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Respetuosos, sensatos, mediadores... "En Aragón se es como hay que ser"

Javier Galdós, director regional de El Corte Inglés en Aragón, Navarra y La Rioja; Esther Borao, directora de Itainnova; Juan Manuel Chicote, director del departamento de Personas del Grupo DKV; Pedro Pablo Andreu, director general de Fersa Bearings; y Ana Solana, presidenta de la Asociación de Directivas de Aragón y directora de Recursos Humanos de la multinacional Exide Technologies, buscan la esencia de Aragón y del modo de ser y de pensar de los aragoneses, sus fortalezas y debilidades, en un intenso debate a cinco, celebrado en el Museo Goya de Zaragoza.

Javier Galdós, Esther Borao, Juan Manuel Chicote, Pedro Pablo Andreu y Ana Solana, en el Museo Goya.
Javier Galdós, Esther Borao, Juan Manuel Chicote, Pedro Pablo Andreu y Ana Solana, en el Museo Goya
Oliver Duch

El gran pensador aragonés Joaquín Costa sentenció en su día que "Aragón se define por su Derecho, es el rasgo más sobresaliente del carácter aragonés". Otro grande de la tierra, Goya, el más universal, dicen que dijo que "el mayor enemigo de los aragoneses son los aragoneses". Es complicado definir la idiosincrasia de todo un pueblo, lo que le caracteriza y distingue. El debate suscita controversia. Pero todos asienten cuando Ana Solana, presidenta de la Asociación de Directivas de Aragón, afirma que "en Aragón, se es como hay que ser". Porque "aquí se respeta a la gente, esta no es tierra de imposiciones; y ese respeto a la libertad del otro forma parte de la idiosincrasia de los aragoneses". Quizá por su tradición pactista, interviene Javier Galdós, director regional de El Corte Inglés en Aragón, "el aragonés rehúye el conflicto y se adapta fácilmente a todo, pero, precisamente por eso, hemos perdido muchas posibilidades". Para Solana, ese "evitar el conflicto", significa "tener la capacidad de llegar a acuerdos, lo que viene siendo la manera de trabajar desde la Edad Media". Por naturaleza, el aragonés quiere mediar, está en sus genes. Por contra –y vuelven a coincidir–, Aragón "no enfatiza lo suyo". Sus fortalezas "no adquieren protagonismo fuera, porque tampoco se reconocen, no se ponen en valor desde dentro". Para la directora de Itainnova, Esther Borao, la clave radica en que si de algo peca el aragonés es de modestia. "Tenemos mucho potencial y hacemos las cosas bien, pero no lo aireamos tanto como hacen otros. De entrada, somos cerrados, pero enseguida abrimos las puertas a la gente, al talento, y no tenemos ningún problema; sin olvidar que somos muy emprendedores", afirma.

La constante histórica planea sobre el debate desde su inicio; Galdós y Solana aluden a que Aragón y Castilla son el germen del país y a que, en esta tierra, la identidad aragonesa no es incompatible con la española. "Las personas que hemos crecido en estos entornos somos más libres, somos lo que somos sin necesidad de estar justificando constantemente lo que somos", argumenta la presidenta de las ejecutivas aragonesas.

"Culturalmente, somos una de las regiones que más podríamos aportar a este país, pero nos falta saber vendernos"

La comparación con otros territorios vecinos como el País Vasco o Cataluña, con mayor tensión social pero mucho más ricos y poblados, es inevitable y necesaria. Para Pedro Pablo Andreu, director general de Fersa, empresa zaragozana que forma parte de un importante grupo internacional, no se trata tanto de una cuestión identitaria, como "exclusivamente económica". "Somos pocos y Aragón representa el 3% del PIB de España –un país medio en la UE–; y, objetivamente, tenemos pocos elementos de presión". En su opinión, "deberíamos identificar ese centro que realmente nos hace distintos y buscar la manera de generar valor y riqueza en torno a él. Es muy difícil, y si no lo hemos conseguido es porque nuestro peso económico es poco relevante". "Efectivamente –asiente Galdós–, económicamente, pesamos poco. Pero esta tierra tiene muchas virtudes a las que no les sacamos provecho ni partido. Culturalmente, somos una de las regiones que más podríamos aportar en este país, pero nos falta saber vendernos. No sabemos vender ni Aragón ni a los aragoneses".

La marca Aragón, allá por donde vamos

"Por eso es importante llevar la marca Aragón allá por donde vamos, para innovar y traer empresas, que, a su vez, puedan atraer el talento joven, teniendo en cuenta que somos un centro logístico bueno a nivel nacional; pero necesitamos el apoyo institucional", asegura Juan Manuel Chicote, director del departamento de Personas de DKV.

A la falta de peso económico en el parqué nacional se suma otro factor fundamental, el político. "Al final, las decisiones, los pulsos son de la política y aquí son débiles", asegura Solana, que insiste en que lo que tenemos que defender es el sentido común, la sensatez del aragonés, que aquí sobra y tanta falta hace en otros lugares. "De hecho, Aragón es ejemplo, banco de pruebas del país, es el Ohio español. ¿Pero cómo pones eso en valor?", pregunta. Javier Galdós recoge el guante: "Si Aragón es banco de pruebas es porque los aragoneses tienen una cosa que se llama ‘sentido común’ y lo aplican bastante bien. ¿Qué nos falta?»... Las respuestas no se hacen esperar: "la prepotencia que demuestran otras regiones", "sentir más orgullo por lo nuestro", "dejar de sentirnos acomplejados", "abandonar el victimismo", "sacar pecho"...

Desde luego, si de algo puede ‘sacar pecho’ esta tierra es de su patrimonio histórico artístico y de sus ricos y diversos espacios naturales, verdaderos puntales de un sector turístico al alza, que, sin embargo –en el sentir del grupo–, adolece de buenas estrategias de promoción y difusión, tanto en el interior como en el exterior de la Comunidad. "Aragón tiene mucho que ver, mucho que enseñar, sí –apunta Pedro Pablo Andreu–, pero debemos buscar esa singularidad –insiste–, estructurarla de alguna manera y hacerla atractiva para que atraiga el tipo de turismo que queremos tener, no un turismo cuantitativo, sino cualitativo y sostenible, un turismo del siglo XXI, que genere riqueza y sea respetuoso con el medioambiente. Y no lo hacemos, como otras tantas cosas, porque nos falta visión, que parta de una ambición sana, tener claro qué es lo que queremos, un liderazgo para ejecutarlo y luego, insisto, determinación".

Estrategia, dinero y mucho ‘lobby’

"Determinación y educación desde pequeños, desde la escuela –añade Esther Borao–, porque, para querer lo nuestro, para poder ‘venderlo’, primero tenemos que conocerlo. Por lo general, lo que menos valoras es lo que tienes más cerca". "Nos falla la estrategia –interviene Ana Solana–. Decidir a dónde queremos ir y poner un plan al alza para conseguirlo. Pero la estrategia implica dinero y mucho ‘lobby’, que haga presión, porque, al final, hay otras regiones interesadas en lo mismo que nosotros". Juan Manuel Chicote incide en que para vertebrar Aragón es muy importante "hacer marca" también del resto del territorio, no solo de Zaragoza, que acapara la mayor parte de la población y riqueza económica, "lo que perjudica el crecimiento de otras zonas como Teruel y que ya propició la creación del movimiento Teruel Existe".

Por último, a los aragoneses también nos falta poner en valor la importancia que tiene la Virgen del Pilar como patrona de la Hispanidad, "que parece que nos da reparo alardear de ello" –aspecto en el que coinciden Chicote y Galdós–, ser más creativos con nuestras tradiciones y transmitir nuestros valores.

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