Niños de mamá

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La reforma aprobada por la izquierda aragonesa va en contra de la igualdad real de la mujer.
Felipe Trueba / Efe

La supresión en Aragón de la custodia compartida de los hijos como forma de custodia preferente después de un divorcio causa prueba de hasta qué punto la izquierda está dispuesta a utilizar la imparable corriente feminista aunque sea a costa de la igualdad real de la mujer. La custodia compartida ya no es la opción preferente porque PSOE, Podemos, CHA e IU modifican el Código de Derecho Foral de Aragón para que deje de serlo. Solo en caso de acuerdo habrá custodia compartida. Todos los demás supuestos van a inclinar la custodia a favor de la madre. O sea, los niños para la madre, una progresista y revolucionaria conclusión feminista que ya era muy del agrado de Isabel la Católica.

La decisión, viniendo de la izquierda, parece sorprendente y, sin embargo, basta atender a las corrientes más radicalizadas en torno a la colectivización del feminismo para que nos percatemos de que se está siguiendo un patrón histórico repetitivo en la izquierda: sumergir cualquier reivindicación en el proceloso pantano del colectivismo.

Desde el prisma de la igualdad de la mujer y de la lucha feminista, la decisión de la izquierda aragonesa no se entiende. Si lo que se pretendía es que la decisión de la madre tenga un mayor peso que la del padre debería haberse plasmado literalmente en la norma. Tal cual ha quedado redactada, los padres que se nieguen a pactar un régimen de custodia compartida con la madre lo van a tener mucho más fácil a partir de ahora. Y, por supuesto, la velada consideración que subyace de que los hijos están mucho mejor con la madre que con el padre, además de retrógrada, perpetúa una organización social y familiar que pone toda la carga del lado de la mujer. Y que, por cierto, lanza el mismo mensaje, trasladado durante siglos, con respecto al rol que debe desempeñar la mujer en las relaciones familiares. Como pedagogía y ejemplo para futuras generaciones la idea es también nefasta.

La feminista radical Nancy Fraser, también anticapitalista, o sea, nada sospechosa, propugna una revolución feminista radical bajo la idea de acabar con los modelos políticos establecidos. Quiere superar el feminismo "corporativo de élite" hacia uno que recoja las preocupaciones de los pobres, la clase trabajadora, las mujeres racializadas, ‘queer’, trans, lesbianas, trabajadoras sexuales, amas de casa, mujeres con trabajos precarios... En mis ensoñaciones de los viernes imagino a una diputada de la izquierda aragonesa explicándole a Nancy Fraser que en nombre de a saber qué feminismo han eliminado la preferencia de la custodia compartida en Aragón. Cielos, las madres "corporativistas de élite" pudiendo decidir qué tipo de custodia es más adecuada para sus hijos y tomando esa decisión analizando sus buenas posibilidades laborales y sus aventajadas condiciones sociales y económicas. Cielos, las mujeres trabajadoras o de escasos recursos condenadas a entenderse con el hombre del que se están divorciando para el caso de que quieran la custodia compartida. Nancy se nos cae al suelo.

Y todo esto, con todos los operadores jurídicos, jueces de familia, fiscales, abogados (donde las mujeres ya son una mayoría, por cierto) y con el Justicia de Aragón advirtiendo de que la reforma era dañina para las relaciones familiares en Aragón y que la experiencia de la custodia compartida, en estos años, y aún no exenta de alguna dificultad, era una experiencia muy positiva. Jamás hay que perder de vista que cada divorcio, como cada matrimonio, como cada persona, es un mundo distinto y que lo que hay que proteger no es la voluntad de las madres o de los padres sino el interés de nuestros hijos.

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