El plan para actuar ante crecidas del Ebro encalla en Europa y pierde 16 millones de financiación

Bruselas recuerda al Ministerio que los fondos Life son para aplicar la directiva del agua, no para inundaciones.Transición Ecológica y la CHE dicen que el proyecto Ebro Resilience se ejecutará con presupuesto estatal.

Uno de los talleres realizados en las primeras fases del Ebro Resilience.
Uno de los talleres realizados en las primeras fases del Ebro Resilience.
CHE

La Unión Europea no financiará el proyecto Ebro Resilience, en el que se enmarcan las actuaciones que se realizarán en la próxima década para reducir los daños provocados por las inundaciones en el tramo medio del río y sus afluentes.

Bruselas ha negado los hasta 16 millones de euros solicitados a través del programa Life por el Gobierno de España, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y las comunidades autónomas de Aragón, Navarra y La Rioja. La tramitación arrancó en agosto de 2017 de manos del Ministerio de Medio Ambiente del PP, que no calibró que en España existían hasta tres Life similares ya en marcha, una de las razones del ‘no’ de Bruselas. En cualquier caso, el Gobierno del PSOE tampoco cayó en la cuenta de que la convocatoria iba dirigida a aplicaciones de la Directiva Marco del Agua y no de la de Inundaciones, la segunda gran razón que ha esgrimido Europa para denegar la financiación.

Fuentes de la CHE recalcan que el proyecto, que se encontraba en fase de redacción, seguirá adelante, aunque con distintos plazos, ya que quedará sujeto a los Presupuestos Generales del Estado. Subrayan, en este sentido, que aunque el Ebro Resilience no iba a empezar a ejecutarse oficialmente hasta 2020, las obras realizadas en los últimos años ya seguían esta filosofía. Ha ocurrido, por ejemplo, con las realizadas tras la avenida extraordinaria de abril, presupuestadas en 31,5 millones de euros, y con la actuación piloto de reconexión de meandros del Arba en Funes (Navarra).

La primera fase del proyecto abarcaba hasta 2025 y estaba valorada en 32 millones. La previsión era que Bruselas financiara hasta el 50% del presupuesto, pero la iniciativa no ha superado el proceso de validación de la UE. No se descarta, en todo caso, que pueda concurrir a futuras convocatorias.

Para Luis Eduardo Moncín, presidente de la comisión de municipios afectados por el río Ebro, es "una muy mala noticia". "Europa viene diciendo a España que tiene que invertir más en prevenir que en reparar y ahora que lo hace no aporta financiación", aseveró.

Moncín espera que el Gobierno de España "cumpla" y mantenga su aportación pese al varapalo de la Unión Europea. "No podemos estar siempre gastando tanto dinero en reparaciones", añadió.

El Ebro Resilience contemplaba cinco líneas de actuación, ejes que se mantendrán pese a la falta de fondos europeos, de acuerdo con la CHE. Los principales se centran en la optimización, el retranqueo o la eliminación de motas en zonas agrícolas cuando puedan afectar negativamente a los cascos urbanos. Se contempla, asimismo, reforzar y mejorar las defensas de las poblaciones, permeabilizar puentes y carreteras que supongan un obstáculo y ejecutar medidas destinadas a la recuperación de la llanura de inundación, capítulo que incluye la compra de terrenos o la apertura de cauces de alivio.

También se busca adaptar las instalaciones agrícolas y ganaderas, reducir la vulnerabilidad de edificios y servicios sensibles y promover cultivos resistentes a las inundaciones. Otro de sus ejes se centra en la preparación de la población afectada por las avenidas. En este sentido, se proponen talleres formativos de autoprotección, simulacros y charlas sobre seguros agrarios y urbanos.

Las actuaciones se extenderán entre Logroño y La Zaida, en Zaragoza. El proyecto también aboga por mejorar la calidad de las aguas del Ebro, proteger las especies autóctonas y controlar las invasoras. Aunque las motas de defensa construidas en las últimas décadas han demostrado ser efectivas de cara a la protección de los núcleos de población, durante los episodios extraordinarios provocan un incremento de la altura del agua, impiden que retornen al cauce y aumentan los daños.

La intención final no es otra que devolver espacio al río, de ahí que parte de la inversión con la que se cuente vaya a dedicarse al retranqueo de motas y a la creación de áreas de inundación como la proyectada en Mejana de la Cruz, que permitirá retener hasta 2.000 metros cúbicos de agua.

La participación como clave

El Ebro Resilience fue objeto de una primera fase preparatoria en la que, como explicaron desde la Confederación Hidrográfica del Ebro, se contó con alcaldes, comunidades de regantes y grupos ecologistas, entre otros colectivos. En total se realizaron tres talleres en Aragón, La Rioja y Navarra. Esta participación, subrayaron desde la Confederación, es la que ha marcado la diferencia con proyectos anteriores.

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