El colegio concertado San Viator de Huesca vive una jornada histórica al repartir 80 millones

La asociación de antiguos alumnos vendió 800 boletos de 5 euros, premiado cada uno con 100.000

La emoción se desbordó en el centro.
No faltaron los brindis para celebrar una jornada inolvidable para el centro.
Rafael Gobantes

El 03347 quedará grabado para siempre con letras de oro en la historia del colegio concertado San Viator de Huesca, fundado en el año 1926. Y es que este número provocó que se desbordara ayer la alegría entre centenares de profesores, familias y estudiantes del centro gracias a la Asociación de Antiguos Alumnos, que vendió participaciones de cinco euros -más uno de donativo-, premiadas con 100.000 euros cada una. En total, dejó una lluvia de 80 millones de euros entre los miembros de esta comunidad educativa.

Minutos después de que saliera este tardío Gordo, el colegio, al que asisten unos 600 estudiantes, se convirtió en el epicentro festivo de los agraciados, que compartieron abrazos y brindis, además de entonar en varias ocasiones el himno de San Viator. La fiesta se prolongó hasta pasadas las tres de la tarde y hubo, como es tradición en estos casos, conexiones en directo con las cadenas de televisión de ámbito nacional.

"Estamos muy gratamente sorprendidos y muy felices de compartir este premio con un montón de familias del colegio, además de profesores y antiguos alumnos que en estas fechas también vienen al centro para coger su participación porque es una tradición", destacó exultante el director, Salvador Arto, que también se ha llevado un pellizco.

El número que vende la asociación cambia cada año porque lo elige la administración de la avenida Juan XXIII de forma aleatoria "y hasta ahora no había tocado casi nada, salvo alguna devolución pequeña, pero ahora ya nos damos por satisfechos para muchos años", dijo entre risas.

Además de vender Lotería de Navidad, la asociación publica boletines, prepara los encuentros de promociones de exestudiantes, digitalizan fotos antiguas, patrocinan un equipo de fútbol 7 de la Liga Municipal... Y para los alumnos organizan un concurso de dibujo, regalos de Reyes, juegos altoaragoneses y, además, imponen la insignia a los alumnos que se despiden del colegio.

La comida se celebró en octubre

La mayoría de los agraciados compraron lotería en la comida que celebran cada 21 de octubre con motivo de la festividad de San Viator. Allí se juntan las promociones de exalumnos que cumplen 50 y 25 años de su graduación que, además, reciben el chupón de caramelo, otra de las tradiciones más arraigadas.

La primera en llegar al colegio fue Mar, una de las profesoras, que compró varias participaciones para repartirlas con toda la familia. Se enteró de que era una de las afortunadas cuando estaba en la peluquería. "Nunca en la vida me había tocado la lotería", decía feliz. Ayer por la mañana todavía no le había dado tiempo a pensar en qué iba a invertir el dinero "pero en algo bueno seguro", garantizó.

Otro de los profesores, Joan Guardia, no dejó de repartir abrazos con el resto de premiados desde que llegó al colegio. La noche anterior había estado con sus compañeros en la comida navideña del colegio y estaba durmiendo todavía cuando salió el Gordo. "Me he enterado por el grupo de Whatsapp del cole". Suele comprar todos los años de la misma lotería de la Asociación de Antiguos Alumnos "por si toca". "Creo que solo llevo una y la verdad es que no sé qué voy a hacer con el dinero, lo pensaré estas Navidades con tranquilidad", comentó mientras saboreaba un vaso de cava.

También acudió a compartir la alegría María Sausán, antigua alumna y profesora desde este año en el centro. "Estoy súper feliz. Cuando lo han dicho por el grupo he ido corriendo a casa porque no me lo creía y he visto que era verdad", afirmó.

"Creía que era una broma"

Alberto Isarre, que lleva dos años como profesor, estaba con sus padres tomando café y empezó a recibir mensajes en el móvil diciendo que les había tocado. "Al principio creía que era una broma y aunque sabía que tenía una participación, por si acaso he ido a casa a asegurarme y luego ya he venido al colegio para celebrarlo. No puedo describir lo que siento ahora mismo pero estoy muy contento", señaló. El año pasado compró dos boletos y esta vez solo había cogido uno "aunque es suficiente", admitió. De momento tampoco tenía pensando en qué se lo va a gastar "pero van a ayudar para celebrar las Navidades mucho mejor".

Blanca Lacasta, otra de las profesoras de San Viator, también creía que era una broma al principio "porque en la cena de empresa habíamos estado bromeando mucho con la lotería", recordó. Ella no compró en la comida del día del patrón. "Mi cuñado que tiene una carnicería vende allí la lotería y le dije que me guardara una participación porque no había comprado en el colegio", relató aliviada. Su primer pensamiento fue para sus hijos "porque son adolescentes y ya no me voy a tener que preocupar de que salgan a estudiar fuera".

Otra maestra y antigua alumna, Patricia Marco, estaba ayer por la mañana en su casa haciendo la maleta para irse a Ayerbe a pasar la Navidad. "Este año me había puesto la lotería de fondo para escucharla porque es algo que me gusta de siempre. Y de repente, ha salido el Gordo. Yo quería que tocara en 2 porque llevaba muchos boletos en esas terminaciones y cuando me ha dicho mi marido que era en 7, le he dicho, ‘pues vaya’. Y cuando ha ido a buscar los boletos, al principio he visto que acababa en 47, como el Gordo, y le he dicho que algo era algo, aunque luego ya hemos visto que todos los números coincidían y ha sido increíble", afirmó. Compró solo una participación "porque como nunca toca....", pero piensa repartirla con su familia "y tapar algún agujero, sobre todo la hipoteca".

El viaje y luego... "ya veremos"

Emocionadísima estaba también Almudena Bibián "porque lo hemos repartido con mucha gente y eso es lo mejor, aunque ayer entre risas nos decíamos en la comida de empresa que todos los días nos toca la lotería porque venimos contentos a trabajar y hacemos lo que nos gusta". Ella compró tres participaciones, aunque dos las regaló "y me hace una ilusión tremenda porque les he dado el Gordo", destacó. Lo primero que tiene en mente es hacer un viaje con su familia "y luego ya veremos".

Hasta el colegio también se acercó José Ángel Mateos, marido de una de las profesoras. "Yo soy muy racional y esta mañana precisamente le he dicho que jugar a la lotería era una tontería y va y nos toca. Es increíble y muy emocionante", manifestó. Tiene varias participaciones que servirán para hacer más ligera la carga de la hipoteca, un viaje "y algún capricho más", apuntó.

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