Crecen las excedencias de hombres para cuidar a sus hijos, pero solo suponen el 7%

Los sindicatos alertan de que la excedencia supone un parón laboral para la mujer que es difícil de compensar; por ello, apuestan por la corresponsabildiad.

Aumentan los hombres con excedencia por el cuidado de sus hijos, pero solo suponen el 7%.
Aumentan los hombres con excedencia por el cuidado de sus hijos, pero solo suponen el 7%.
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La corresponsabilidad empieza a estar más presente en las familias aragonesas aunque todavía queda un largo camino por recorrer. Según los datos recogidos por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, cada vez son más los hombres que se piden una excedencia para cuidar de sus hijos. Esta cifra apenas supone el 7,3% del total de ceses temporales de empleo que hay concedidos en Aragón. “Sin ser un dato totalmente optimista, sí que evidencia lo que podría ser una nueva tendencia en las familias más jóvenes”, reconoce Pura Huerta, secretaria de Empleo, Formación y Políticas de Igualdad de UGT Aragón.

Si en 2008, cuando había una tasa de empleo similar a la actual, el 96,7% de las excedencias correspondían a la madre; en 2017 (último dato publicado), esta cifra desciende hasta el 92,69%. Lo que supone que un mayor volumen de padres apuestan por la corresponsabilidad en el cuidado de sus hijos. “Este aspecto es muy importante y, por ello, tanto en los encuentros con representantes y delegados sindicales como con los afiliados y las empresas siempre hacemos especial hincapié en la necesidad de que la pareja participe de igual manera en el cuidado de sus hijos”, puntualiza Elena Pérez, secretaria de Igualdad y Juventud de CC. OO. Aragón.

Tal y como recuerda, cuando una persona está de excedencia ve interrumpida su carrera profesional. “Esto está suponiendo un verdadero handicap para que las mujeres se vuelvan a incorporar al mercado laboral”, puntualiza. Por ello, considera fundamental que aparte del apoyo de las políticas públicas, es importante que las empresas potencien que las excedencias sean adoptadas tanto por los padres como por las madres. Otras medidas por las que CC. OO. apuesta es el fomento del uso de los permisos retribuidos por parte de los padres a través de los planes de igualdad o la creación de nuevos pemisos y la equiparación de los existentes entre ambos sexos. Un ejemplo serían los cambios que se van introduciendo en las bajas por paternidad. Además, la racionalización en el uso y gestión de los horarios laborales y la ampliación de escuelas públicas de 0 a 3 años ayudarían a mejorar la conciliación y podrían hacer menos necesarias las excedencias.

“En los últimos tiempos se ha percibido una mayor predisposición de los hombres para pedir la excedencia, pero son cambios muy lentos", reconoce Pérez, quién señala que el rol asignado a las mujeres en la sociedad todavía tiene mucho peso. Al mismo tiempo, recuerda que un reciente informe del Foro Económico Mundial destaca que si no se hiciera nada más por la igualdad, se tardaría más de 200 años en acabar con las diferencias laborales y de roles entre hombres y mujeres.

De momento, en 2017 se registró el mayor volumen de excedencias solicitadas por los padres: 114 en la comunidad aragonesa. Esta tendencia al alza se percibe desde hace tres años, cuando se contabilizaban entre 35 y 50 excedencias al año. Así, en 2015 ya hubo 68 (el 5,4% de las que se concedían), en 2016 esta cifra ascendió hasta las 87 (el 6,09%) y un año después alcanzó las 114 (7,3%).

“Estos datos demuestran que las familias más jóvenes empiezan a estar más concienciadas en el ámbito de la igualdad, pero si se comprueban las cifras relativas a cuidados de otros familiares (generalmente, padres con algún tipo de dependencia), ya no existe este cambio de mentalidad”, especifica Huerta. De hecho, mientras que en 2008 las mujeres tenían el 84,24% de estas excedencias, en 2017 esta cifra se situaba incluso por encima: 86,39%. “Esto pone evidencia que son las parejas jóvenes las que están cambiando sus hábitos (aquellas que tienen hijos menores), pero no las mayores (con padres o familiares que necesitan cuidados específicos)”, puntualiza.

Además, recalca que el hecho de que aumente de manera constante el número de personas que piden una excedencia por el cuidado de otros familiares (de menos de 200 a 400 en una década) pone en relieve la falta de recursos de dependencia, en forma de ayudas a domicilio, centros de día o residencias. No obstante, es necesario destacar que estos datos corresponden a 2017 y que se ha podido producir algún cambio en 2018, ya que la apuesta de Aragón por la dependencia ha ido aumentando en este periodo.

¿Cuándo se puede pedir una excedencia?

En el caso de cuidado de menores, los progenitores pueden estar de excedencia un máximo de tres años desde su nacimiento o adopción. Cuando se trata de un familiar (hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad) no puede superar los dos años. En estas circunstancias es necesario que el familiar no pueda valerse por sí mismo por razones de edad, accidente o enfermedad y que no desempeñe una actividad retribuida. En ambas situaciones, el puesto de trabajo se debe reservar el primer año. Posteriormente, lo que se conserva es un empleo del mismo grupo profesional.

Las jornadas parciales: sin perspectiva de igualdad

Pese al cambio de tendencia que se percibe en las excedencias para cuidar de los hijos, en el caso de tener una jornada parcial, solo un 1% de los hombres aseguran que están en esta situación por propio deseo para hacerse cargo de sus descenendientes. Sin embargo, entre las aragonesas esta situación aumenta hasta el 13% de las jornadas parciales. Estas cifras apenas han variado en los tres últimos años; poniendo en relieve que son ellas las que mayoritariamente se acogen a una reducción de jornada o que directamente buscan un trabajo a tiempo parcial para poder encargarse del cuidado de los hijos.

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