Una temporada de setas “irregular” en el territorio aragonés, con mejor comienzo que final

Aunque el tiempo acompañó durante la primavera y el verano, hacia la mitad de septiembre las abundantes lluvias se tornaron en sequía. El monte no termina de reponerse de aquel dañino parón.

Seta de San Jorge
Seta de San Jorge
Francisco Albalá

“Atípica e irregular”. Así está siendo, según los expertos, la temporada micológica aragonesa. Tras dos años de sequía, la climatología respondió durante los meses de primavera y verano, contribuyendo a un arranque de campaña que prometía mejor final. Las abundantes lluvias se tornaron en sequía hacia la mitad de septiembre y, a pesar de que el final de octubre también ha sido halagüeño, el monte no termina de recuperarse de aquel dañino parón.

“Parecía que iba a ser un año histórico, con récord de recolección en la Comarca del Maestrazgo, pero se cortó. A la escasez de lluvias en septiembre, se unió la subida de temperaturas y las setas se agusanaron”, explica, desde la Sociedad Micológica Turolense, Pedro Blanco, y confiesa que esta “tremenda desilusión” se puede extrapolar a toda la provincia de Teruel.

“En la Sierra de Albarracín o la Comarca de Gúdar-Javalambre, se puede decir que el año está siendo positivo, pero no tanto como se esperaba inicialmente. Han prosperado especies como la Amanita caesarea o el rebozuelo; en el resto las perspectivas eran mejores. Las condiciones climatológicas no se mantuvieron y afectó muy negativamente”, añade Blanco, quien espera que ahora, tras las últimas lluvias y con los primeros fríos, salga la seta capuchina (tricholoma portentosum).

“Hay poco robellón, pocas babosas… El clima de las últimas semanas tampoco ha cambiado la inercia negativa”, concluye, coincidiendo con la opinión de Adrián Hereza, del Grupo Micológico del Alto Aragón. “En verano salieron muchos boletus, pero ahora mismo es complicado encontrar setas, sobre todo en las zonas más elevadas de la provincia de Huesca. Más abajo predominan las trompetillas y las lenguas de vaca, aunque no a los niveles que se esperaban meses atrás. Las lluvias llegaron demasiado tarde”, lamenta Hereza, quien confía en la situación mejore en las próximas semanas.

“Siempre y cuando la temperatura se mantenga, deberían aparecer otros tipos de hongo. Las lluvias han llegado tarde y el monte lo notará en el futuro, aunque no tanto como la gente pueda imaginar”, concluye, acerca de una situación que se extiende por el resto de comarcas oscenses.

Desde el Sobrarbe, Jesús Montaño recuerda que “por desgracia, la riqueza y variedad que afloró en el arranque del año se ha convertido en escasez”. Aunque continúa habiendo setas -dice- “el tema está muy parado en la mayor parte de las zonas seteras de la provincia”.

Y en Zaragoza, exceptuando el Moncayo (paraíso micológico) y las Cinco Villas, el final de temporada tampoco está siendo tan provechoso como los entendidos auguraban. El mencionado paréntesis en las precipitaciones, sumado al reciente bajón de las temperaturas, ha terminado por condicionar ostensiblemente la recolección.

“Atendiendo a lo que ha llovido, la temporada debería ser excepcional, pero, tras el parón que se dio entre septiembre y octubre, el monte no se ha recuperado”, indica, en representación del Grupo Micológico Caesaraugusta, Ángel Leiva, y ensalza “el Moncayo y determinados puntos del prepirineo -Luesia- como los terrenos que “se han salvado un poco” en este tramo crucial de la campaña. “El resto está muy pelado. Confiamos en que estas últimas tormentas traigan un arreón”, concluye.

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