La estafa del trucaje de los cuentakilómetros obligará a celebrar más de 60 juicios penales en Aragón

Algunos de los 188 investigados por el fraude han sido ya condenados en Zaragoza y Teruel. Los inculpados prefieren pagar y lograr penas benévolas que les libren de entrar en prisión.

Foto de archivo facilitada por la Guardia Civil cuando informó de la operación Countdown.
Cuentakilómetros de un vehículos investigado por la Guardia Civil.
Guardia Civil

La investigación de la Guardia Civil de la macroestafa en la venta de vehículos de segunda mano con los cuentakilómetros manipulados se traducirá en, al menos, sesenta juicios penales. Varios de ellos ya se han celebrado y se han saldado con condenas que, por el momento, no han supuesto la entrada en prisión de ninguo de los implicados y han llevado aparejadas compensaciones económicas para los perjudicados.

No obstante, como en esta operación, bautizada como ‘Countdown’ (cuenta atrás en inglés), todo son grandes cifras –188 personas investigadas, 1.094 vehículos alterados, 165 millones de kilómetros manipulados y cuatro millones de euros estafados– todavía quedan bastantes vistas orales que celebrarse.

La investigación se inició en 2014 en La Almunia de Doña Godina, aunque no ha sido hasta este domingo pasado cuando la Guardia Civil la ha dado por cerrada completamente y ha hecho públicos sus detalles. Así, informó de que en las pesquisas se han visto involucrados 71 establecimientos (talleres y negocios de compraventa de segunda mano, sobre todo) 40 de ellos en Aragón (Zaragoza, La Almunia, Teruel, Alcañiz, Huesca) y el resto en Soria y La Rioja.

Todo partió de la denuncia presentada por un particular que adquirió un coche de segunda mano en el taller Abraham Latorre, de la Almunia. El comprador se percató de que el cuentakilómetros podía haber sido alterado, sospecha que confirmaron luego los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la localidad zaragozana que han llevado a cabo la investigación. Los funcionarios –que acabarían inspeccionando 45.000 vehículos a lo largo de estos cuatro años de pesquisas– demostraron que a ese coche se le habían descontado unos 75.000 kilómetros.

Tras entrevistarse con el propietario del taller, los agentes averiguaron que la manipulación de los odómetros la llevaba a cabo presuntamente Juan Ignacio A. L., de 73 años, que entonces regentaba el taller Fevi, en la calle de Ávila de Zaragoza, pero que ahora ya está jubilado. Este periódico se puso en contacto este lunes con el establecimiento y los actuales propietarios aseguraron que mantienen el nombre comercial pero no tienen nada que ver con el mencionado.

Juan Ignacio A. L. es una de las personas que ya ha sido juzgada (aunque le quedan pendientes muchas causas más) y en una de ellas fue condenado por falsedad y estafa a penas de seis meses de prisión y seis de multa (1.080 euros). Con él se sentaron en el banquillo Mohamed O. B., Abdelkarim O., Gheorghe Ciprian A., que admitieron haber encargado al anterior que restara 675.000 kilómetros a tres vehículos para venderlos después a mejor precio.

El registro que la Guardia Civil llevó a cabo en el local de Juan Ignacio A. L. le permitió incautarse de documentación que, a la postre, serviría para destapar este engaño masivo. Así, descubrieron que otro taller de La Almunia, de nombre Aísa, también encargaba a Fevi el trucaje de cuentakilómetros de coches que vendía.

Igualmente, localizaron a unos cuantos particulares que habían acudido a este taller para manipular los odómetros de coches que querían poner a la venta de forma privada, principalmente a través de internet, y también a los titulares de establecimientos que venden turismos procedentes de renting o de empresas de alquiler. Los investigadores detectaron fraudes en vehículos de importación de alta gama procedentes de países como Rumanía, Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, República Checa e Israel.

En algunos casos, los perjudicados no están reclamando nada y en otros están llegando a acuerdos con la Fiscalía y las acusaciones a cambio de una compensación económica.

«Llegué a tener a amistad con el del taller pero se rio de mí»

Miguel A. es uno de los muchos zaragozanos afectados por la macroestafa en la venta de coches de segunda mano. Adquirió un coche de renting que se suponía tenía 61.000 kilómetros y en realidad había recorrido ya 132.136. Ese ‘descuento’ ilegal se tradujo en que pagó 12.000 euros por un vehículo que debería haberle costado la mitad. «Lo que más me duele es que llegué a tener amistad con él y si me hubiese dicho la verdad desde el principio, se lo habría pagado», manifiesta.

Recuerda que su turismo lo adquirió en talleres Peribáñez, en la calle de Ávila, a escasos metros de donde uno de los principales implicados, Juan Ignacio A. L., tenía a su vez el suyo, talleres Fevi. En este último los agentes hallaron numerosos instrumentos para manipular odómetros. «Se rio de mí e incluso me hizo perder la oportunidad de comprar un coche mejor. Ahora, si quiero vender el mío, no vale ni la mitad de lo que pagué», dice. El dueño del taller Peribáñez declinó contestar este lunes a este periódico y se limitó a repetir que él estaba allí solo para vender coches y atender bien a la gente. El juicio por esta venta presuntamente fraudulenta aún no se ha celebrado

No es la primera vez que se destapan estafas de similares características en Aragón, aunque ninguna de las dimensiones de esta última. En una de ellas uno de los inculpados fue condenado a un año y nueve meses de cárcel por trucar los cuentakilómetros de taxis viejos.

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