El Centro Nacional de Adiestramiento (CENAD) San Gregorio ha aumentado el control en el campo de maniobras y la Policía Militar, capacitada como agente de la autoridad, ha detenido veinte personas en lo que va de año por entrar ilegalmente en la instalación militar, que es una zona de interés para la Defensa nacional.

Entre los arrestados hay pastores, buscadores de setas, ciclistas, cazadores y motoristas. De los veinte detenidos, siete han sido procesados por el Juzgado Togado Militar 32 de Zaragoza. El tribunal está en plena instrucción de los sumarios abiertos contra seis pastores de la zona de Tauste que metieron sus ovejas para pastar en el paraje conocido como Tres Poyetes, en la parte norte del campo, y un séptimo caso dirigido contra un cazador que iba con dos perros. A lo largo de este tiempo, el juzgado ha archivado una causa abierta a un ciclista que entró en San Gregorio durante un ejercicio militar que tuvo que paralizarse.

Fuentes militares señalaron ayer que a los detenidos se les puede aplicar el Código Penal Militar, que castiga con penas de tres meses a cuatro años de prisión penetrar o permanecer en un centro militar vulnerando la seguridad. Además, si los civiles detenidos se niegan a identificarse o se resisten a las órdenes de la Policía Militar pueden ser condenados a penas de entre tres meses y dos años de cárcel.

El Ejército de Tierra ha aumentado el control desde que el Gobierno aprobó un real decreto en 2014, que reconoció al CENAD como una zona de interés para la Defensa nacional. Actualmente cuentan con nuevos medios policiales como un gran dron Tucán que vigila desde el aire, así como nuevas motocicletas.

Los casos más graves detectados por las patrullas de seguridad de la Policía Militar han llegado a los tribunales, pero las actuaciones han sido «muchas más». Por el momento han abierto un periodo de transición durante el cual, salvo en los casos más graves, simplemente se identifica y apercibe a los civiles no autorizados (ciclistas, corredores, senderistas, recogedores de recuerdos bélicos...), que siguen sin ser conscientes del riesgo que corren.

Si antes se remitían las denuncias a la Subdelegación de Defensa en Barcelona, ahora es «mucho más operativo» llevarlas al Juzgado Togado Militar de Zaragoza. Así lo valoró la teniente Beatriz Hernández Gil del CENAD, quien advirtió ayer que la tarea de los militares es advertir a los ciudadanos del «peligro» que corren si entran en el campo donde se utiliza armamento. «Hay fechas para los civiles que visiten el campo», señaló.

Además, el Ejército se ha reunido dos veces este año con los alcaldes de los ayuntamientos próximos al campo de maniobras para recordarles el riesgo y su nueva actitud con los infractores.

El pastor que denunció la muerte de sus ovejas 

Los militares que conocen el campo de maniobras de San Gregorio recordaron ayer el caso de un pastor llegó a denunciar al Ejército por la muerte de algunas de sus ovejas al dejarlas pastando en una zona de caída de granadas que hicieron explosión. En la zona de la instalación militar próxima a Tauste, los pastores tienen la costumbre de entrar y dejar los rebaños hasta unos días, como el pasado verano. En 1989, un pastor resultó herido por la explosión de una espoleta y en 1990 otro apareció muerto en el campo de un disparo en la cabeza procedente de un arma de caza. La batalla por la devolución de 1.500 hectáreas de la instalación militar en Tauste, expropiadas en 1977, llegó a una campaña electoral en 1991, pero el Ministerio de Defensa no accedió por la importancia del centro de adiestramiento