Una veintena de guardias civiles de Aragón buscaron sin descanso a Arthur en Mallorca

La Guardia Civil movilizó la semana pasada a 18 especialistas de los GRS del cuartel de Casetas para que se unieran al operativo de búsqueda del niño desaparecido.

Los GRS de Casetas estuvieron rastreando las orillas del río durante toda la semana en busca del niño desaparecido.
Los GRS de Casetas estuvieron rastreando las orillas del río durante toda la semana en busca del niño desaparecido.
Guardia Civil

El hallazgo del cuerpo sin vida del pequeño Arthur, de 6 años y víctima número 13 de las inundaciones del pasado 9 de octubre en Sant Llorenç (Mallorca), ha puesto fin a la misión encomendada a 18 guardias civiles del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de Casetas, desplazados la semana pasada a la isla para sumarse a las labores de rescate. Como el resto de integrantes del operativo de búsqueda –un total de 300-, los aragoneses reconocen que les invade una sensación agridulce. "Nunca perdimos la esperanza de encontrar al niño y se ha conseguido.Pero a todos nos hubiera gustado devolvérselo vivo a la familia", explica el teniente Rafael Arisqueta.

Desde que llegaron el pasado 10 de octubre a Mallorca, los GRS de Casetas han trabajado sin descanso rastreando las zonas más inaccesibles del curso del torrente. Cuando el operario de una pala excavadora se topó ayer con el cadáver del chaval enterrado en el barro, los aragoneses se encontraban a poco más de un kilómetro. "Hemos acudido allí enseguida, porque había que establecer un perímetro de seguridad para preservar la intimidad de la familia y facilitar el trabajo a los forenses", narra el oficial.

Los GRS sabían que cada día que pasaba se desvanecían las posibilidades de hallar al niño con vida, por lo que nunca han escatimado esfuerzos a la hora de desbrozar las orillas y rebuscar entre los escombros y la basura acumulados en cada recodo del río. "Ha habido que tirar de pico y pala, de motosierras y de músculo, porque a nosotros nos tocaba inspeccionar aquellas zonas a las que no podían acceder las máquinas", recuerda Arisqueta.

El hecho de buscar en un torrente totalmente deformado por la fuerza del agua ha complicado bastante las tareas de búsqueda. "Hemos trabajado codo con codo con los geólogos y con los compañeros especialistas en montaña, conscientes de que no podíamos dejar sin revisar nada", apunta el portavoz de la expedición zaragozana.

Aunque no será hasta primera hora de este jueves cuando reciban nuevas órdenes, todo apunta a que una vez recuperado el cuerpo del pequeño los especialistas de Casetas comenzarán a replegarse. "Llevo poco tiempo en la unidad y ha sido mi primera experiencia de este tipo, pero reconozco que son misiones que marcan. Convives con el dolor de la gente y eso es algo que cala y te insufla energía para seguir trabajando sin descanso", aseguraba el teniente Arisqueta.

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