Tarazona confinada:"El jarro de agua fría sería menor si el cierre fuera comarcal"
A los dos meses de su primer desconfinamiento, los turiasonenses reciben con resignación las nuevas medidas.
Los turiasonenses recibieron este lunes con resignación un nuevo confinamiento, el segundo en esta pandemia, que entienden por razones sanitarias pero que lamentan no tenga un carácter comarcal que aliviaría las pérdidas económicas que este nuevo cierre va a provocar en los comercios y la hostelería. Se veía venir tras los últimos datos de incidencia acumulada. Una noticia esperada que se encargó de confirmar el propio alcalde del PP, José Luis Arrechea, y que llega justo dos meses después del sosiego que supuso el fin del primer cierre perimetral de la ciudad que se vivió entre los pasados 15 de enero y 5 de febrero.
"Se recibe como un jarro de agua fría que sería menor si el cierre fuera comarcal. Como cabecera, la ciudad seguiría cumpliendo una función de proveedora de servicios a pueblos más pequeños y el comercio", explicó Ana Tarazona, gerente de la Asociación de Comercio, Servicios e Industria que cuenta con 195 socios. Un 30% de la actividad depende en buena medida de los pueblos de la comarca de Tarazona y el Moncayo, además de que se ha perdido el flujo de clientes de la ribera navarra y de Ágreda y otros pueblos cercanos. No obstante, Tarazona antepone "la salud" y recuerda que los establecimientos de la localidad "son seguros porque en ellos se extreman las medidas higiénico-sanitarias".
"Resignación, es lo que toca, qué le vamos a hacer", aseguró Julio Segura, uno de los propietarios de la cafetería Amadeo. De su plantilla habitual aún tiene personal de cocina en ERTE y estas dos semanas las van a aprovechar para que el equipo que trabaja "recupere días de fiesta y vacaciones que tiene pendientes". "De momento vamos a seguir aguantando así, si luego las restricciones se prolongan más tiempo ya veremos", apuntó. Cruzó los dedos para que el buen tiempo acompañe y "por lo menos la gente de Tarazona pueda aprovechar las terrazas". El restaurante Saboya vinculado al bar tuvo que cerrar el domingo al dar positivo uno de los profesionales de la cocina.
Justo antes de Semana Santa, en los colegios Moncayo y Nuestra Señora de Pilar se registraron positivos entre los alumnos, aunque no fue necesario clausurar aulas y no se produjo transmisión comunitaria. En uno de ellos los contagios eran de varios hermanos de una misma familia numerosa, aunque las pruebas realizadas a sus compañeros dieron negativo.
Los pueblos de la comarca tienen un sentimiento ambivalente. "Al ser un confinamiento solo del municipio supone una serie de inconvenientes para la relación diaria con Tarazona pero, al mismo tiempo, está claro que los expertos en sanidad saben lo que es mejor", lo resumió Ana Carmen Calavia, alcaldesa de Malón.
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