Premios a quienes son "fiel reflejo de la solidaridad"
Heraldo de Aragón e Impresora Norte son dos de las 14 empresas galardonadas por la inclusión laboral de descapacitados.
El Patio de la Infanta de Ibercaja acogió este viernes la cuarta edición de los Certificados Solidar, unos distintivos que la Asociación de Empresarios Solidarios de Aragón concede a diferentes empresas por sus labores e iniciativas a favor de la inclusión laboral de las personas con discapacidad.
En el acto, el director gerente del IAF, Ramón Tejedor, y el presidente de Solidar, José Antonio Ros, hicieron entrega de los distintivos solidarios a Heraldo de Aragón Editora e Impresa Norte. El primer galardón fue recogido por Paloma de Yarza, consejera de HENNEO, mientras que Mireia Montané, directora de Recursos Humanos del grupo editorial, recogió el segundo. Además, Ros agradeció la cobertura informativa de las iniciativas y acciones llevadas a cabo por Solidar que HERALDO "lleva realizando desde el nacimiento de la Asociación en 2010. Por lo que siempre nos acompañan en nuestro camino", comentó.
Otras doce empresas aragonesas de diferentes sectores fueron galardonadas también este viernes en el acto: SONOC, System One Noc & Development Solutions, BTS, Gamma Servicios, Pikolin, Digital Phone, Rem Ibérica Recuperaciones del Metal, Comercial Salgar, Ariño Duglass, Lecitrailer, Atlas Copco, Raventos y Bernad Componentes y Eurofor.
Además, la Fundación Ibercaja recibió el Certificado Excepcional. La jefa del Área de Desarrollo de las Personas y Cultura, Inés González, explicó que los Certificados Solidar "se han convertido en el fiel reflejo de la solidaridad del tejido empresarial aragonés". Asimismo destacó que "mediante la inserción laboral de personas con diferentes tipos de discapacidad se está contribuyendo a la creación de una sociedad mucho más justa".
La personificación de la inclusión llegó de la mano de Jorge Pérez, un joven treintañero que lleva cinco años trabajando como programador informático en la empresa BTS. Padece una enfermedad degenerativa que hace que los dos factores principales de la vista, campo y agudeza visual, vayan disminuyendo con el paso del tiempo. "Ahora prácticamente no veo nada pero cuando era pequeño, más o menos hasta los 13 años, veía bastante bien", comentó Jorge.
El joven pronto despejó la duda de cómo podía desempeñar su trabajo sin ver la pantalla del ordenador: "Tengo instalado un programa de lector de pantalla que me permite saber todo lo que otros ven. Voy a un ritmo más lento que los demás, pero soy capaz de realizar el mismo trabajo. Para mí en esto consiste la inclusión, en ser igual que el resto".
