Heraldo del Campo

El Sobrarbe exprime sus manzanas

Productores de la comarca oscense han elaborado su primer zumo de manzana cultivada en la montaña. Ahora quieren lanzarse a la producción de sidra.

Un momento de la elaboración de zumo de manzana producida en los cultivos de montaña.
Un momento de la elaboración de zumo de manzana producida en los cultivos de montaña.
S. A. S

Convencidos de que esa tendencia agraria que apuesta por grandes explotaciones que exigen una gran cantidad de superficie y un elevado número de cabezas de ganado no es el camino para el desarrollo sostenible del medio rural y mucho menos para fijar la población, los hortelanos de la comarca oscense del Sobrarbe decidieron crear 'Un paso atrás'. Una asociación cuyo nombre deja claro su interés por recuperar «lo bueno del pasado» y cuyo objetivo es «buscar alternativas de producción para las zonas de montaña», señala su fundador y presidente Luis Lascorz.

Para conseguirlo, y como la unión hace la fuerza, Un paso atrás se ha embarcado, junto con la Cooperativa de Sobrarbe, el Cerai, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, los ayuntamientos de Aínsa y Boltaña, la comarca del Sobrarbe, el CITA, el CTA y agricultores a título privado, en un proyecto de cooperación financiado por fondos europeos y del Gobierno de Aragón y que se enmarca en el Plan de Desarrollo Rural de Aragón 2014-2020. Con el nombre de Sobrarbe Agrodiverso y Sostenible, la iniciativa busca diversificar la actividad agrícola de la zona «poniendo el énfasis en los productos y variedades autóctonas», explica Lascorz.

Y ya se han podido degustar los primeros resultados. Una producción de manzana «crujiente y de gran calidad» a la que las condiciones diferenciadoras de la montaña añaden «más dureza, más color y más sabor», explica el presidente de Un paso atrás. Estas manzanas, de hasta 60 variedades diferentes tanto locales como comerciales, comenzaron a cultivarse en tres fincas de la comarca «de forma muy experimental». Uno de los pioneros fue precisamente Luis Lascorz que decidió sembrar estos frutales en 2014. «Ahora han entrado en producción», señala este agricultor, que detalla que la expectativa generada entonces por este proyecto incitó al Gobierno de Aragón y la Cooperativa del Sobrarbe a añadir una nueva explotación. Ahora ya hay ocho implicados cuyos cultivos suman cerca de tres hectáreas.

La idea inicial era destinar el fruto a consumo de mesa. Pero los impulsores del proyecto se han dado cuenta que existen variedades locales «más difíciles de comercializar por su aspecto», que, podría tener una buena salida en el mercado convertidas en zumo.

Lo han demostrado, de momento, en dos jornadas organizadas en el castillo de Aínsa donde han dado a probar los cerca de 600 litros de zumo que obtuvieron de las más de 1.200 kilos de fruta aportados por los productores que se han lanzado a esta aventura. Allí, ‘in situ’, produjeron el néctar utilizando maquinaria adquirida por el Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe -una trituradora, una prensa y una olla con resistencia para la pasteurización- «que aunque no es un equipo industrial es suficiente y muy eficiente para nuestras necesidades reales», explica Lascorz. Y aquellos que lo degustaron se sorprendieron por su sabor suave y dulce, asegura el impulsor de Un paso atrás, que reconoce, sin embargo, que todavía «estamos en proceso de aprendizaje de la técnica».

Este es solo el principio del proyecto. Sus promotores van más allá. Tienen en mente la puesta en marcha de un vivero y quieren, además, lanzarse a la producción de sidra, aunque son conscientes de que esta elaboración exige un proceso más complejo.

También judías y patatas

Con la diversificación de cultivos como bandera, este proyecto ha presentado también en sus jornadas la producción de patatas de Las Bellostas, una explotación que está en crecimiento, así como las diferentes variedades «muchas de ellas locales y muy interesantes» que produce Sara Nevado en una explotación en ecológico de Buerba.

«Creemos que hay grades posibilidades en la comarca para producir calidad y acudir con ella a unos mercados que, cada vez más, demandan productos ecológicos y que llevan detrás una economía local y sostenible», puntualiza Lascorz.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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