Igor el Ruso reza cuatro horas al día y escribe cartas en su celda de aislamiento de Zuera

El autor confeso del triple crimen mantiene que solo "se defendió" ante lo que sintió como amenazas. Sigue internado en una celda del módulo de aislamiento de Zuera.

Esposado cuando sale de la celda. El preso preventivo de máxima seguridad Norbert Feher (en la foto aparece cuando lo trasladaron al juzgado el año pasado) sale siempre esposado de la celda de aislamiento y lo conducen dos funcionarios con equipo antidisturbios. Los grilletes no se le retiran hasta que regresa a su habitáculo, como exige la ley penitenciaria.
Esposado cuando sale de la celda. El preso preventivo de máxima seguridad Norbert Feher (en la foto aparece cuando lo trasladaron al juzgado el año pasado) sale siempre esposado de la celda de aislamiento y lo conducen dos funcionarios con equipo antidist
Jorge Escudero

Mañana se cumple un año del triple crimen de Andorra (dos guardia civiles y un ganadero) cometido por un serbio exparamiliar que había escapado de Italia, donde tiene dos asesinatos por resolver, y entró en España por el Pirineo en bicicleta.

Norbert Feher, conocido como Igor el Ruso, sigue estando considerado como un interno muy peligroso en el centro penitenciario de Zuera. Cuando llegó a la cárcel lo clasificaron como preso FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) "con características especiales", como antes habían estado considerados José Bretón (que mató a sus dos hijos de 2 y 6 años en Córdoba) o Miguel Carcaño (asesino de su exnovia Marta del Castillo, de 17 años, en Sevilla).

En el fichero FIES se incluye a los autores de delitos muy graves que hayan generado una importante alarma social. Sin embargo, esta imagen de peligro que transmite Igor el Ruso no ha impedido que una mujer se esté carteando con él hace meses y se hayan convertido en novios. Ambos están a la espera de que les autoricen su primer encuentro.

Aunque permanece en el módulo de aislamiento, donde hay otros 20 presos, las medidas de seguridad con el Ruso son extremas. Cuando recientemente lo visitó por primera vez su abogado defensor, Raúl Vicén, el interno estuvo constantemente esposado: unos guardias civiles y un funcionario lo trasladaron desde su celda esposado con las manos detrás y cuando llegó al locutorio le mantuvieron con los grilletes colocados por las manos por delante. La visita se produjo cuando habían acabado todos los encuentros previstos esa jornada.

Prueba psiquiátrica

"Estuve una hora con él. Se le nota que físicamente está más recio. Estuvo muy colaborador y educado, pero yo soy su letrado. Mantiene que no quiso matar a nadie y cuando hizo los disparos (que mataron a los guardias civiles y al ganadero) solo se defendió porque se sentía amenazado. Cuando hirió a los de Albalate tampoco quiso matarlos", señaló su defensor. Vicén opina que en el juicio penal "la suerte está echada", porque las acusaciones se centran en la responsabilidad de la Administración. Aun así, señala que todavía falta la prueba de la reconstrucción de los hechos.

La defensa puede armarse sobre una prueba pericial psiquiátrica que permita la aplicación de una atenuante. Varios forenses ya visitaron a Igor el Ruso en la cárcel los días 20 de junio y 25 de julio. "Norbert Feher no presenta sintomatología psicótica aguda ni residual, ni déficit intelectual, ni deterioro cognitivo ni otro tipo de patología psiquiátrica que suponga menoscabo de su capacidad", concluyeron.

Según ha contado él mismo, llegó a Aragón en bicicleta desde Italia pasando por los Pirineos. Igor el Ruso se siente mucho más cómodo en la cárcel española que en la de Italia, donde tiene crímenes por juzgar. Hace dos semanas, por motivos técnicos, se suspendió una videoconferencia con la Fiscalía de Bolonia. El ministerio público quería interrogarle por dos asesinatos cometidos en el país. Su abogado italiano se había comunicado con él previamente sin problemas.

Papel, sobre y sello

Igor el Ruso empezó a salir al patio de la prisión cuando llevaba 138 días internado, pero en los últimos meses ha cambiado su modo de vida. Hace gimnasia, acude a ver a los abogados del Servicio de Orientación Penitenciaria y no para de leer libros de la biblioteca (ha pasado del cómic a todo tipo de libros, incluida la Biblia).

También escribe cartas a una chica. Tiene que pedir a sus compañeros de módulo dinero para papel, sobres y sellos. Su correspondencia está intervenida por ser un preso FIES y fuentes penitenciarias señalan que su interlocutora postal es una chica de Madrid que se llama Rebeca. La chica empezó a escribirle y la relación se estabilizó. Puede que se vean pronto en un locutorio, aunque tendrán que pasar seis meses antes de que les den permiso para un vis a vis.

El Ruso se enfada cuando los funcionarios le tocan la Biblia cada vez que le cachean. Dice que en la celda reza cuatro horas diarias. Su vida es orar, leer y escribir.

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