Covid-19

Carretera y mascarilla para la vuelta a casa más esperada tras el estado de alarma

Cientos de aragoneses ‘de adopción’ y residentes en otras comunidades viajarán durante las primeras horas de la nueva normalidad tras meses sin ver a sus seres queridos.

Yolanda Castelló, Ángeles Civantos y Pilar Ruíz regresan a Aragón
Yolanda Castelló, Ángeles Civantos y Pilar Ruíz regresan a Aragón
HA

Llevaban más de tres meses sin ver a sus familiares y sin poner un pie en su Comunidad de origen y no se lo han pensado dos veces a la hora de hacer las maletas y echarse a la carretera. Cientos de aragoneses ‘de adopción’ volverán hoy, primer día de la nueva normalidad y de desplazamientos entre comunidades, a la que siguen considerando su casa, un camino que también se hará a la inversa, ya que Zaragoza, Huesca y Teruel, y sobre todo sus municipios, esperan a quienes han pasado fuera los peores meses de la pandemia.

Pilar Ruiz, nacida en la provincia de Soria y vecina de Zaragoza desde hace 50 años, lo tiene todo listo para viajar mañana a su pueblo, Mazaterón. "Soñaba con ir, con mi casa, mis plantas... Allí sales a la calle y es otra cosa. ¡Hasta el sol de Soria es diferente", dijo. Los tres últimos meses han estado marcados por la nostalgia, ya que hasta marzo, siempre que podía iba cada 15 días.

Ella no es, no obstante, la única soriana con ganas de reencontrarse con su tierra. "Están todos deseando partir. Muchos fuimos por última vez en navidades y no vemos a la familia desde entonces", explicó el presidente del Centro Soriano de Zaragoza, Fernando García. La sensación es compartida en la Casa Catalana en Zaragoza. Tanto es así que muchos ya han avisado de que no estarán para el concierto virtual programado el próximo día 27 con motivo de San Juan. "La gente lleva meses sin ver a abuelos y tíos y no podía esperar más. También habrá mucho viaje a segundas residencias. El primer fin de semana ‘grande’ será el próximo", señaló su presidenta, Mireia Semís.

Yolanda Castelló mira en su casa de Benabarre las fotos de sus hijos de hace unos años
Yolanda Castelló mira en su casa de Benabarre las fotos de sus hijos de hace unos años
Ángel Gayubar

La teniente de alcalde de Benabarre, Yolanda Castelló, está deseando darles un enorme abrazo a sus hijos Hugo y Borja, a los que no puede ver físicamente desde que se decretó el estado de alarma, ya que ambos residen en Cataluña. "La distancia entre Benabarre y Barcelona, en uno u otro sentido, no es mucha y estamos acostumbrados a estar juntos con ellos y sus parejas, al menos, una vez cada 15 días, a contarnos cómo nos va la vida, nuestras alegrías y preocupaciones y a disfrutar de la cercanía y la compañía mutua y por eso, mi marido Paco y yo tenemos que confesar que este confinamiento y alejamiento de nuestros hijos lo hemos llevado mal", dijo.

Serán sus hijos los que se desplacen hasta Benabarre desde la capital y desde Arenys de Mar, pero no podrán hacerlo por motivos profesionales hasta el próximo día 28. "Afortunadamente, hemos tenido durante estos tres meses las videoconferencias, chats y llamadas, que han sido diarias y que, como le habrá ocurrido a todo el mundo, han pasado por distintas fases de preocupación y nostalgia por el alejamiento", comentó. Castelló reconoció que aunque han intentado que esto trasluciera en todas estas conversaciones telemáticas, ha gravitado siempre "la preocupación que todos los padres tienen por sus hijos". Como ellos, hay otras familias de Benabarre que también cuentan las horas para reunirse, por fin, a uno u otro lado de los límites autonómicos.

Ángeles Civantos, de Valencia, preparada para viajar a Alcalá de la Selva
Ángeles Civantos, de Valencia, preparada para viajar a Alcalá de la Selva
Heraldo

Temor al recibimiento

Por su parte, Ángeles Civantos, valenciana de origen, está "como loca" por volver a Alcalá de la Selva, en Teruel, donde tiene una segunda residencia. Ella es la presidenta de la comunidad de propietarios de la urbanización El Solano de la Vega, con 523 viviendas, la práctica totalidad de dueños levantinos. 

Civantos ha hablado con otros propietarios y todos tienen "muchas ganas" de volver a sus casas, donde pueden disfrutar de la naturaleza en plena montaña. "Nos encanta el sitio y allí podemos pasear por el campo después de haber pasado muchas semanas sin salir de casa", explicó. 

Su única inquietud radica en el "recibimiento" que tendrán de los vecinos de Alcalá de la Selva por miedo a los contagios. Señaló, en este sentido, que la población está muy envejecida y es, por lo tanto, más sensible a la enfermedad. Pero consideró que en la sierra de Gúdar "hay espacio para todos y mucha montaña para recorrer" respetando las distancias de seguridad y evitando cualquier peligro de infección.

Pilar Ruiz, en el Centro Soriano antes de volver a su pueblo
Pilar Ruiz, en el Centro Soriano antes de volver a su pueblo
Guillermo Mestre
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