despoblación

Dos de cada tres localidades de Aragón han perdido habitantes, según el último padrón

La DGA constata que los municipios dependientes con «problemática viabilidad» se incrementa de 182 a 195

El avance de la despoblación no parece tener freno en Aragón. En el último padrón, dos de cada tres municipios han perdido habitantes y ni una sola comarca se ha librado de este fenómeno, según ha constatado este jueves el Gobierno autonómico en la tercera reunión del Observatorio Aragonés de Dinamización Demográfica, reunido en el Pignatelli. Por ello, el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, ha reclamado la implicación directa del Estado y de la Unión Europea mediante la financiación de dos políticas clave para frenar el retroceso, la oferta de vivienda y de banda ancha en el medio rural.

La estadística oficial, que detalla los datos a 1 de enero de 2018, refleja que la comarca de Andorra-Sierra de Arcos es la más castigada por la despoblación, dado que ocho de sus nueve localidades sufrieron el descenso de su padrón. Le sigue la del Aranda, en la que se reprodujo la misma evolución en once de sus trece municipios. El mismo porcentaje, un 80%, se registró en la Ribera Baja del Ebro, en la que solo se libraron dos de diez localidades.

En números absolutos, el mayor retroceso en el censo se produjo en la Comunidad de Calatayud, dado que 50 de sus 67 localidades han visto en el último como se reducía el número de vecinos. Y en la Comunidad de Teruel también se registró una importante sangría, con 32 de sus 46 localidades damnificadas.

En el mejor de los casos, el de la comarca de Bajo Aragón-Caspe, la pérdida de vecinos se limitó a dos de sus seis municipios. Y pese a no tener estaciones de esquí, la del Sobrarbe aguantó el tirón, convirtiéndose en la segunda que menos retrocede: en doce de sus diecinueve localidades constan ahora más habitantes que hace un año.

El peor dato se dará a conocer en los próximos días con la publicación de la orden de actualización de la estructura de asentamientos de Aragón, que pone en evidencia que el número de localidades dependientes con una «problemática viabilidad» ha pasado en un año de 182 a 195. Ya suman más de una cuarta parte de los municipios de Aragón y, en todos los casos, tienen menos de cien habitantes.

El consejero de Vertebración del Territorio ha subrayado que la revisión del sistema de financiación autonómica es «clave» para hacer frente a la despoblación, al que se ha referido como el «mayor problema» al que se enfrentan los aragoneses. «Hasta ahora ha sido una máquina de despoblación», ha lamentado en referencia a que se haya primado el número de habitantes y no los criterios que reclama Aragón y el resto de la España vacía como son la dispersión, el envejecimiento y el retroceso demográfico.

José Luis Soro ha señalado que en el Observatorio, constituido por una treintena de instituciones y organizaciones de la sociedad civil, se comparte la necesidad de primar la oferta de vivienda y la extensión de la banda ancha para garantizar para los que opten por vivir en los pueblos. «Son dos de los problemas más perentorios», ha dicho antes de recordar que en la última convocatoria de subvenciones autonómicas de rehabilitación, las de 2018, se decidió incluir mejoras en viviendas unifamiliares por ser mayoritarias en el entorno rural.

A la reunión ha acudido también el Comisionado para la Lucha contra la Despoblación, Javier Allué, quien ha remarcado en su intervención que las instituciones no han abandonado al medio rural. «Lo mejor que puede hacer un gobierno es consolidar los servicios básicos y generar oportunidades de desarrollo y empleo, que es a lo que se ha dedicado el Ejecutivo de Lambán. Hay que huir del discurso victimista y trabajar», ha añadido.

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