Teresa Azcona: "Soy una privilegiada porque en mi casa nunca me pusieron límites por ser chica"

Feminista y economista, así se define en el perfil de su cuenta personal en la red social Twitter.

¡Y por ese orden! Estudié Económicas, pero el feminismo está más arraigado en mí que la economía. Lo llevo interiorizado desde niña, desde antes de que pudiera verbalizarlo. Nunca he sentido que por ser chica fuera menos que los chicos o que hubiera cosas que no pudiera hacer. El mérito es de mi familia, sobre todo de mi madre. Soy una privilegiada porque nunca encontré límites en ese sentido.

Que haya mujeres en puestos de responsabilidad, ¿es bueno para todas?

Estoy convencida de ello. Y no porque seamos distintas en el ejercicio del cargo, sino porque servimos para normalizar y visibilizar. Así, las barreras se disuelven. Porque en realidad no hay diferencias. A mí me da igual trabajar con hombres o con mujeres, quiero buenos profesionales, gente que le ponga ganas. Porque en la vida estamos mezclados y no tiene sentido que en el entorno laboral no estemos también juntos.

Pero aún quedan muchos techos de cristal...

Sí, aunque no en todos los ámbitos por igual. Sobre todo en el mundo empresarial. No tanto en la Administración o en carreras profesionales que funcionan más por meritocracia. En las oposiciones hay muchas mujeres, están en la Justicia, en la política, en la medicina... pero en la empresa no es todo así. Se ha ganado terreno, pero sigo yendo a muchas reuniones en las que las mujeres somos pocas.

¿Ha renunciado a muchas cosas para llegar a donde está?

Sí, pero más que por ser mujer, por ser madre. Tuve a mis hijas joven y renuncié a mucha vida personal, aficiones, amistades... Si fuera hombre, quizá no habría hecho falta. Creo que ellos logran conservar mejor esa faceta. En mi carrera profesional, eso sí, no he renunciado a nada. Y siempre me he lanzado a la piscina cuando me han ofrecido cosas interesantes.

Es ambiciosa en lo profesional. Solo que ese adjetivo parece negativo cuando se refiere a una mujer.

La ambición es buena si además cumples en tu cargo. Yo siempre he pedido más oportunidades, más retos, más desafíos profesionales... y siempre he intentado cumplir. Pero es verdad que a las mujeres, muchas veces, les cuesta más sacar esa ambición.

¿Los medios de comunicación tienen una responsabilidad en la lucha por la igualdad?

Totalmente. Todas las empresas tienen responsabilidades que van más allá de su actividad. Responsabilidad social, medioambiental... y también con la igualdad. Los medios de comunicación, además, tenemos más armas. Y como medio público, la responsabilidad va más allá. Estamos obligados a defender la pluralidad.

En los tiempos de Netflix y HBO, ¿tiene sentido una cadena autonómica?

Estoy convencida. Hay historias que si no las contamos nosotros, quizá no las contaría nadie. Cuanto más global y uniforme es la oferta, más necesarios son los contenidos cercanos. También creo que hacemos una defensa del periodismo. En las redes sociales cualquiera puede escribir de todo, pero eso no es información. Y los medios –todos, pero los públicos más– tenemos que luchar con periodismo de verdad, con informaciones contrastadas, veraces y documentadas.

Sufrió usted un ictus hace unos meses.

Antes no lo hubiera contado, pero me he dado cuenta de que, cuando pasas por algo así, anima mucho saber que hay gente que ha salido adelante. Fueron momentos muy malos y he tenido que trabajar muy duro, pero he conseguido recuperarme. Algo así te cambia. Ya no soy la misma, pero lo he superado.

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