Vivienda prima las rentas bajas en las ayudas a la rehabilitación y se doblan las solicitudes

La partida pasa de 10 a 12 millones y se reduce la asignación a la mitad para llegar a más beneficiarios.

Bloque de viviendas de Alférez Rojas, en Zaragoza, rehabilitadas el año pasado.
Vivienda prima las rentas bajas en las ayudas a la rehabilitación y se doblan las solicitudes
Guillermo Mestre

El Gobierno de Aragón primará por primera vez las rentas bajas a la hora de conceder las ayudas a la rehabilitación y contarán, además, con un mayor porcentaje de subvención respecto al resto de beneficiarios. Esta es la principal novedad de la convocatoria de este año, a la que se han presentado 1.458 solicitudes, el doble de las recibidas en 2017, y que se pretenden resolver en diciembre.

La Consejería de Vertebración del Territorio había tenido en cuenta hasta ahora para su concesión el estado de las viviendas y su antigüedad, el número de miembros y edades de la unidad familiar, así como la discapacidad de los aspirantes. Estos criterios se mantendrán, pero ahora prevalecerá, además, el nivel de renta para beneficiar a los que estén en situación de vulnerabilidad: aquellas unidades familiares en las que los ingresos de todos sus miembros no superen los 22.557 euros.

Para poder optar, el edificio se deberá haber construido antes de 1996 y las ayudas cubrirán hasta un 40% de las actuaciones subvencionables, divididas en tres líneas distintas, para mejorar la eficiencia energética y la accesibilidad en pisos y elementos comunes de edificios, así como en viviendas unifamiliares. En todos los casos, se obliga a que los beneficiarios vivan en ellos.

La directora general de Vivienda, Mayte Andreu, explicó que la partida se ha incrementado de 10 a 12 millones, mientras se ha reducido el porcentaje subvencionable del 80% al 40% de las obras con el objetivo de incrementar el número de beneficiarios. En el caso de las unidades familiares en situación vulnerable se incrementará al 60%.

La decisión no es baladí, puesto que el año pasado solo se pudieron conceder al 28% de las solicitudes que cumplían los requisitos, 163 de las 576 que superaron el cribado inicial. Y este año se han duplicado las peticiones al pasar de 742 a 1.458, lo que agrava la situación. «Podremos atender más del doble de peticiones que en 2018 y resolveremos igualmente por concurrencia competitiva entre los que más puntos tengan hasta donde nos llegue la partida», explicó.

Mayte Andreu precisó que para compensar el recorte del porcentaje subvencionable se permitirá compatibilizar esta ayuda con otras que puedan obtener los beneficiarios hasta el 80% del importe total. En el caso de las familias vulnerables, pueden llegar a suponer el 100%.

La mayor parte de las ayudas se destinan a mejorar la accesibilidad en bloques y viviendas, hasta el punto de concentrar el 90% de la partida de la convocatoria. Así ocurrió el año pasado y se podría repetir ahora a tenor de los correos y consultas atendidas.

Las actuaciones que se podrán financiar van desde la eficiencia energética mediante la reparación de cubiertas y la instalación de nuevas envolventes en las fachadas y equipos de climatización hasta las diseñadas para mejorar la accesibilidad. En este último capítulo entran la instalación de ascensores, plataformas y rampas para facilitar el acceso al edificio, mientras que para el interior de los pisos se subvencionarán elevadores, la sustitución de bañeras por duchas y la propia accesibilidad en las distintas habitaciones.

Las cuantías varían en función de las líneas subvencionables y el plazo de los trabajos se limita a dos años, ampliable a cuatro más si el bloque tiene más de 40 viviendas. Se admitirán actuaciones en marcha en el momento que se publicó la convocatoria, el pasado verano.

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