Heraldo del Campo

Sin depósito para gasóleo ni cabina para conductor

El fabricante estadounidense John Deere ya está realizando pruebas en campo con su nuevo tractor, el primer vehículo agrícola 100% eléctrico y totalmente autónomo.

El nuevo vehículo agrícola diseñado por John Deere se mueve con electricidad y tiene una autonomía total.
El nuevo vehículo agrícola diseñado por John Deere se mueve con electricidad y tiene una autonomía total.
J.D.

En la era de los coches eléctricos y la conducción autónoma, el sector de la maquinaria agrícola no se queda atrás. Las grandes multinacionales llevan años investigando tanto para que sus tractores no tengan que alimentarse con los ahora denostados combustibles fósiles y e incluso para que no sea necesario que el agricultor tenga que ir sentado frente al volante.

Pero la multinacional estadounidense John Deere ha dado un paso más y ya está realizando pruebas en campo con un tractor que no tiene depósito para gasolina y prescinde de cabina para el conductor. Es cierto que ya existen vehículos que, como si de un robot se tratara, completan tareas predefinidas gracias a su guía GPS. Y también existen tractores que circulan gracias a la energía que les proporcionan las baterías eléctricas.

Pero el proyecto Gricon, como se denomina la investigación realizada por el consorcio formado por la multinacional John Deere, la consultora alemana BAUM Consult y la Universidad Técnica de Kaiserslautern, tiene peculiariades que le hacen único.

El tractor no tiene cabina. Unos drones provistos de cámaras mapean la zona para que un software programe la ruta de trabajo, unas órdenes que son enviadas directamente al vehículo para que realice las labores asignadas de forma totalmente autónoma. Puede ser además controlado de forma manual utilizando un mando a distancia, una opción que permite transportarlo hasta el punto en el que debe comenzar el trabajo.

Mucho más novedoso es su sistema de alimentación, eléctrica por supuesto, pero que no procede de baterías. Eso elimina peso extra en el vehículo y la necesidad de tener en cuenta los tiempos necesarios para la recarga.

Un cable enrollado

John Deere ha preferido que su tractor eléctrico se mueva gracias a un cable (en principio de un kilómetro de longitud pero que puede adaptarse a las condiciones y necesidades de cada explotación agraria) conectado a la red.

Cuando el tractor comienza su trabajo el cable está enrollado en un bobina situada en la parte delantera, que se va desenrollando a medida que el vehículo avanza para realizar la labor. Los responsables del proyecto y los fabricantes estadoundidenses explican que se ha realizado un sistema muy estudiado para que resulte imposible que la máquina agrícola lo dañe incluso cuando realiza un giro, porque (y ahí está también una de las más destacadas innovaciones de este proyecto) es el propio tractor el que, mientras realiza el trabajo, maneja del cable de automática, la extiende y lo recoge según sus necesidades y a lo largo de todo el recorrido, sin que sea necesario que lo haga ningún otro operador.

Hay además una ventaja añadida, de la que se pueden aprovechar aquellos agricultores que han apostado por las energías renovables y han instalado en sus explotaciones placas solares o aerogeneradores, porque la alimentación por cable permite la conexión directamente a estas infraestructuras.

Según los detalles ofrecidos por el fabricante, la potencia del motor eléctrico que mueve el vehículo es de 100 kW. La alimentación se realiza en corriente continua a un voltaje aproximado de 6.000 V que se transforma a 700 V, también en corriente continua, que es el voltaje con el que trabaja el tractor.

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