De ruta por pueblos montañeses y ermitas medievales en La Ribagorza

Un sendero que permite conocer a pie pequeños pueblos llenos de encanto montañés, escondidas ermitas románicas, sombreados bosques de robles y pinos bien conservados, y excelentes miradores naturales del Pirineo y del valle del Noguera Ribagorzana.

Casas en Buiras, localidad del término municipal de Bonansa.
Casas en Buiras, localidad del término municipal de Bonansa.
Rafael Gobantes

Los amantes del senderismo tienen una gran lista de posibilidades en las tierras de La Ribagorza oriental.  El sendero que proponemos permite visitar distintas localidades aragonesas y ermitas románicas dentro de los municipios de Bonansa y Sopeira, dos localidades con un importante patrimonio cultural y natural que merece la pena descubrir. La ruta permite conocer parte de esa riqueza arquitectónica del medievo que la comarca lucha por conservar.

El itinerario discurre de sur a norte siguiendo las faldas de la sierra de Sis, por encima del espectacular desfiladero del Noguera Ribagorzana embalsado en el embalse de Escales, y aprovecha buena parte del trazado del PR-HU 125. En el primer tramo del recorrido se unen entre sí las localidades de Cirés, Buira y La Torre de Buira, siempre siguiendo los históricos caminos tradicionales y vecinales que durante siglos unieron estos núcleos de población.

Como hilo conductor de la ruta actúan las ermitas románicas que salen al paso del caminante, que confluyen en armonía artística e histórica con el regusto medieval que conservan las construcciones de los pequeños pueblos montañeses que atraversaremos. 

El recorrido comienza en Santoréns donde, tras recorrer el irregular entramado de sus casas de piedra, incluida la iglesia de San Orencio, de origen románico aunque muy transformada, saldremos en dirección norte, camino de la Torre del Buira, que ahora aprovecha el sendero turístico PR-HU 215.

Transcurridos unos pocos minutos llegaremos a la fuente de las Pruneras, desde donde tomaremos un ramal que nos conducirá hasta la ermita románica de San Pedro de Iscles. Si impresionantes resultan las piedras de este templo, puestas allí desde su construcción en 1123, también impresiona su entorno, de gran belleza bajo el tozal de San Salvador.

De vuelta al sendero señalizado, al llegar al Pilaret de Santa Bárbara, se termina el camino de las Bordas y comienza un recorrido que nos llevará sobre el desfiladero de Escales. 

Persistiremos en nuestra ruta a Torre de Buira hasta llegar al barranco del Solá, donde haremos un paréntesis para acercarnos hasta otra sorpresa románica: la ermita de  la Virgen de Torm, datada en el siglo XII.    

De vuelta al itinerario principal, el PR ya no se desvía hasta llegar a La Torre de Buira, a donde llegaremos tras pasar por los curiosos corrales rupestres de Solá. Esta localidad, llena del encanto de la montaña, ha vuelto a revivir al restaurarse sus casas tras estar unos años en el abandono. Cuenta con un mirador con magníficas panorámicas del Pirineo y sobre el valle del río Noguera Ribargorzana.

Desde allí, siguiendo el PR continuaremos hasta Buira, por un camino que discurre paralelo a la carretera. Entre su caserío, la iglesia parroquial de San Hilario, del siglo XIII, lucha por resistir.  Dejaremos la población y nos dirigiremos a la collada de la Basa el Roi, desde donde se disfruta de unas imppresionantes vistas del Aneto. Rodeando el cerro de la Virgen de la Mola, se llega a Cirés, donde espera una visita pausada a su casco histórico, dentro del que destaca la iglesia parroquial de San Cristóbal,  del siglo XII y estilo románico.

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