Los bares de pueblo desenchufan el fútbol de pago

La última gran subida de las tarifas no discriminó a los establecimientos ni por tamaño ni localización, obligando a muchos propietarios a dejar de emitir los partidos

Imagen de archivo de un bar en el que se televisaba el fútbol en abierto.
Imagen de archivo de un bar en el que se televisaba el fútbol en abierto.
Rafael Gobantes

Cada vez resulta más complicado ver el fútbol en los bares de pueblo. La última gran subida de las tarifas -de hasta un 43% en determinadas operadoras- no discriminó a los establecimientos ni por tamaño ni localización, obligando a muchos propietarios a dejar de emitir los partidos aún con el grave perjuicio que les conlleva.

Desde el arranque de la presente temporada, los precios del servicio oscilan entre los 265 euros al mes que cobra Orange y los 395 de Movistar Plus, cifras elevadas para cualquier negocio, pero sobre todo para aquellos que se asientan en las zonas rurales. Las semanas se hacen largas en invierno, y unos cuantos cafés vendidos apenas dan para afrontar los gastos básicos. Así, el fútbol se ha convertido en un lujo.

“El incremento de las tasas ha sido devastador para los pequeños municipios. Los gerentes de los bares nos dicen que les resulta imposible asumir este coste. Antes había meriendas incluso entre semana, con los partidos de Champions o Copa del Rey, pero ahora eso se está acabando”, lamenta Fernando Luna, presidente de la Confederación de Empresarios de la provincia de Huesca, y recuerda que “si se quiere luchar contra la despoblación, habría que evitar que decaiga la oferta de ocio”.

“Los bares se están dando de baja sin parar y, si la situación no cambia, seguirán haciéndolo. Hay que comprender que no es lo mismo dar servicio en una capital que un pueblo. Los precios no deberían ser los mismos. Al final tendremos que juntarnos en torno a la radio, como en los viejos tiempos”, añaden desde la Asociación de Empresarios Turísticos de Teruel, refiriéndose a una romántica alternativa que nada tiene que ver con la utilizada por determinados establecimientos.

A mediados de diciembre, la Policía Nacional llevó a cabo una macrooperación contra el fraude en la emisión de los encuentros que se saldó con más de 6.000 denuncias en España. Según la LaLiga, un tercio de los establecimientos que exhiben ilícitamente fútbol español recurren a la contratación de licencias de consumo doméstico, con contratos que pueden costar hasta una tercera parte que los comercializados para establecimientos públicos. Los otros dos tercios, directamente optan por instalar decodificadores ilegales.

Algunos de los locales que pirateaban la señal se reparten por la provincia de Zaragoza y están a la espera de conocer el alcance de sus respectivas sanciones. “Es evidente que condenamos la decodificación ilegal, pero hay que regular el precio de emisión. Tener que pagar 400 euros mensuales es una barbaridad”, valora Jesús Laboreo, portavoz de la junta directiva de Cafés y Bares de Zaragoza, y revela que, aunque esta asociación no tiene autoridad para negociar con las empresas que poseen los derechos televisivos del fútbol, se ha puesto en contacto con la Confederación Empresarial de Hostelería de España (Cehe) para que ejerza de interlocutor y plantee los problemas de los establecimientos de la provincia.

“Hace falta que las operadoras se pongan de acuerdo y lancen una oferta reducida. Se debe tener en cuenta que los bares de pueblo son centros sociales en los que el fútbol tiene un enorme protagonismo”, comenta Laboreo, y reconoce que, aunque su labor es defender a todos los negocios por igual, “es evidente que en los pueblos y barrios rurales se vive esta situación de manera muy particular”.

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