Villanueva de Sijena: el monasterio, la cuna de un genio y sabores para deleitarse

Es uno de los municipios más conocidos de Aragón por el devenir del conflicto de los bienes, pero no está de más recordar que también se trata de la localidad natal de un sabio, Miguel Servet.

El alcalde de Villanueva de Sijena, Alfonso Salillas, en la botica recreada en la casa museo de Miguel Servet.
El alcalde de Villanueva de Sijena, Alfonso Salillas, en la botica recreada en la casa museo de Miguel Servet.
Laura Uranga

Sijena es el monasterio, Sijena son los bienes, Sijena es Servet, y también Alfonso, y María Jesús. Toda la presencia mediática por el conflicto de los bienes perdidos, hallados y largamente retenidos hasta hace nada ha ligado (quizá en exceso) el nombre del pueblo a todo este asunto, que ya explica de maravilla en su libro ‘Salvamento y expolio: las pinturas murales del Monasterio de Sijena en el siglo XX’ la historiadora y colaboradora de HERALDO Marisancho Menjón. La realidad a día de hoy es que Sijena quiere alimentar su día a día de ilusiones, y que esto pasa por mirar hacia adelante. Es lo que hace Alfonso Salillas, alcalde del municipio desde 1999, con una figura institucional en mente: el Instituto de Estudios Sijenses, cuya sede está en la casa natal y museo de Miguel Servet, inaugurada por el entonces Príncipe de Asturias don Felipe de Borbón. Sí, Servet era de Villanueva de Sijena.

El humanista, filósofo y médico, que descubrió la circulación de la sangre y fue un abanderado de la separación de poderes, nació en este pueblo en 1509. En la mentada casa vivió su infancia más tierna. Fundado en 1976 por Julio Arribas Salaberri, el Instituto es una entidad pública, laica y sin ánimo de lucro adscrita al Ayuntamiento de Villanueva, que tiene por objetivo aglutinar a todos aquellos que, tanto en España como en el extranjero, desean estudiar y difundir la obra, la vida y el legado de Miguel Servet. La defensa del patrimonio mueble e inmueble del Real Monasterio de Sijena constituye también uno de los fines del Instituto. Alfonso la muestra orgulloso. "Es una instalación magnífica, que honra una figura fundamental en la historia europea. Calvino, que había sido compañero suyo de aulas, acabó llevándolo a la hoguera cuando Servet tenía apenas 42 años. En 2011 asistimos a la inauguración de una estatua de Servet en Ginebra, donde se le respeta enormemente. Incluso hay un equipo de fútbol, el Servette, cuyo nombre está inspirado en él".

En el piso superior de la casa natal de Servet aguarda una sorpresa; la maqueta detallada del monasterio de Sijena permite hacerse una idea muy cercana de toda su dimensión. Un nivel más abajo se puede admirar otro de los espacios más atractivos de este edificio; la reproducción fidedigna de una antigua botica.

Los servicios

Trabajan todos los días, de lunes a domingo, ceñidos a los horarios de comida por la correlación con las visitas del monasterio. Abrieron en 1997 y desde que los bienes han regresado, están hasta los topes cada fin de semana. El restaurante La Bodega, en la plaza, ofrece una cocina casera que se recrea en los sabores tradicionales sin renunciar a algún guiño vanguardista. Al frente de todo está María Jesús Sabariste; el negocio empezó en 1997.

"Comenzaron mis padres –recuerda– porque era una lástima que no tuviésemos en el pueblo un lugar para atender a todos los visitantes del monasterio, así que nos liamos la manta a la cabeza y apostamos por esto. Yo era peluquera aquí, no había probado nunca la hostelería, pero me animé. Empezamos con una bodegueta que verás aquí, a un lado del edificio, sigue abierta y la conservamos con cariño. Cuando vimos que la cosa crecía y nos desbordaban las reservas, ya ampliamos al tamaño actual".

La Bodega tiene sus premisas muy claras. "Trabajamos con buena materia prima, siempre de temporada y en la medida de lo posible, de la zona. Me gusta que prueben mis guisos, que es una costumbre que se está perdiendo; el fin de semana me apoyan mis hijas y el novio de una de ellas. El retorno de los bienes se ha notado una barbaridad; en el día a día vienen muchos trabajadores, pero el fin de semana se llena esto, y todo el pueblo; lo notan las dos panaderías, la tienda y los bares, el pub Goya’s... es un beneficio para un pueblo que no tiene industria".

María Jesús tiene muy claro que el tema de las visitas del monasterio debe fortalecerse y facilitarse un poco más. "Tiene que seguir abriendo los tres días del fin de semana y lo ideal sería unificar el teléfono de reservas, que ahora hay dos, uno para los bienes y otro para el monasterio, es complicado ver las dos cosas y la gente se queja por lo bajini cuando vienen a comer. Alfonso, el alcalde, ha peleado y pelea mucho porque se regularice todo esto. También habría que dar más cancha a la casa natal de Miguel Servet, que está muy bien; hay una biblioteca impresionante, por ejemplo. La importancia de Servet en el mundo de la medicina es tremenda, los extranjeros le dan más reconocimiento que nosotros. Se visita los sábados en mañana y tarde y los domingos y festivos por la mañana. En un pueblo tan pequeño, tenemos dos cosas muy importantes. Hay que aprender de cómo sacan partido de una fortuna así en otros sitios".

La epopeya de los bienes y su reciente  y tortuoso regreso al monasterio de Sijena

Entre 1983 y 1994, la Orden de San Juan de Jerusalén vendió a la Generalitat de Cataluña una serie de bienes de gran valor artístico sin el permiso de las autoridades patrimoniales. Las obras acabaron en Barcelona y Lérida. Después de un larguísimo litigio para la devolución de los bienes a sus legítimos propietarios de Sijena, que se obstaculizó y politizó desde Cataluña, 51 de las 97 piezas reclamadas regresaron a Aragón procedentes del Museo Nacional de Arte de Cataluña en julio de 2016. El 11 de diciembre de 2017, 43 de estas obras, que se encontraban en el Museo de Lérida, retornaron al Real Monasterio de Santa María de Sijena, declarado en 1923 Bien de Interés Cultural. Los bienes retornados se pueden admirar en los antiguos dormitorios, acondicionados para su exposición, y tras las obras del Palacio de Dona Sancha se trasladarán allá, a un espacio mayor; hay visitas guiadas los viernes, sábados y domingos. Las reservas se atienden en el 974 355 119 o en visitasijena@aragon.es.

Los imprescindibles

La parroquia

Consagrada a Santo Domingo y El Salvador, de gótico aragonés (siglo XVI) está en la plaza mayor del pueblo. Se accede a ella a través de una pequeña lonja abierta en arco apuntado, sobre la que se levanta una maciza torre-campanario.

Casa Helvética

Casa rural situada en el corazón de la localidad, perfectamente acondicionada para todo tipo de público. Dispone de tres apartamentos (de uno, dos y tres dormitorios) con bodega y todas las comodidades.

La ‘j’ y la ‘g’

¿Sijena o Sigena? No solamente hay ambivalencia en la escritura a nivel popular, sino que la confusión se extiende a los propios letreros de carretera a la entrada, con la ‘g’. Sin embargo, en el pueblo lo tienen claro: es con ‘j’.

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