ARAGÓN ES EXTRAORDINARIO

El Balneario de Ariño, al servicio de la Comunidad para combatir el coronavirus

El centro terapéutico ofrece el uso de sus instalaciones para aliviar la carga de hospitales, y su personal se organiza para prestar servicios telemáticos.

Vista del Balneario de Ariño
Vista del Balneario de Ariño

El Balneario de Ariño es una de las referencias más conocidas de Aragón en su sector. Abrió en 2014 y su director gerente, Pedro Villanueva, fue reconocido como el Ejecutivo de Empresa Turística de Aragón 2017 en la gala anual de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón (CEHTA). En la actual circunstancia, el Balneario se ha puesto en manos de las autoridades civiles de un modo proactivo.

“Cuando vimos claramente que habría que cerrar, nos pusimos a disposición de la autoridad civil y sanitaria –explica Pedro– empezando por el ámbito municipal y siguiendo por el aragonés. Como balneario somos centro sanitario y hotel a un mismo tiempo, así que ponemos a disposición el equipo médico, la fisioterapia, la rehabilitación, los espacios de alojamiento, las zonas comunes –que pueden compartimentarse– para usos orientados a las necesidades que surjan... esto puede cambiar día a día”.

Pedro aclara que, por lógica, las instalaciones del balneario no parecen destino para enfermos de coronavirus, pero sí pueden servir para descargar el panorama en centros médicos. “Quizá podría ser destino de postoperatorios, por ejemplo; es un sitio adecuado para una cura y rehabilitación de gente hospitalizada, e incluso refugio para una hipotética evacuación de núcleos de población cercanos. Son ideas, pero estamos para lo que haga falta. Lo importante es ayudar. Hay mucha gente trabajando más allá de los límites de sus contratos, desde sanitarios a transportistas, personal de supermercados, fuerzas de seguridad... es un esfuerzo inmenso. Nuestros médicos ya han hablado con su Colegio profesional y están dispuestos, por ejemplo, a apoyar al hospital de Alcañiz”.

Desde el Balneario se han efectuado otras acciones. “El producto perecedero ya comprado –explica Pedro– se ha canalizado por servicios sociales desde el Monasterio de Rueda y el Balneario, nuestros dos centros en Aragón, para que llegue a personas necesitadas. Por otra parte, estamos preparando con los médicos unas iniciativas en nuestras redes sociales para hacer espacios audiovisuales de salud en casa; no de coronavirus, sino de nutrición, ejercicio, fisio... contenido propio y difusión de iniciativas adecuadas, animación incluida. Si vamos a estar un mes todos en casa, aprovechar el tiempo. Somos 134 trabajadores en el grupo y hay mucho talento, que ponemos a disposición de todos”.

Protección artesana con tela reforzada desde Bulbuente

La Asociación de Amas de Casa El Moncayo ha compartido un tutorial y telas especiales para afanarse en la confección de mascarillas destinadas a residencias de ancianos

Coser y cantar, paradójicamente, no son actividades sencillas si las preside la autoexigencia. En estos días de confinamiento, las redes están inundadas de tutoriales para hacer mascarillas y versiones del ‘resistiré’ más dinámico de todos. En Bulbuente, a tiro de piedra de Borja, la Asociación de Amas de Casa El Moncayo ha decidido que coser mascarillas para vecinos y localidades cercanas es una buena y solidaria forma de pasar el encierro. “Concha Morata, una vecina, empezó a mover la idea, y enseguida se sumaron muchas –comenta Mónica García Bustamante, la farmacéutica del pueblo– y la tienda La Despensa del Moncayo, a pie de carretera y famosa en toda la comarca desde hace 15 años, es el lugar en el que se depositan para su reparto posterior. La lleva María José Ezpeleta”.

Mónica no es del pueblo, pero lleva 19 años al frente de la farmacia. “Vivimos en Borja, pero lógicamente hago mucha vida aquí. La idea vino de un vídeo de whatsapp sobre la escasez general de mascarillas; sabíamos que faltaban en las residencias de Borja y Magallón, y alguien mandó un tutorial; por si fuera poco, una señora disponía de retales de tela de quirófano porque su marido trabajaba en el Salud, y esa tela tiene un gramaje idóneo para hacer una mascarilla de uso cotidiano; además, es esterilizable. Había otra señora que conservaba sábanas, y las trajo a la tienda. La gente coge retales con todo el cuidado, los lava en casa y los devuelve como mascarillas ya elaboradas, que se llevan con responsabilidad e individualmente a sus destinos. La tienda de María José –ríe– es casi una sucursal del Ayuntamiento”.

La aludida está orgullosa de las vecinas de Bulbuente y de ser anfitriona de sus creaciones, además de ofrecer los mejores productos de proximidad de su comarca y de la de Tarazona y el Moncayo. “No sé si las cosas en los pueblos se hacen de una manera más fácil, o que la solidaridad es más alta, o simplemente es una cuestión del hoy por ti, mañana por mí. El caso es que en estos días no hay rencillas, no importa si te llevas más o menos con uno u otro, el caso es que hay que ayudarse. Mi hermana, por ejemplo, ya ha llevado a la residencia de Magallón. Y sé que en Borja y la propia Magallón también están haciendo”. “Con esto –sigue Mónica– se atiende a varios pueblos, y para las implicadas es algo más que otro ‘taller’, más allá de la gimnasia o el yoga. En la farmacia trato de orientar a la gente, sobre todo con el tema de la higienización. Nos faltan cosas, a ver si llegan los suministros”.

Rosa se suma a la ‘mascarillada’ con arte desde Talamantes

Rosa Redondo es una artista asturiana que lleva 15 años en tierras aragonesas; la cerámica y la pintura son desde siempre sus devociones particulares. En Talamantes lleva Mi Casa Loft y La Casita de Talamantes, alojamientos rurales que se convierten en un reducto perfecto para el reposo de los andariegos por la zona más salvaje y hermosa del Parque Natural del Moncayo. “Supe de la iniciativa de la Asociación de Bulbuente con las mascarillas y decidí hacer un aporte desde aquí, las manualidades me gustan y tengo ganas de ayudar. Creo que en esta situación, todos debemos aportar lo que podamos. Además, he grabado el proceso para moverlo por redes”.

Rosa Redondo cose mascarillas en Talamantes

Macuteje: concurso de creaciones desde La Hoz de la Vieja

Macu González, docente cántabra relocalizada en La Hoz de la Vieja, lleva el proyecto Macuteje y no pierde ocasión a la hora de generar (o secundar) iniciativas culturales. “El mundo rural vive esta crisis con el máximo respeto, como solo las personas de los pueblos saben hacer. En mi caso, propongo hacer un taller de tejedores para chiquillos: ropa y complementos para nuestras muñecas con lana, tela, cartón, papel, plástico... lo que haya por casa. Enviad fotos de vuestras creaciones al 639 674 956 desde cualquier punto y entre todos los participantes sortearé bolsitos de lana. Cada día publicaré vuestras creaciones en la red a las 19.00”.

Adornos y bolsos de lana para muñecas de Macuteje en La Hoz de la Vieja
Adornos y bolsos de lana para muñecas de Macuteje en La Hoz de la Vieja

Cuando el alguacil recoge el pedido y te lleva la compra a casa

La Ribagorza es un ejemplo de cómo las zonas rurales afrontan el aislamiento. Empleados municipales y de la Comarca hacen la compra de alimentos y medicinas y llevan comida a personas con dificultad para desplazarse, sobre todo mayores. En Graus, con el centro de día cerrado, acercan la comida y la cena a las casas de los ancianos. En Montanuy, el alguacil recoge cada día los encargos en núcleos como Noales y Castarné (son 17 pueblos), les compra y deja las bolsas en las puertas de las casas. Lo mismo en Laspaúles. Iniciativas similares proliferan en muchos lugares en esta red solidaria que crece cada día.

Trabajadores de la comarca de la Ribagorza reparten comida a ancianos.
Trabajadores de la comarca de la Ribagorza reparten comida a ancianos.

Grupo de apoyo en Fraga para los recados de quienes no pueden salir

Patricio es funcionario, reside en Fraga y es parte de un movimiento vecinal que empezó a formarse el pasado sábado, y al que se siguen sumando voluntarios. “Hay gente de varios colectivos locales, nos comunicamos por un grupo de whatsapp al que sigue sumándose gente; con los vecinos hay una línea de ayuda natural, pero la idea de este Grupo de Apoyo es asistir a gente que no puede salir de casa haciéndoles la compra en el supermercado, yendo a la farmacia por ellos, paseándoles el perro o simplemente charlando para saber que están bien”. Llegan a pueblos cercanos de Fraga; para contactar, 653 952 314 y 605 250 948, o en el mail grupodeapoyofraga@gmail.com. 

Reportaje de la serie 'Aragón es extraordinario'.

Últimas noticias sobre el coronavirus en Aragón.

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