medio ambiente

Las cigüeñas se ponen cómodas en Aragón

El Valle del Ebro se ha convertido en un territorio acogedor para esta especie, cuya población no deja de aumentar. Causan unos 150 incidentes al año en la red eléctrica.

Las cigüeñas han encontrado en el valle del Ebro un hogar acogedor. Su número no deja de crecer desde hace décadas y, cada vez más, muchas optan por quedarse por aquí durante todo el año. 

El clima propicio y el abundante alimento que encuentran en vertederos y regadíos convierten Aragón en un buen sitio para establecerse provisional o definitivamente.

Aunque no hay un censo actualizado, los biólogos y naturalistas que observan con frecuencia estas aves señalan que su población aumenta “sin parar”. “Las cigüeñas estuvieron al bordo de la extinción en los 70 por los venenos que se usaban en el campo, pero se recuperó y su presencia ha crecido sin parar”, comenta Luis Tirado, delegado de Seo Birdlife en Aragón.

El entorno de Zaragoza, las Cinco Villas, la Hoya de Huesca o los Monegros son algunos de los puntos que han elegido para proliferar. Esto ha creado problemas con algunos de sus nidos, que pueden llegar a pesar varias toneladas. Se tiende a retirarlos de las iglesias, debido al peligro que suponen para su estructura y, por tanto, para los propios ciudadanos. En Peñaflor, esta misma semana se han trasladado nueve de ellos a una torre disuasoria cercana. Solo se ha dejado uno en la torre de forma simbólica, sobre una plataforma preparada. El ornitólogo José Antonio Pinzolas critica que en otros lugares se retiren todos, ya que “los nidos en las iglesias forman parte de nuestro patrimonio cultural”.

Otra de las consecuencias de su presencia son los cortes de luz que provocan, por la electrocución de las propias cigüeñas al chocar con las líneas, por sus excrementos o por la caída de los nidos sobre el tendido. Endesa registra unas 150 incidencias al año de este tipo en Aragón, lo que provoca entre 300 y 400 horas de afecciones en el suministro eléctrico.

"Su presencia en Aragón ha aumentado más que la media nacional, porque gracias a los cultivos han encontrado una fuente de alimentación inesperada"

Las cigüeñas causan el 90% de las incidencias provocadas por aves en la red eléctrica, y la compañía actúa (con autorización del Inaga) sobre unos 85 nidos cada año. Se revisan y recortan los nidos para evitar cortocircuitos, se retiran los que provocan más incidentes y se colocan dispositivos para evitar que se vuelvan a instalar.

En algunos puntos de Aragón, su presencia resulta impactante. La combinación de regadíos y vertederos en un espacio cercano hacen que se sientan especialmente cómodas. Es algo que ocurre en el entorno de la carretera de Castellón y en Ejea de los Caballeros, donde se agrupan dos de las colonias más numerosas. En el eje que recorre La Cartuja Baja, El Burgo de Ebro, Fuentes de Ebro y Quinto se pueden contar alrededor de 200 nidos en postes de luz, catenarias del tren, torres, iglesias, etc. Solo en la estación de tren de La Cartuja, convertida en una especie de santuario de cigüeñas, se cuentan unos 40. La cercanía de el río Ebro, los campos de regadío y el vertedero de Torrecilla hacen que sea el lugar perfecto para ellas.

“Su presencia en Aragón ha aumentado más que la media nacional, porque gracias a los cultivos han encontrado una fuente de alimentación inesperada, que es el cangrejo americano. Lo devoran”, cuenta Tirado. Además, muchas de ellas realizan una especie de ‘ruta de vertederos’ entre Lérida, Aragón y La Rioja, territorios que recorren de un lado para el otro buscando estos espacios con comida en descomposición. “Muchas de nuestras cigüeñas hacen migraciones parciales, se van de donde han criado a otros territorios cercanos y luego vuelven”, confirma Pinzolas, quien pone el ejemplo de una cigüeña que anillaron en Lanaja: “Esta pasa el invierno en Ejea de los Caballeros, por el vertedero y los arrozales, y luego se vuelve a criar a Lanaja”.

Las tradicionales migraciones a África durante el invierno cada vez son menos frecuentes. Según los estudios de Seo Birdlife, el cambio de continente lo hacen aproximadamente la mitad de las cigüeñas blancas. “La inmensa mayoría son ejemplares jóvenes, porque su genética les dice que tienen que ir”, señala Tirado. En cuanto al resto, un 25% viajan a Andalucía y el otro 25% se quedan en el entorno en el que se han establecido, como el propio valle del Ebro.

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