CORONAVIRUS

La inmunidad de rebaño empieza a ser una realidad en pueblos pequeños

Fraella, en la provincia de Huesca, o Miravete de la Sierra, en la de Teruel, tienen al 70% de la población vacunada.

Residentes en Fraella (Grañén), un pueblo con el 80% de sus habitantes ya vacunados.
Residentes en Fraella (Grañén), un pueblo con el 80% de sus habitantes ya vacunados.
P. Puértolas

La ansiada inmunidad de rebaño, aún lejana en los grandes núcleos de Aragón, es ya una realidad en localidades como Torrelapaja (Zaragoza), Fraella (Huesca) o Miravete de la Sierra (Teruel), donde al menos el 70% de los vecinos tiene puestas las dos dosis contra la covid-19.

Zonas de salud como las de Villarroya de la Sierra, Ariza, Luna, Campo de Belchite, Sos, Ayerbe, Almudévar o Hecho despuntan con más de un 35% de la población totalmente vacunada, más de diez puntos por encima de la media regional. El listado lo encabeza la de Muniesa, con un 46,7%, mientras que la de Báguena se sitúa en el 45,8%. No obstante, solo unas pocas poblaciones de edad más avanzada y menor número de habitantes pueden decir por ahora que han alcanzado la inmunidad de grupo, una meta a la que el resto de Aragón no llegará al menos hasta finales de agosto.

Su rutina no es distinta a la de otras zonas con menores porcentajes, pero sus gentes respiran «con mayor tranquilidad» tras 14 meses de incertidumbre y restricciones. Esperan, de hecho, que pronto puedan quitarse la mascarilla en el exterior, ya que su incidencia está muy por debajo de los 150 casos por cada 100.000 habitantes que permitirían levantar estas y otras restricciones.

En Los Monegros, una de las comarcas más envejecidas, el avance de la campaña de vacunación ha cambiado el semblante de muchos de sus habitantes. Con el 80% de sus 35 vecinos vacunados, la mayoría de avanzada edad, la pedanía de Fraella, que forma parte del municipio de Grañén, ha alcanzado la denominada inmunidad de grupo.

Miravete de la Sierra pueblo con mas del setentaicinco por ciento vacunados /2021-05-28/ Foto: Jorge Escudero[[[FOTOGRAFOS]]]
Miravete de la Sierra, pueblo con mas del 75% vacunados.
Jorge Escudero

«Con el paso del tiempo y con las vacunas ya no tienes ese miedo. Ahora nos sentimos más protegidos», reconoce Pilar Juste, que, junto a otras vecinas, charla animada en la plaza, en la que han vuelto a compartir tertulia desde hace algunas semanas. Eso sí, con mascarilla y guardando la distancia. «Tenemos que continuar portándonos bien», aclara otra de las reunidas, Josefa López. «Desde el principio, hemos tenido claro que somos una familia y hemos cuidado los unos de los otros siendo responsables y cumpliendo las normas», añade.

Y las cifras avalan sus palabras. De hecho, ninguno de sus vecinos ha resultado contagiado. Hasta hace unos días, el club social ha permanecido cerrado y las calles del pueblo, prácticamente vacías, sin que sus habitantes recibieran la visita de hijos y nietos. «El pasado fin de semana fue el primero que volvieron a verse críos jugando en la plaza», explican. «Teníamos muchas ganas de vacunarnos y sentirnos más protegidos, aunque mis hijos siguen siendo muy cuidadosos. Aún entran en casa con la mascarilla puesta y guardando la distancia. Y para comer ensanchamos la mesa», comentan Mariano Salinas, de 84 años, y su mujer, Águeda Gracia, de 74.

De los que viven en el pueblo, y repasando casa por casa, solo cuentan media docena sin recibir el correspondiente pinchazo. Débora Ayuso y sus dos hijos, de 9 y 6 años de edad –los únicos niños que residen en esta pedanía–, forman parte de este grupo. Aunque ahora se siente más protegida, la mujer recuerda que los fines de semana acude gente de fuera y, por lo tanto, aunque estén más tranquilos, «hay que seguir siendo prudentes». Tampoco está inmunizada Susana Puyal, que, junto al resto de vecinas, se encuentra en la plaza. «No tengo prisa. No salgo de aquí y prefiero esperar», explica.

En la provincia de Zaragoza, la zona básica de Villarroya de la Sierra, que incluye a otros ocho pueblos, tiene ya vacunados al 89% de los mayores de 55 años, y el dato global alcanza el 39,4%.

En Torrelapaja, donde en invierno apenas viven entre 10 y 12 personas, quedarían una o dos por vacunar, según cuentan sus vecinos. Su alcalde, José María Martínez, recalca que, independientemente de estas estadísticas, la gente ha tenido y sigue teniendo mucho cuidado. «Muchos solían irse a Zaragoza, Calatayud o Soria a pasar los meses de más frío, pero este año han decidido quedarse para tener una mayor seguridad. Este verano, con el grueso ya vacunado, podrán llevar una vida casi normal, con el cumplimiento, obviamente, de las restricciones que haya en cada momento», dice.

"La gente ahora sale más"

En Villarroya, vecinos como Vicente Mínguez, de 82 años, y José Luis García, de 69, presumen de inmunización. «No noté nada, ni en la primera ni en la segunda dosis. Fue todo muy rápido y muy bien», destaca este último.

Los elevados porcentajes de inmunización empiezan a notarse en el comercio local. «La gente sale más y viene más fines de semana a ver a sus mayores. Parece que hay algo más de confianza», dice José Ángel Bueno, que regenta una tienda de alimentación en el municipio.

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Vecinos de Villarroya de la Sierra con la pauta completa.
MACIPE

José Codes, director de Atención Primaria del Sector Calatayud, confirma que tanto este como otros municipios de la zona rozan ya la inmunidad de grupo, circunstancia que achaca a la edad media de la población. «Hablamos de una de las zonas más envejecidas de Aragón, hay muy pocos jóvenes», recuerda.

En la localidad turolense de Miravete de la Sierra, 5 de sus 6 vecinos –el 83,3%– ya están vacunados. A ellos se suma cada fin de semana y siempre que puede el alcalde, José Listo, que vive en Zaragoza y también ha recibido las dos dosis. Ahora respiran más confiados, pero recuerdan que el pueblo ha sido una burbuja natural durante toda la pandemia, pues no ha habido ni un caso de covid.

En este sentido, la vida cotidiana antes y después de la vacuna no ha cambiado demasiado. «Si uno no se cruza con nadie y pasa el rato en el huerto, el riesgo es casi nulo», explica Listo. Pese a ello, todos han seguido las medidas restrictivas y solo ahora empiezan a quitarse la mascarilla en el exterior. Juan Manuel Pérez, uno de los habitantes, añora los tiempos prepandemia, cuando se desplazaba los sábados con otros vecinos a Villarroya de los Pinares a comprar al mercadillo y almorzaban juntos en el bar. El coordinador del área de salud de la zona, Eduardo Comas, advierte: «No hay que bajar la guardia, la vacuna no es infalible al 100%».

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