Heraldo del Campo

Investigación por y para el territorio

Los Fondos de Inversiones de Teruel (FITE) tienen como objetivo contribuir al desarrollo de la provincia desde diversos ámbitos. También del sector agroalimentario por medio, entre otras herramientas, de diversos proyectos de investigación.

El azafrán busca su valorización en el mercado.
El azafrán busca su valorización en el mercado.
CITA

Los Fondos de Inversiones de Teruel, dotados con 60 millones de euros que sufragan a partes iguales el Gobierno de Aragón y el Ejecutivo central, suponen cada año un importante impulso a diversos proyectos que contribuyen al desarrollo de la provincia bajoaragonesa. Dichos proyectos son de diversa índole, abarcan desde el turismo hasta la automoción, pero cada año crece el número de los proyectos relacionados con el sector agroalimentario turolense.

Durante la presentación de esta ronda de jornadas sectoriales, el presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Antonio Arrufat, destacaba "la puesta en valor del territorio a través de la investigación". Durante la rueda de prensa de presentación, se incidía la necesidad de apostar por lugares donde se puede generar empleo a través de la riqueza territorial y diferencial de cada lugar, así como de las tecnologías.

También en octubre el CITA recibía una ayuda de 600.000 euros que va a destinar a una decena de proyectos del sector agroalimentario, que son los siguientes: mejora genética del melocotón de Calanda: ensayo de selecciones de maduración más precoz, con una cuantía de 10.000 euros; modelos de implantación gestión sostenible de montes de propiedad privada, a los que se destinarán 25.000 euros; enriquecimiento funcional de la carne de cerdo con vitamina D con el uso de hongos, champiñones, dotado de una ayuda de 30.000 euros.

La variedad de cereza tardía turolense será también objeto de estas ayudas, destinadas a un proyecto que analizará los modelos de negocio de esta variedad, y que cuenta con una Análisis de modelos de negocio para esta variedad, con una cuantía de 45.000 euros.

Asimismo, el uso de cereales alternativos de la provincial de Teruel, ricos en vitamina B, como medida de prevención de malaria y otras enfermedades, que cuenta con 20.000 euros. En este ámbito se enmarca otro de los proyectos que ha recibido ayudas del FITE de este año y que analiza la viabilidad de los cultivos alternativos para la producción sostenibilidad de proteína vegetal para la dieta humana y animal, dotado con 35.000 euros. Otro proyecto en el que también son protagonistas los cereales alternativos, en este caso para uso panificable y su panificación industrial, recibirá 45.000 euros.

La industria cárnica también será protagonista de esta línea de ayudas. Otro de los proyectos que se desarrollarán en la provincia bajo aragonesa lleva por título ‘Transferencia de embriones para la mejora de la calidad de carne y producción sostenible en el ganado bovino de montaña de Teruel’. Está dotado con 30.000 euros.

La trufa, uno de los productos emblemáticos del sector agroalimentario turolense, no podía dejar de ser motivo de estudio. El proyecto elegido analizará los procesos de mejora de eficiencia productiva de la trufa y su valoración comercial y gastronómica. Tiene una dotación de 60.000 euros.

No obstante, la mayor cuantía, un total de 300.000 euros, el 50% del total de esta línea de ayudas, irá destinado al edificio del Centro de Innovación en Bioeconomía Rural de Teruel.

Por su parte, El director del CITA, José Antonio Domínguez, resaltaba la importancia de la cadena de I+D+i, "hay que colaborar en la cadena de conocimiento, y hay que hablar no sólo de producción sino también de transformación y comercialización. El objetivo final es el desarrollo de Teruel y lo conseguiremos si hay familias y población; la investigación tiene que tender a ese objetivo".

Los proyectos FITE destacan la necesidad de potenciar cultivos que generen renta, empleo y actividad económica y asentar la población aprovechando la oportunidad del territorio y del clima que tiene Teruel para determinados cultivos.

Cada año, como no puede ser de otra manera, es necesario hacer un balance del estado y resultados de los proyectos. Por ello, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) daba a conocer en las últimas semanas de este ejercicio los resultados de once de los proyectos del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) 2016 y el desarrollo de los 17 proyectos FITE del 2017 a través de diversas jornadas sectoriales que fueron organizadas por el Centro de Innovación en Bioeconomía Rural en Teruel (CIBR) cuyo objetivo es poner el conocimiento al servicio del sector y del territorio.

Búsqueda transversal de mejora

Los proyectos que desarrolla el CITA, auspiciados por los Fondos de Inversiones de Teruel, se caracterizan no solo por su carácter innovador y de búsqueda de la mejora de aspectos concretos, sino por su carácter global y transversal. Es decir, abarcan la práctica totalidad de los productos agroalimentarios que se cultivan y elaboran en la provincia de Teruel. Así, la trufa, la ganadería y el sector cárnico, el quesero, con un proyecto que busca aunar la innovación y la tradición, o emblemas de la agroalimentación turolense como la trufa o el azafrán han sido motivo de estudio y análisis de los proyectos desarrollados a lo largo de este año.

No obstante, en ese carácter innovador, el CITA no ha querido dejar de explorar las posibilidades de otros productos agroalimentarios, quizá menos conocidos, pero no por ello, menos relevantes o con menos posibilidades de proporcionar beneficios de todo tipo (económicos, ambientales…) Un ejemplo de ello son las setas. Así se puso de manifiesto en la presentación de los resultados del proyecto PRIMONTE ‘Modelos de Implantación Gestión Sostenible de Montes de Propiedad Privada’ (FITE 2018) que cuenta con la colaboración de la Universidad de Zaragoza en Teruel y la empresa Qilex. Dicho estudió destacó el potencial micológico de los montes de Teruel, y su posible explotación.

Los resultados del estudio realizado concluyen que Teruel es una de las provincias con mayor potencial micológico de España con más de 800.000 hectáreas de montes de interés micológico y una producción potencial de 11.500 toneladas de setas comestibles en años buenos. La recolección de setas implica al 28,4% de los turolenses que se declaran recolectores habituales de setas con fines principalmente recreativos (91%), siendo los rebollones (Lactarius grupo deliciosus) las especies más recolectadas seguido de la seta de cardo (Pleurotus eryngii), las llanegas (Hygrophorus spp), los hongos o porros (Boletus grupo edulis) entre otras quince especies principales. En total, pueden llegar a recolectarse más 1.500 toneladas anuales de hongos silvestres de interés socioeconómico en Teruel de las que se llegan a comercializar unas 400 toneladas anuales. El micoturismo atrae a 47.000 recolectores procedentes de comunidades autónomas vecinas principalmente de la Comunidad Valenciana de los que el 35% son excursionistas (no pernoctan). En términos económicos se estima que los hongos silvestres comestibles de los montes de Teruel generan 9,3 millones de euros en años productivos. El micoturismo, todavía incipiente, se presenta como una gran oportunidad generando en la actualidad 2,8 millones de euros en la provincia. La comercialización de setas se estima en 1,7 millones de euros y valor del autoconsumo en 4,6 millones de euros. Cabe señalar que la venta de permisos de recolección genera 83.000 euros anuales como contraprestación económica a los propietarios por el uso de sus montes para la recolección.

En la actualidad, tan solo el 10% de la superficie forestal de interés micológico de Teruel se encuentra regulada mediante un sistema de expedición de permisos de recolección. El establecimiento de una estrategia conjunta europea de parques micológicos contribuiría a mejorar la generación de valor añadido en las zonas de producción (todavía por debajo de su potencial) y a garantizar la sostenibilidad del recurso.

Miel para vertebrar el territorio

En la misma línea de descubrir el potencial de diversos productos, el CITA desarrolló a lo largo de 2018 el proyecto FITEMIEL, que tenía como objetivo la identificación de las principales líneas estratégicas de comercialización que destaque el valor de la miel del medio rural de Teruel.

El estudio, encabezado por la investigadora del CITA Tiziana de Magistris, concluía que "actualmente, la provincia de Teruel aloja alrededor de 33.000 colmenas lo que representa el 31% de las explotaciones de miel de Aragón. Estas colmenas producen el 22% de la miel obtenida en la comunidad autónoma. Parte de la provincia de Teruel se sitúa en el área denominada Serranía Celtibérica, caracterizada por su despoblación, la mayor tasa de envejecimiento de la Unión Europea y los más bajos índices de natalidad".

"Sin embargo -prosiguen los responsables de este estudio- este territorio es uno de los productores de miel más importantes de España y por tanto convierte a la apicultura en uno de los sectores emergentes con un alto potencial para la futura creación de empleo. Por otro lado, la altitud de la Serranía Celtibérica obliga a la trashumancia de las colmenas en invierno a zonas más cálidas, lo que favorece la polinización de los frutales y permite una mayor producción de miel. Esta práctica podría potenciarse con la realización de convenios con los agricultores de los territorios próximos".

Puesta en valor del azafrán

Productos como la trufa o el azafrán son pilares básicos del sector agroalimentario de la provincia de Teruel, pero ello no supone que todo el trabajo esté ya realizado o que no exista margen de mejora, si no en los productos, cuya calidad está absolutamente contrastada, sí, quizá, en aspectos como la gestión o la comercialización de los mismos. Valorizar la calidad del azafrán que se producen en Teruel con parámetros objetivos y actualizados del azafrán producido y estudiar los factores que le proporcionan su calidad es el objetivo del proyecto AZAFRANTERUEL, que se ha realizado en buena parte gracias al apoyo del FITE de las convocatorias 2017 y 2018.

Dirigido por la investigadora Ana María Sánchez, el estudio conllevó la realización de un muestreo que arrojó un amplio rango de calidades. "Tenemos azafranes muy buenos hasta otros que entrarían en categorías inferiores. En general si los azafranes son de campaña reciente y no han estado almacenados mucho tiempo y se han elaborado con el proceso tradicional de producción son azafranes de máxima categoría. Los azafranes de menor categoría son aquellos que son de campañas anteriores o que han estado almacenados mucho tiempo o han sufrido una mala conservación. Pero la producción reciente y según los parámetros del sistema tradicional, el azafrán de Teruel es de una gran calidad", aseguraba Sánchez.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión