Ábalos anuncia más inversión en Aragón, pero solo detalla la licitación de un tramo de la A-68

Sacará a concurso El Burgo-Fuentes y promete el fin de la autovía de Logroño para 2021 pese al retraso. El ministro y Lambán repasan planes sin concretar la suerte de los 303 millones para carreteras en 2018.

Ábalos y Lambán, frente a frente en el centro de la mesa, en la reunión de ayer en el Pignatelli.
Ábalos y Lambán, frente a frente en el centro de la mesa, en la reunión de ayer en el Pignatelli.
José Miguel Marco

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunció ayer que Aragón tendrá "algo más" de inversión este año para impulsar la retahíla de infraestructuras pendientes, pero no concretó ni una sola cifra y limitó los compromisos de licitación de obra al desdoblamiento del primer tramo de la carretera de Castellón, entre El Burgo y Fuentes de Ebro, ya comprometida el año pasado con partida millonaria.

La reunión de Ábalos con el presidente aragonés, Javier Lambán, en la sede de la DGA debía servir para conocer el estado actual de las obras de Aragón y las previsiones futuras, pero en su comparecencia pública no detallaron la suerte de los 303 millones presupuestados en 2018 para las carreteras aragonesas ni tampoco qué tramos saldrán a concurso a lo largo del ejercicio, a excepción del de la A-68.

Los anuncios se limitaron a la preparación de proyectos. De hecho, en materia de carretera, Ábalos solo citó que se continuará trabajando en la documentación previa ­­­–el estudio informativo– necesaria antes de licitar los seis proyectos restantes en los que se dividirá el desdoblamiento de la carretera de Castellón hasta Valdealgorfa. En la lista también incluyó la próxima publicación del proyecto de mejora de la N-330 de Villastar a Teruel para someterlo a información pública y el compromiso de seguir "trabajando" en lanzar la A-40 (Cuenca-Teruel).

El ministro también ratificó lo que ya se sabía, que a lo largo del año se abrirán al tráfico el tramo de la A-21 entre Jaca y Santa Cilia, los dos que permitirán duplicar el puerto de Monrepós (A-23) y acabar así con los atascos, además del acondicionamiento de la N-232 entre Ráfales y el límite provincial de Castellón.

Ábalos comprometió igualmente la conclusión de las obras de la autovía de Logroño para 2021, la misma fecha prevista antes del monumental retraso acumulado por las contratistas. Y eso que el ministro admitió la demora y la parálisis como consecuencia del modificado de uno de los dos tramos, Figueruelas-Gallur, y los escasos avances que ha habido hasta ahora en el segundo sector, de Gallur a Mallén.

El titular de Fomento se mostró partidario de no alargar las concesiones de las autopistas aragonesas (la AP-2 y la AP-68), aunque reconoció que expiran más allá de la legislatura. Pero en lo que sí pudo precisar su "voluntad política", la ampliación de las bonificaciones de los peajes para camiones, se limitó a decir que están "abiertos" a esta medida transitoria hasta la liberalización. Y eso que el año pasado ya dispuso de 10 millones extra que no se han tocado.

Tampoco tuvo mucha mejor suerte el apartado ferroviario. Anunció un concurso en abril para renovar los ‘tamagotchi’, el inminente nombramiento del aragonés Juan Ángel Mairal como coordinador del corredor Cantábrico-Mediterráneo y reiteró el compromiso de revisar los proyectos para que el tren de Teruel sea de altas prestaciones. En el caso del Canfranc, habrá una próxima reunión en Zaragoza del cuatripartito para impulsar la reapertura de la línea y este años se licitarán los proyectos del túnel.

Pese a no facilitar partidas o fechas, tanto Ábalos como Lambán se mostraron complacientes al señalar que la reunión había sido "productiva y provechosa" al responder "de forma razonablemente satisfactoria" a las cuestiones prioritarias para Aragón.

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