Catorce municipios se refuerzan con planes de evacuación contra las riadas del Ebro

Los protocolos se centran en la protección de la población amenazada y de sus bienes y servicios. Detallan rutas de escape, las zonas que quedarían inundadas y hasta los mecanismos para dar la alerta.

Fases de alerta del plan municipal de protección civil ante inundaciones de Novillas y Villafranca
Fases de alerta del plan municipal de protección civil ante inundaciones de Novillas y Villafranca

Catorce municipios de la ribera del Ebro con alto riesgo de inundación han aprobado sus nuevos planes de protección civil, documentos que les permitirán actuar desde el minuto uno ante avenidas extraordinarias como vivida este mismo año.

Alcalá, Boquiñeni, Cabañas, Novillas, Pradilla, Sobradiel, Torres de Berrellén, Alfajarín, Nuez de Ebro, Osera, Pastriz y Villafranca se han reforzado con protocolos ya homologados por el Gobierno de Aragón que aclaran, entre otras cuestiones, cuándo se declara una situación de alerta o emergencia, quién ha de tomar el mando o cuáles son las vías de evacuación más próximas.

También listan los elementos más vulnerables de cada municipio –entre los que se encuentran viviendas, residencias de ancianos y bienes de interés cultural–, y los medios que posee cada localidad para actuar frente a una emergencia de estas características.

 

Cada plan incluye información sobre el número de habitantes, la hidrografía, el entorno natural y socioeconómico y las infraestructuras relevantes del municipio en cuestión, así como de las obras de prevención ya realizadas y de aquellas zonas que podrían inundarse. En todos, la fase de alerta se activa en el momento en que el caudal del Ebro supera los 1.000 metros cúbicos por segundo a su paso por la estación de aforo de Castejón, en Navarra. Esto obliga a "extremar la vigilancia, revisar el estado de todas las motas y hacer un listado de las personas enfermas".

La siguiente, llamada de emergencia, implica que el caudal se ha disparado hasta los 1.500 m3/s. Si se rompe una mota que afecte al núcleo urbano o se superan los 2.000 metros cúbicos por segundo en Castejón se pasa a la fase 2, la que activó el Gobierno de Aragón este mes de abril, que obligó a desplegar a la Unidad Militar de Emergencias (UME). En este punto, se urge a reforzar o recrecer aquellos tramos de mota que amenacen con desbordarse y a abrir tajaderas para permitir el drenaje de las aguas.

Episodios como el vivido hace medio año forzaron la evacuación de ancianos y vecinos de urbanizaciones sitiadas por el agua. Esta medida, muchas veces obligatoria, permite distanciar a la población de las zonas de riesgo y facilitar la atención a las personas afectadas, aunque, como señalan los planes, puede provocar "un efecto multiplicador de la catástrofe". También han de tenerse en cuenta los riesgos inherentes a la propia evacuación.

En el caso de Villafranca, donde se insta a extremar la precaución por las crecidas que puedan producirse en los barrancos del municipio, el plan municipal establece el polideportivo de Fuentes de Ebro como centro de albergue "por su proximidad y reducido riesgo en los accesos".

El documento también jerarquiza la cadena de mano. El alcalde, expone, "es el principal responsable de Protección Civil del municipio". Como director del plan, deberá organizar las actuaciones a llevar a cabo durante la emergencia y, con el apoyo del Comité Asesor, será quien tome las decisiones oportunas durante la misma. "Será, por tanto, el responsable de decretar la evacuación de la población si llega el caso", añade.

En Novillas, donde la fuerza del Ebro inundó gran parte del casco urbano en 2015, el punto de evacuación sería "el edificio social". En esta población, de en torno a 560 habitantes, el 33,8% de los vecinos tienen 65 años o más, un dato superior al del conjunto de la Comunidad (21,3%). La tasa global de dependencia también es mayor (77,2% frente al 54,7%).

Sus elementos más vulnerables, al margen de la residencia de ancianos, son el acceso por el puente de San Jorge y la fuente de la Guerra Carlista, declarada BIC (en Villafranca serían la urbanización El Marqués, la huerta y ARA-A1).

El protocolo, cuya ejecución debe coordinarse necesariamente con el Gobierno de Aragón, establece cuál es la zona de intervención de cada municipio. Se trata del área más próxima a la emergencia y en ella "solo entra el personal autorizado". Aparecen, por otra parte, los mecanismos para informar a la población, que van desde la megafonía municipal a cohetes y campanas.

Tras la avenida

Tras la avenida, insta a inventariar las casas que se hayan derrumbado o amenacen con hacerlo y a colocar las tapas de registro levantadas durante el episodio. Se recomienda, por otra parte, no beber agua que no reúna todas las garantías higiénicas y comenzar la limpieza por las zonas altas.

Para Luis Eduardo Moncín, presidente de la comisión de municipios afectados por el río Ebro y alcalde de Pradilla, esta herramienta supone "una forma de coordinar al municipio con el Gobierno de Aragón y el resto del operativo" en caso de emergencia. Su localidad era una de las pocas que ya tenía un plan, ahora "exigido por ley". "Lo aprobamos en 1983. Desde entonces hemos tenido que evacuar a los vecinos hasta en cuatro ocasiones. Ahora, los hemos actualizado", relata.

Lo importante, subraya, es que, en adelante, estos 14 municipios tendrán un inventario completo que ayudará a agilizar la actuación y permitirá evitar errores pasados.

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