Heraldo del Campo

Este año me pido...

El buen comportamiento que la industria alimentaria de Aragón ha mantenido no solo durante el año recién terminado sino incluso en los momentos más duros de la crisis le hace merecedor, en un día como hoy, de numerosos regalos. Por eso, la organización que la representa escribió una carta a los Reyes Magos detallando sus peticiones para este 2019.

La AIAA quiere incrementar la presencia de los productos aragoneses en la cesta del consumidor.
La AIAA quiere incrementar la presencia de los productos aragoneses en la cesta del consumidor.
AIAA

No sabemos si el pasado Día de Reyes sus majestades de Oriente habrán dejado muchos regalos a los industriales aragoneses de la alimentación. Lo que si sabemos es que los representantes de este sector escribieron a Melchor, Gaspar y Baltasar una larga carta en la que detallaban cuáles serían los regalos que más ilusión le haría recibir este año.

Algunos de sus propuestas sonaban a repetidas. Y no es porque el regalo les haya llegado en años anteriores o se haya quedado viejo y quieran reponerlo, sino porque, a pesar de solicitarlo con insistencia, el sector no ha conseguido que los Magos de Oriente le obsequiaran un inicio de año con presentes con los que llegar más y mejor a los mercados, exteriores especialmente.

En su carta, la industria de la alimentación de Aragón no solo pedía que le dejarán. También que le quitarán. Lo que quiere el sector es que los trámites sean más simples, por lo que en sus escrito real pedía a los Reyes que se lleven al menos una parte de la ingente burocracia que tienen que cumplimentar para poder invertir, ampliar, mejorar, innovar o acceder a una ayuda.

Y como este sector no está para juegos, esperaba además que los Reyes Magos convenzan a administraciones y partidos políticos de que es hora de apostar por la industria alimentaria respondiendo a sus necesidades (que no caprichos) con dotaciones presupuestarias suficientes o, al menos, similares a las que disponían antes de que llegara una crisis que dejó en la mínima expresión las disponibilidades económicas de las arcas de la Comunidad.

Lo que el sector tiene claro es que sus Majestades de Oriente serán generosos, como lo son con aquellos pequeños que se han portado bien. Porque las cifras demuestran el buen comportamiento de esta industria que ha mantenido el dinamismo no solo en los momentos de bonanza sino también en los peores escenarios económicos.

Ahí están sus datos. Su crecimiento, sostenido a lo largo de los años incluso en las épocas de crisis, le ha hecho escalar hasta la segunda posición de los sectores industriales que generan mayor volumen de empleo en la Comunidad, solo superado por la automoción, al que amenaza con arrebatar el podio. Porque en apenas dos años ha creado 2.300 puestos de trabajo hasta contabilizar en la actualidad más de 15.000. Y lo que viene. Su proyección -y unas anunciadas inversiones millonarias- a futuro le permite soñar con convertirse en el primero de la lista, como ya sucede en el conjunto del país.

Este incremento se ha visto reflejado también en su facturación, que ya se sitúa en el entorno de los 4.000 millones de euros, con lo que el peso del sector en el producto interior bruto regional se acerca al 10%, lo que supone un incremento del 24% que le ha permitido escalar hasta la tercera posición -solo por detrás de Energía y agua y Material de transporte- desde aquel octavo puesto en el que se encontraba al inicio de la crisis.

Su fortaleza se la debe también al meteórico avance que ha experimentado sus productos en los mercados internacionales. Y no solo se exporta más sino que también se hace en mayor número de países, con lo que su facturación en el exterior ya supera con creces los 1.200 millones de euros. Unos logros que ha conseguido sin dejar de innovar -en productos, en formatos, en canales de venta- para adaptarse a las nuevas exigencias y hábitos de compra del consumidor.

A pesar de todo, queda camino por recorrer. Y para hacerlo ahí están sus peticiones.

A mediados de diciembre, el Gobierno de Aragón adelantaba su regalo navideño a la industria alimentaria. Presentaba, ante un abarrotado auditorio repleto de representantes del sector, una estrategia de promoción y comercialización -con un compromiso presupuestario de 10 millones de euros en cuatro años (2,5 millones por ejercicio)- con el objetivo de mejorar las ventas, realizando diferentes acciones con las que dar más notoriedad y visibilidad al tesoro alimentario de la Comunidad y conseguir que sus producciones ocupen un lugar relevante en la mente (y en la cesta de la compra) de los consumidores.

Aunque satisfechos con la iniciativa, «una demanda largamente solicitada por el sector», como explica la Asociación de Industrias de la Alimentación de Aragón (AIAA), esta organización considera que solo así, la estrategia no será totalmente operativa. Así que decidieron pedir las piezas que faltan a los Magos de Oriente. En su carta explicaban que su principal deseo «continúa siendo» una promoción y comercialización de sus productos con la que conseguir que el sector «deje de ser granero para convertirse en despensa». Por eso, en su misiva pedía coordinación de presupuestos y de iniciativas públicas. «Que todas las entidades e instituciones que desarrollan actividades de promoción agroalimentaria sean de verdad conscientes de la necesidad de disponer en Aragón de una marca agroalimentaria fuerte y reconocible por la mente de nuestros consumidores y que entiendan que esta debe hacerse de manera coordinada y con la participación activa del sector», solicitaba en su escrito.

Como sucede «con la nieve, la logística o el turismo», a la alimentación «que también es un sector estratégico para Aragón», le gustaría que Melchor, Gaspar y Baltasar le dejaran este año «una mayor dotación presupuestaria para promoción». Porque «actualmente el presupuesto es de un millón de euros, cuando en 2009 era superior a los 4 millones de euros», señalaba la organización, que pide además que esta «sensibilización» se extienda por las Cortes aragonesas e impregne a todos lo grupos parlamentarios. «Si queremos obtener resultados de utilidad real para las empresas, tan importante como incrementar esta dotación, será mantenerla en el tiempo por los sucesivos Gobiernos», señalaba la AIAA.

Es obvio que la promoción es instrumento imprescindible para abrir mercados. Y la industria alimentaria quiere abrirse mayores huecos (comerciales) en el interior, pero también más allá de nuestras fronteras. Para incrementar su presencia en el exterior han pedido a los Reyes Magos «un apoyo más decidido del Gobierno de Aragón a la internacionalización del sector».

Dificultades burocráticas

Esta organización empresarial no solo ha pedido a los Magos de Oriente que dejen, sino también que se lleven. Explicaba en su misiva que una de sus principales preocupaciones es el aumento de las trabas burocráticas y administrativas en el desarrollo de las actividades empresariales del sector. «Se multiplican el número de normas a cumplir, los trámites a realizar, las autorizaciones necesarias para que una empresa amplíe sus actividades o elabore nuevos productos, así como la documentación y trámites administrativos para solicitar subvenciones». Es la queja de esta asociación, que advierte además que «estas dificultades son cada vez mayores y afectan sobre todo a las pymes, que en algunas ocasiones, nos consta, han desistido de sus iniciativas».

Por eso, le gustaría que Melchor, Gaspar y Baltasar se llevaran todas estas complicaciones y dejaran un sistema más simplificado, ya que «en una Comunidad Autónoma como la nuestra donde no sobran los proyectos empresariales, resulta necesario analizar con detalle todos los pasos y trámites que se exigen a las empresas, para facilitar en todo lo posible su actividad o la implantación de nuevas iniciativas». Y justificaba su petición insistiendo en que «trabajar en esta dirección no requiere ampliar ningún presupuesto público».

La AIAA pide más sencillez administrativa para las empresas, pero también para desarrollar su actividad como organización empresarial. Asegura que le «resulta complicado sacar adelante iniciativas en beneficio del sector», por los muchos obstáculos jurídicos y/o administrativos. «La nueva Ley de Contratos Públicos ha venido a complicar este panorama», señalaba. Por eso solicitaba en su misiva que «un mecanismo administrativo dotado de la adecuada seguridad jurídica, que permitiera que las propuestas de una asociación empresarial tan representativa como la nuestra, pudieran ponerse en marcha de manera ágil, pues somos una entidad cuyas decisiones pasan por nuestros órganos de gobierno y tienen la aprobación de nuestros socios», detallaba en su lista de deseos. Un escrito en el que también lamentaba que «se da la paradoja de que, en ocasiones, son otras entidades (que no representan al sector y no nos consultan) los que gestionan fondos públicos dirigidos a las empresas alimentarias».

Competitividad e innovación

Quizá hoy los industriales de la alimentación se hayan encontrado entre sus regalos unas gafas. Y no sepan cuál es su auténtica utilidad y de parte de quién los Reyes Magos les han dejado ese obsequio que seguramente también han encontrado las entidades y instituciones públicas que tienen competencia en esta materia. Ha sido la organización empresarial en la que están integrados, que en su misiva explicaba que «sería deseable que miráramos a medio y largo plazo». Los responsables de la AIAA recuerdan que Aragón se juega mucho en la competitividad de su industria. «Hay muchos retos por delante, como la innovación, la internacionalización, la digitalización o la industria 4.0, entre otros», enumera la organización empresarial, que insiste en que con estos desafíos las pequeñas y medianas empresas se juegan su futuro, por lo que su implantación necesita apoyo público. «Debemos hacer mucho más desde las entidades e instituciones públicas que trabajamos en su desarrollo», dice. En ese ‘mucho más’, «sería de gran utilidad» -señala la AIAA- «un plan de competitividad, con el que se pueda articular un soporte y asesoramiento especializado a las pymes en la implantación de estas áreas de desarrollo así como favorecer el crecimiento de los proyectos empresariales ya existentes».

Por si los Reyes andan un poco despistados con el plan solicitado, la AIAA recuerda en su carta algunas de las actuaciones realizadas durante el pasado año que pueden servir de ejemplo. Entre ellas destaca su colaboración con el Clúster de Alimentación de Aragón y la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón en varios proyectos innovadores financiados por el PDR, para desarrollar la digitalización del sector, con proyectos de empresas aragonesas en Amazon y Alibabá. Reconoce, sin embargo, que en este ‘juego’ tienen que implicarse más las empresas, con una mayor colaboración y más asociacionismo tanto para abordar objetivos comunes como para disponer de mayores opciones de encontrar soluciones a sus problemas. «Sería deseable que las Administraciones pudieran facilitar con más ambición este tipo de proyectos fomentando la colaboración público-privada», concluía la carta de la AIAA a los Reyes Magos.

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