resultados y mejora la convivencia", argumenta Marta Gimeno, presidenta de la demarcación. Así, de una parte, los agentes de convivencia se centran en visitas presenciales tanto a las zonas de alojamiento como a las de trabajo para cerciorarse de que los temporeros están en unas condiciones dignas u ofrecerles algunas alternativas para conseguirlo.

Dentro del proyecto, como apunta Urbano, se fomenta la realización de fichas documentales para recoger la situación en la que vienen, si tienen alojamiento y contrato de trabajo, facilitar la inserción laboral y abrir una ficha temporal sanitaria. "Lo de la ficha sanitaria lo hacíamos ya antes de la covid, porque es algo que facilita mucho el trabajo de los médicos", puntualiza. Además, se les proporcionan dos bolsas de alimentos básicos y formación.

"Reciben talleres y charlas de español, pero también, con otras entidades, sobre derechos laborales, primeros auxilios, consejos sanitarios, educación sexual y, ahora, sobre vacunación y medidas de seguridad", detalla Raquel Rodríguez, trabajadora social dedicada a este programa. Entre otras posibilidades que se ofrecen en La Almunia y Ricla, con la colaboración de ambos ayuntamientos al ser las poblaciones de mayor atracción de personas, están los servicios de duchas, lavandería y secadora.

El proyecto de acogida comenzó ya en 1992 y es uno de los pilares sobre los que desarrolla su actividad el área de Acción Social, donde coinciden 11 trabajadoras sociales, dos educadoras y personal administrativo.

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