"No duermen juntos y comen por turnos, pero no puedo estar las 24 horas encima"

Vicente López, productor de melocotón de la comarca de Valdejalón, divide sus cuadrillas, las aloja en espacios diferentes y les proporciona el material de protección. 

Vicente López, en sus instalaciones para temporeros de Ricla.
Vicente López, en sus instalaciones para temporeros de Ricla.
Macipe

Cajas con 600 mascarillas FFP2, botes de gel y carteles con la normativa anticoronavirus en inglés y en rumano. En la finca que Vicente López regenta en Ricla, en el núcleo de la comarca de Valdejalón, todo está preparado para cuando empiecen a llegar los temporeros. Hasta entonces, toca esperar y cruzar los dedos: "Llegamos a la campaña con nerviosismo, como el año pasado, intentando hacer todo lo que está en nuestra mano para que salga bien", explica este productor y responsable del Área de Relaciones Laborales de UAGA.

En su caso, dispone de una zona fija preparada como alojamiento a la que añade otra provisional que habilita cuando el inicio de los trabajos es inminente.

En el primero de los espacios hay cocina, duchas y zona para dormir. "Vendrán unas 20 o 25 personas y 12 se quedarán aquí. Intentamos es que no se mezclen quienes residen en la explotación con los que vienen de Ricla, Calatorao o La Almunia", detalla.

Eso implica un mayor control, pero, como recuerda López, hasta un límite: "No duermen todos juntos y se les insta a comer por turnos, pero yo no puedo estar las 24 horas encima de ellos diciendo ‘no comas con éste o no te juntes con el otro’». A su vez, insiste en que como ya le dijo al Gobierno de Aragón, su responsabilidad "se extiende durante las ocho horas de trabajo". "Fuera de ahí, y de darles las indicaciones, no puedo hacer más", dice.

Esta temporada será la segunda que ponga todas estas medidas en marcha. "Parte son una cuadrilla de pakistaníes de la zona de Cataluña que ya vinieron el año pasado. Ya entonces estaban muy concienciados, son muy responsables y sensatos", valora.

Su labor irá desde el aclareo hasta la recogida de fruta y embolsar melocotón. "En el sector agrario es complicado el contagio trabajando al aire libre. No es imposible, pero sí difícil», matiza.

Sin embargo, sitúa la principal dificultad en otro aspecto: la movilidad. "Los problemas el año pasado llegaron, principalmente, con la gente que venía de empresas de trabajo temporal y con aquellos que se relacionan más. Había quien iba y venía entre Lérida y Aragón todos los días", advierte.

Es en ese mismo punto, en el control de los desplazamientos, donde el concejal de Agricultura de Calatayud y también agricultor, Jorge Lázaro, pone el acento: "Es necesario que se tenga más en cuenta, ya que con las heladas el trabajo no será tan abundante".

El Consistorio habilitó en 2020 un espacio ‘online’ para aunar la oferta de mano de obra y que los interesados pudieran ponerse en contacto con ellos. "Fue un éxito y hubo muchas solicitudes", defiende Lázaro. "Sería algo que se podría copiar a nivel autonómico como forma de limitar los desplazamientos", estima.

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