Ruta al Tozal de la Cobeta, un paisaje mágico en los Monegros

El enclave monegrino de Jubierre es un amplio espacio que se abre entre Sariñena y Castejón de Monegros donde la intensa acción de la erosión ha dado lugar a barrancos y distintos tipos de relieves, algunos tan peculiares como el destino de nuestra excursión.

El Tozal de la Cobeta, en Jubierre, comarca de los Monegros.
El Tozal de la Cobeta, en Jubierre, comarca de los Monegros.
Javier Blasco

La comarca de los Monegros cuenta con paisajes singulares, como los tozales y torrellones de Jubierre, impresionantes torres nacidas de la erosión y el derrumbe de sus suelos blandos, que sobresalen enhiestos, a veces sobre frágiles bases, en un entorno de llanos y planicies donde destaca todavía más su aspecto irreal.

El enclave de Jubierre se encuentra al sur de Sariñena, y cuenta con varios puntos destacados pero en esta ruta llegaremos hasta el Tozal de la Cobeta, el pedestal con un porte más impresionante, cuya imagen es un buen símbolo de este peculiar fenómeno geológico. Desde Sariñena se puede llegar en coche, por la carretera A-131, en dirección a Sena; también se puede acceder desde el sur por Castejón de Monegros. En ambos casos, al dejar la carretera tomaremos una pista de tierra en buen estado por la que podremos seguir con el vehículo hasta la ermita de San Miguel, donde podremos aparcar el coche. Desde allí nos queda un itinerario sencillo, de 5 km (ida y vuelta), en el que encontraremos subidas y bajadas, pero de escaso desnivel, por lo que no presenta dificultades y se puede recorrer en unas 2 horas.

Desde la ermita hasta el tozal no existe una senda clara, pero el itinerario se encuentra señalizado con balizas de color verde en su base y amarillo-naranja en la parte superior, y flechas indicando la dirección. Además, el tozal puede verse desde lejos, con lo que la orientación resulta más fácil.

A lo largo del camino se puede observar cómo la erosión ha dado lugar a una red de barrancos y cárcavas, nos sorprenderán los montículos multicolores y tendremos ocasión de ver la alternancia de los estratos que da lugar a este paisaje.

Poco a poco iremos llegando a nuestro objetivo, el tozal de la Cobeta, al que se recomienda acercarse hasta el pie para observarlo de abajo arriba y de perfil, así como, alcanzar su collado sur para admirar desde lo alto el pedestal, el estrato superior, la serreta contigua y la amplitud del paisaje. Estos tozales se originan por un intenso fenómeno erosivo de las aguas, que va disolviendo las zonas blandas de yesos y margas hasta debilitarlas de tal forma que se hunden. En los casos en los que la cobertera superior es de arenisca, más dura, esta permanece, sostenida por los estratos más bajos, dando lugar a estas peculiares torres naturales.

El regreso a la ermita se produce por el mismo camino. La visita al Tozal de la Cobeta justifica por sí sola esta excursión, pero es posible seguir viendo más ejemplos de este curioso fenómeno geológico por todo Jubierre: el Tozal de Colasico, Los Pedregales, el Tozal Solitario… tomando como eje la pista central y siguiendo desde ella las sendas que se encuentran señalizadas.

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