Mequinenza: tres ríos, dos pueblos y un castillo

Paraíso para pescadores y amantes de los deportes naúticos, Mequinenza ofrece grandes valores naturales para disfrutar de su entorno, y un patrimonio que nos revela al singular pasado histórico de esta localidad del Bajo Cinca.

Pesca en Mequinenza.
Pesca en Mequinenza.
Oliver Duch

La localidad zaragozana de Mequinenza forma parte de la comarca del Bajo Cinca. La población cuenta con una ubicación singular, en la confluencia de tres ríos: el Cinca, en el punto que recibe las aguas del Segre, que poco después desembocan en el río Ebro. Esta riqueza fluvial convierte a Mequinenza en un paraíso para pescadores -que llegan de toda Europa- y para amantes de los deportes náuticos.

Además, esta unión de las aguas da lugar a un amplísimo cauce cuya accesibilidad y estabilidad ha hecho de este tramo fluvial un excelente campo de regatas, escenario en más de una ocasión de competiciones nacionales. Las empresas de turismo activo de la localidad ofrecen actividades en barco o en kayaks para disfrutar de la navegación por el río.

El espacio fluvial creado por esa confluencia del Segre y el Cinca recibe el nombre de Aiguabarreig, vocablo vernáculo que significa ‘aguas mezcladas’, aunque no es cierto del todo ya que los cauces no llegan a mezclarse, y puede distinguirse el caudal de uno y del otro por su distinta tonalidad, un fenómeno extraordinario que se aprecia con claridad desde lo alto del castillo de los Moncada. Esta fortaleza se alza majestuosa en la cima de la montaña, siendo uno de los castillos más notables y grandiosos del gótico de Aragón, construido sobre la originaria fortificación bereber del siglo VIII. Propiedad de Fundación Endesa, empresa que explota la electricidad generada por el salto hidráulico de la presa de Mequinenza, puede ser visitado previa solicitud.

Para conocer más del patrimonio y la historia de la población, diversos espacios expositivos sirven de guía para sorprenderse con el singular acervo de esta localidad: el Museo del Pasado Histórico permite al visitante conocer distintos ejemplos de Arte Rupestre encontrados en Mequinenza, que forman parte del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo y declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.

Por su parte, el Museo de Historia de Mequinenza acerca al viajero a las milenarias culturas que han habitado la población (romanos, árabes y cristianos), recreando batallas, como la que los aguerridos mequinenzanos presentaron a las tropas napoleónicas, que necesitó tres asedios para vencer la ciudad, lo que hace que su nombre aparezca en el Arco del Triunfo de París.

Por su parte, el Museo de la Mina ofrece al visitante más de 1.000 metros de recorrido interior por las galerías de las que se extraía lignito desde el siglo XIX hasta los años 70 del siglo XX. En este espacio podrán contemplar la dura vida de los mineros, sus condiciones de trabajo y los diferentes métodos de extracción del lignito de estas minas que durante la I Guerra Mundial, llegó a representar el 30% de las extracciones nacionales de carbón.

La entrada a todos estos espacios museísticos, así como al castillo, puede tramitarse a través del correo electrónico info@museosdemequinenza.com, o en el teléfono 974 464 705.

Pesca en Mequinenza.

El embalse de Ribarroja está intrínsecamente unido, de manera trágica, a la localidad: en los años 60, para la construcción del embalse se obligó a los mequinenzanos a abandonar sus casas e irse al pueblo nuevo, en el que ahora viven. Quedan, sin embargo, los restos de ‘lo poble’, que puede visitarse y que podemos evocar en los libros del mequinenzano Jesús Moncada, uno de los mejores escritores aragoneses, que realizó toda su obra en catalán, el idioma materno de los 2.500 habitantes de esta localidad, limítrofe con la provincia de Lérida. Moncada describió también la vida del pueblo unida a los llauts (grandes embarcaciones fluviales que servían para el transporte de mercancias, especialmente el carbón de la minas, y pasajeros). Los espacios recreados en la obra este mequinenzano universal (su obra se ha traducido a decenas de idiomas) pueden vivirse en el Espai Jesús Moncada, y a través de la ruta que recorre los lugares más emblemáticos de su obra.

También la naturaleza tiene mucho que ofrecer en Mequinenza. Si mencionábamos la idoneidad para la pesca y otras prácticas deportivas que suponen los ríos, no menos relevante es su importancia dentro del turismo ornitológico. Como mayor confluencia fluvial de España es una de las áreas de mayor riqueza biológica. La gran variedad de la avifauna de este espacio natural es especialmente importante, con más de 300 especies diferentes. Un oasis para los ornitólogos que encuentran colonias de abubillas, avejarucos, avetoros, chotacabras, chorlitejos, andarríos, aguiluchos laguneros, águilas pescadoras, garzas, martinetes. Cerca de Mequinenza, la Isla de las Garzas, también conocida como de los Martinetes, constituye una de las colonias de primer orden. Durante el día, el verde arbolado se ve salpicado por el blanco plumaje de las garzas comunes, el plumón manchado en el pecho de la garcillla bueyera.

También existen varias rutas senderistas por el entorno que pueden descargarse desde la web del ayuntamiento.

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