Torrecilla de Alcañiz: Una localidad que rezuma música y cuida sus tierras

Torrecilla de Alcañiz también tiene un gran cariño al teatro, y reparte prioridades entre las artes y la tierra, su futura depuradora de aguas y el nuevo imán culinario de la zona, el restaurante Neres.

El alcalde de Torrecilla de Alcañiz, Joaquín Lorenzo, es ingeniero agrónomo y gerente del programa Leader del Bajo Aragón. Comparte en su currículum esas dos líneas con otras de idéntica importancia: es músico y amante de la cultura. Le gusta mirar hacia atrás para entender lo que pasó y pasa, y también echa la vista hacia el horizonte para desentrañar en la medida de lo posible el futuro inmediato de su pueblo.

"Me gustaría poner en situación el análisis del pueblo diciendo que dentro de la comarca del Bajo Aragón estamos en el valle del río Mezquín, en antigua mancomunidad del Mezquín, de la cual Torrecilla fue la sede. Esta zona tiene una personalidad distintiva dentro del entorno, y sigue concentrando unas cuantas instituciones; ahora, por ejemplo, la Mancomunidad de Aguas Guadalope-Mezquín tiene su sede en el pueblo, lo mismo que la Asociación de Productores Ecológicos del Bajo Aragón. Este es mi pueblo, lleno de gente inquieta, a que le gusta hacer cosas".

El gran proyecto del pueblo en la actualidad ya anda en desarrollo, materializándose a pasos agigantados. "Estamos ahora con nuestra depuradora, con un modelo extensivo –explica Joaquín– y estas obras, que cuentan con ayudas del Instituto Aragonés del Agua, las gestiona el ayuntamiento. No es como el caso de Fabara, aunque el espíritu sí es similar; la idea que tenemos, de hecho, es poder regar con el agua que salga de ahí".

Torrecilla tiene sus tesoros naturales conectados con el interés históricos, como una serie de pinturas rupestres en la que destacan figuras antropomorfas con bumerán; también se han catalogado unos enterramientos eneolíticos que siguen bajo estudio. En cuanto al patrimonio arquitectónico, la iglesia de San Miguel –y su impresionante torre– llama la atención. A finales del siglo XVI se construyó la cabecera y en el siglo XVII se añadió el resto de la edificación, además de la portada y la torre.

Agentes de cohesión

Torrecilla esta orgullosa de su bar-restaurante municipal, Neres, cuya calidad se ha convertido en un secreto a voces en la zona. "Lo gestionan dos chicos del pueblo, Nef y Eric, con la ayuda de la pareja de Eric, Ovi, que es una excelente pastelera. Queremos ampliar los espacios aledaños, porque en ese edificio y los adyacentes se concentran varias actividades culturales y de ocio. Desde luego, en Neres se come muy bien, el bar está abierto todos los días de la semana y el restaurante solo descansa los lunes", aclara el alcalde. El pueblo tiene además dos carnicerías Velilla y María Pilar, y una casa rural, Neres, que llevan los mismos incumbentes del bar.

La música es otra gran protagonista en la vida de Torrecilla, gracias a una afición genuina y varias agrupaciones de distinta naturaleza. "Son muy populares Los Despertadores –puntualiza Joaquín– por su tradición; se trata de un coro masculino que canta al amanecer y luego realiza el rosario de la aurora en los días festivos. También tenemos un gran coro femenino en la parroquia, y la actividad de la Asociación Cultural El Cachirulo Doctor Balaguer se traduce, entre muchas otras cosas, en una rondalla y grupo de gaiteros. También contamos con el grupo La Chanera Folk, en el que nos unimos con gente de La Codoñera, el municipio vecino", explica Joaquín, que toca la guitarra en La Chanera Folk. También sigue activo en el pueblo de manera puntual un grupo de los setenta que hacía el repertorio de los Beatles y otros grupos de moda de la época, conocido en toda el área: Los Halcones.

En Torrecilla hay mucha afición al teatro, con un grupo de adultos de la asociación y también otro con usuarios del Centro de Hogar de Personas Mayores que gestiona el IASS en Torrecilla. La cercanía de Alcañiz, a tiro de piedra del pueblo, se ve en Torrecilla como una ventaja, aunque tampoco ayuda a fijar población. "Es muy cómodo para trabajar y se cuenta con todos los servicios –matiza Joaquín– pero tiene sus cosas no tan positivas: aquí hay colegio, pero muchos padres llevan a sus niños a centros de Alcañiz. Por otro lado, aquí se ha quedado mucha gente a trabajar el campo, hasta el punto de que son agricultores de Torrecilla quienes trabajan tierras de pueblos cercanos con muy poca población, o del mismo Alcañiz. El reto es ir manejando el peligro de la despoblación con iniciativas, más que con palabras y conferencias, y no quedarnos quietos".

José Pardo Sastrón, el mago de la botánica

La figura de José Pardo Sastrón es fundamental en Torrecilla d Alcañiz, su localidad natal. En 1837, con apenas 15 años, se trasladó a Zaragoza para estudiar Filosofía, y posteriormente cursó los estudios de Farmacia en el Colegio de San Victoriano de Barcelona, obteniendo la licenciatura en 1845; continuaba así una tradición familiar de varias generaciones. De hecho, ejerció como farmacéutico en Torrecilla de Alcañiz, La Codoñera, Castellote y Valdealgorfa. El monte Calvario de su pueblo, coronado por la capilleta, es el escenario de un jardín botánico inspirado por su figura, que cuidan con mimo varios jubilados locales; se juntan cada viernes y hacen labores de mantenimiento, con esforzados como el veterano Antonio Beguer, uno de los más entusiastas, o Ismael Coma. Allí luce también un busto de Pardo Sastrón, obra del torrecillano Lázaro García. Antonio Pellicer, estudioso de Valdealgorfa (localidad de la que Pardo Sastrón es hijo ilustre; allí nacieron sus padres) actualizó recientemente el trabajo de Pardo Sastrón de hace un siglo con la flora silvestre de Torrecilla de Alcañiz y Valdealgorfa. En el propio jardín botánico existe un espacio, el Rincón del Sabio, en el que se rinde homenaje a aragoneses ilustres desde hace dos años, con la intención de ir añadiendo nuevos nombres en ejercicios venideros. José Antonio Labordeta y Josó Oto ‘El Pastor de Andorra’ son las dos primeras figuras recordadas en este lugar, con imagen y leyenda alusiva de ambos.

Los imprescindibles

El gran día del laúd

El Juntón es el nombre coloquial del encuentro nómada de orquestas y escuelas laudísticas que recorre Aragón cada año. En este 2018 fue en Torrecilla:1.000 asistentes, 300 músicos y un repertorio coral muy cuidado.

María Arnal i Marcel Bagés

El dúo, elegido por la revista ‘Mondosonoro’ como lo mejor de 2017, actuó en Torrecilla de Alcañiz el 30 de junio del año pasado, con entrada gratuita. Hace quince días, la dupla llenó el Palau de la Música Catalana en Barcelona.

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