Las mujeres suponen ya el 50,5% de los extranjeros que residen en la Comunidad

El cuidado de personas mayores y la reagrupación familiar disparan la migración femenina en los últimos años. La DGA lanza un plan piloto hasta fin de año, dotado con 14.000 euros, para asentar en los pueblos a nuevas familias.

Rocío Gregorio, Teresa Sevillano y Luis Antonio Sáez.
Rocío Gregorio, Teresa Sevillano y Luis Antonio Sáez.
Aránzazu Navarro.

Una de las tendencias más relevantes de la última década es que cada vez son más las mujeres que migran. En Aragón, ellas suponen más de la mitad de los que buscan su futuro fuera de sus países. Representan el 50,5% de los residentes extranjeros de la Comunidad. Así, de un total de 163.531 inmigrantes que había en 2017, 82.436 eran mujeres y 81.095 hombres. Este porcentaje supone un incremento de la presencia femenina del 5% en comparación a 2008, cuando los varones sumaban el 55% (90.707) y las féminas un 45% (74.001).

Este es uno de los datos que revela un estudio de la Universidad de Zaragoza, encargado por el Gobierno aragonés, para analizar la integración sociolaboral de los extranjeros en el medio rural y diseñar un diagnóstico de políticas y estrategias de acogida.

Un dato más: las mujeres migrantes superan en número a los hombres cuando proceden de América (un 59,5% frente a un 40,5%) y Europa (un 51,4% frente a un 48,6%). Mientras, ellos son más en el caso de África (63,7% frente a un 36,4%) y Asia (54,8% frente a un 45,2%).

Luis Antonio Sáez, profesor del campus público y director de la Cátedra sobre Despoblación y Creatividad, explicó que la migración internacional en Aragón responde a razones económicas. El incremento de las mujeres tiene su origen tanto en la evolución de los sectores económicos como en el envejecimiento demográfico.

"La caída de la construcción ha llevado al retorno a su país de muchos rumanos, por ejemplo. Por el contrario, ellas se dedican al sector doméstico, muchas al cuidado de personas mayores, a servicios y hostelería", señaló. También ha tenido incidencia en los últimos años el reagrupamiento familiar. Cada vez más a menudo ellas parten solas y se convierten en el principal sostén económico de sus hijos que dejan atrás para que si todo funciona, mover los resortes hacia una reunificación.

 

El 12% de la población aragonesa es extranjera, un porcentaje que se mantiene estable en los últimos años. "En 2002 era el 2% y hemos llegado a estar en el 14% en 2009 y 2013", recordó Sáez.

Un fenómeno que se produce en Aragón es la presencia muy localizada de ciertos grupos nacionales en determinadas comarcas. Es el caso de los búlgaros en las Cinco Villas, de los pakistaníes en el Bajo Aragón-Caspe y los procedentes de Mali en La Litera. La explicación hay que buscarla en la existencia de una comunidad de paisanos en un lugar que facilita la llegada de otros compatriotas ya que los contactos para encontrar empleo y alojamiento resultan más fáciles.

La investigación del campus público selecciona tres comarcas representativas de especializaciones económicas diferentes y estructuras particulares, aunque comparten una presencia elevada de población extranjera: el Jiloca, Alto Gállego y Bajo Aragón-Caspe. De ellas, solo la zaragozana de Bajo Aragón-Caspe mantiene una tasa migratoria positiva, excepcional dentro del territorio.

Dos familias para empezar

El estudio concluye que si hasta ahora las políticas públicas se han centrado en la integración, que los que llegan conozcan nuestra cultura, ahora habría que dar un paso a la inclusión.

Es lo que pretende el programa sobre la integración de migrantes en el medio rural, que también se dio a conocer ayer. Un equipo de la organización Cepaim, integrado por una trabajadora social, una educadora social y una prospectora de empleo, se encargará de buscar empleo y vivienda en pueblos a familias inmigrantes vulnerables que deseen asentarse en una pequeña población.

De momento, se trata de un plan piloto que funcionará hasta fin de año y que la DGA ha adjudicado a Cepaim por 14.000 euros. Una iniciativa de partida poco ambiciosa. La directora general de Igualdad y Familias del Gobierno de Aragón, Teresa Sevillano, aseguró que de funcionar se implementará en 2019.

La coordinadora de esta iniciativa, Rocío Gregorio, de Cepaim, dijo que para empezar cuentan con dos familias interesadas. Con este proyecto se quiere también dar una solución a extranjeros que participan en el programa de refugiados solicitantes y beneficiarios de protección internacional que después de dos años, tiempo máximo de estancia en el mismo, necesitan tener una independencia económica.

Dos de las premisas es dar formación específica a las familias que quieren ir a vivir a un pueblo, la mayoría de ellas con niños de corta edad, y trabajar también con la población local para facilitar la convivencia.

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