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Seis camas hospitalarias más para tratar el ictus, la principal causa de muerte entre las aragonesas

A la unidad de Ictus del Hospital Miguel Servet se espera que, a finales o principios de año, se una la unidad de Ictus del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Una noticia que desde la Asociación Ictus de Aragón celebran, pues era “una reivindicación de la organización”, aunque piden que se continúe trabajando para lograr “una mayor equidad territorial”.

Fachada del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.
Fachada del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.

En Aragón, 2.534 personas tuvieron que ser ingresadas a lo largo de 2018 al sufrir un ictus, es decir, una media de siete personas al día. Concretamente fueron 1.335 hombres y 1.119 mujeres los que padecieron este accidente cerebrovascular, que tiene lugar cuando una arteria, que se dirige al cerebro o que pertenece al mismo, se rompe o se obstruye. En el caso que se produzca una interrupción del flujo sanguíneo estamos ante lo que se denomina como ictus isquémico y, a consecuencia de este, fallecieron el año pasado 212 aragoneses (122 mujeres y 90 hombres). 131 personas (66 mujeres y 65 hombres) murieron en la Comunidad aragonesa a causa de un ictus hemorrágico, que es cuando se produce una rotura de la arteria.

Aragón cuenta, en la actualidad, con una unidad de Ictus en el Hospital Universitario Miguel Servet, con cinco camas, a la que pronto se unirán las siete camas con las que contará la nueva unidad de Ictus del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, una unidad para la que ya han empezado las obras necesarias para acondicionar esta futura área de unos 107 metros cuadrados, que se ubicará en la séptima planta. “Se trata de una reivindicación de los dos últimos años y que esperamos que esté operativa a finales o principios de año”, explica Miguel Lierta presidente de la Asociación Ictus de Aragón (AIDA), una organización sin ánimo de lucro que trabaja para luchar contra esta enfermedad y ayudar a las personas afectadas por ella.

Y es que el Plan de Atención al Ictus en Aragón (PAIA), realizado en 2009 en el marco de la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud y aprobado en 2010, con el que la mortalidad por esta patología ha descendido desde su implantación un 38% en mujeres y un 33% en hombres, contemplaba la creación de al menos dos unidades de Ictus en la ciudad de Zaragoza. “A diferencia de las áreas de Ictus, con las que cuentan todos los hospitales de la Comunidad, en las unidades los pacientes están monitorizados de forma continua”, indica Lierta. “En el resto de hospitales aragoneses se cuenta de forma permanente con al menos dos camas específicas para tratar a estos pacientes, pero la diferencia se encontraría en la monitorización continua”.

“Cabe señalar que no todos los pacientes necesitan esta atención ni el mismo tiempo de recuperación, pues hay en casos, por ejemplo, que se trata de episodios transitorios, donde la persona se recupera a las pocas horas”, anota el presidente de AIDA. Aun así, como continúa el mismo, todavía queda trabajo por hacer: “No solo se debe dotar de personal y de medios a todas las áreas, sino que se debe seguir trabajando para lograr una completa equidad territorial para que todos los aragoneses, vivan donde vivan, puedan acceder no solo a las áreas de Ictus, que se encuentran en los hospitales, sino a la rehabilitación posterior que puedan necesitar”.

El ictus, primera causa de muerte entre las mujeres

Los datos reflejan que un mayor número de hombres que de mujeres sufrieron un ictus, pero cabe señalar, como anota Lierta, que “la tendencia se invierte cuando las mujeres cumplen 75 años. Las hormonas tienen, durante la edad fértil de la mujer, un efecto protector contra el ictus, por lo que al perder esta ‘protección’ junto a que la esperanza de vida es mayor en las mujeres que en los hombres hace que estas presenten una tasa de mortalidad por esta patología más alta que los varones”. De hecho, es la primera causa de muerte entre las mujeres, por encima del infarto de miocardio o del cáncer.

Asimismo, “el cogerlo a tiempo”, como apunta Lierta, es primordial para reducir la probabilidad de este fatal desenlace, ya que el porcentaje de pacientes que fallecen antes de llegar al hospital se encuentra alrededor del 5% en infartos cerebrales y del 15% en ictus hemorrágicos.

¿Cómo reconocer un ictus?

“El tiempo que se tarda en ir al médico es vital”, anota Lierta. “Cuanto antes se pueda disolver la obstrucción o reparar la arteria es mejor para la recuperación, por eso es imprescindible conocer los síntomas, que se dan siempre de forma brusca”.

•Debilidad, entumecimiento o parálisis de una parte del cuerpo. Como, por ejemplo, asimetría en la cara.

•Dificultad para hablar o comprender.

•Pérdida repentina y brusca de la visión.

•Dolor de cabeza muy intenso y repentino.

Asimismo, desde la asociación, hacen hincapié en que la prevención es imprescindible para esta patología, puesto que una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida. “Llevar una vida saludable y visitar al médico de atención primaria es una combinación perfecta para detectar cualquier enfermedad que aumente el riego de ictus”, concluye Lierta. 

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