Redactor de HERALDO DE ARAGÓN

Miedo al fin de la alarma

Concentración por la mujer asesinada en Zaragoza por su pareja.
Concentración por la mujer asesinada en Zaragoza por su pareja.
Guillermo Mestre

El final del estado de alarma ha empezado a llenar las carreteras durante los fines de semana. Pero esa no es la única consecuencia de la normalización de la vacunación. Por desgracia, el pasado fin de semana se produjo la primera víctima de género asesinada este año por su expareja en Zaragoza y el primer joven asesinado en la zona de bares de Doctor Cerrada.

Los psicólogos y psiquiatras aragoneses tienen claro que los efectos del final de la pandemia están por dibujarse todavía y no apuntan buenas cifras. Ellos, como casi todo el sector de la salud, habrían dilatado el final del estado de alarma ante el peligro que todavía acecha a la sociedad y sobre todo a los menores de 50 años, que todavía no han recibido la primera vacuna.

Aun así, cuando hablan entre ellos, en los pasillos de los juzgados, en sus despachos o en las clases de la Universidad, transmiten un cierto miedo a este final por la incertidumbre. Ellos comprobaron el incremento sin precedentes de las consultas por la salud mental.

Esta es una ola invisible y complicada para medir todavía, pero los expertos anuncian el peligro de la fatiga post covid. De hecho, hay un efecto que empieza a registrarse con los seis casos de la violencia de género en España en apenas una semana y eso necesita un freno contundente, como se reclamó en las concentraciones realizadas en el barrio de las Fuentes y ayer en varios puntos de la ciudad.

Los divorcios han crecido como consecuencia de la convivencia de las parejas en las casas. La violencia se había quedado confinada en las viviendas empieza ahora a regresar a la calle. La sociedad debe implicarse en su freno.

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