El reto de Cecilia: pedalear por el Annapurna tras superar un cáncer de mama

La zaragozana Cecilia Bona es una de las cinco mujeres seleccionadas para participar en el Reto Pelayo Vida Annapurna. Recorrerán más de 300 kilómetros a 4.000 metros de altitud.

Cecilia Bona, en el reconocimiento médico este miércoles en el hospital Quirón de Zaragoza.
Cecilia Bona, en el reconocimiento médico este miércoles en el hospital Quirón de Zaragoza.
Quirónsalud

Cuando a Cecilia Bona le diagnosticaron cáncer de mama, en febrero de 2017, entró en internet a buscar información sobre mujeres deportistas con cáncer. Esta zaragozana de 41 años siempre ha sido muy aficionada al deporte (sobre todo atletismo y ciclismo) y lo ha seguido practicando durante su enfermedad. En su búsqueda, Cecilia se encontró con el Reto Pelayo Vida: una iniciativa privada con apoyo del Consejo Superior de Deportes, que selecciona cada año a cinco mujeres que hayan superado un cáncer de mama para participar en un reto deportivo. "Me quedé enganchada a sus historias y me dije: 'así es como quiero vivir yo mi enfermedad'", recuerda.

Hoy ella es una de las cinco protagonistas del Reto Pelayo Vida Annapurna 2018. Fue seleccionada entre más de 250 mujeres y está a punto de hacer las maletas para viajar a Nepal. Esta semana está siendo muy intensa de emociones. El martes tuvo la revisión anual con su oncólogo y todo salió bien. Este miércoles pasó el reconocimiento médico previo al viaje en el Hospital Quirón de Zaragoza (el grupo Quirónsalud es el proveedor médico oficial del reto). Los médicos le dijeron que tiene una gran forma física y está preparada. Luego le esperan dos semanas de actos protocolarios en Madrid. Y el 12 de noviembre viajará al valle del Annapurna con sus cuatro compañeras (dos de Madrid, una de Barcelona y otra de Cartagena). Allí harán una ruta en bicicleta de montaña de más de 300 kilómetros a una altitud de 4.300 metros. Les acompañarán un director deportivo, un médico, un fisio, un equipo de logística y otro de grabación.

Cecilia vive en Utebo y trabaja de administrativa en el ayuntamiento de esta localidad. Hace tres semanas pidió el alta voluntaria para incorporarse a su puesto de trabajo tras la enfermedad. Su marido y su hija, de 13 años, han sido un gran apoyo para ella. "Me han acompañado en todo el proceso. Lo hemos vivido con mucha normalidad. Cuando salía de la quimio, si me encontraba bien, nos íbamos a cenar por ahí. Y seguí haciendo deporte: nadar, correr, marcha nórdica, gimnasio. Me ayudaba a encontrarme bien física y mentalmente. También me apunté a clases de baile, me encanta bailar", cuenta como un torbellino y con una sonrisa enorme, poco después de pasar el reconocimiento médico este miércoles.

"Soy una optimista de serie. Ya lo era antes, y ahora mucho más. Siempre enfoco el lado positivo de las cosas. Pasar un cáncer te da muchas lecciones de vida. Recibes tanto de tanta gente: de mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, la gente de mi club (Club Octavus Triatlón), vecinos de Utebo, médicos y enfermeras. También ha habido momentos complicados: los últimos ciclos de quimio fueron muy duros, y cuando te dan algunas noticias en la consulta. Pero siempre miro hacia adelante. Me siento afortunada", asegura.

Reto Pelayo Annapurna

Cecilia recuerda que Día de la Felicidad (20 de marzo), estaba en una conferencia sobre 'La alegría de vivir' cuando le llamaron para decirle que había sido preseleccionada para el Reto Pelayo Vida Annapurna. Después fue a Madrid a una entrevista personal y una prueba deportiva. Finalmente resultó elegida. "Sentí una alegría enorme".

El Reto Pelayo es un viaje muy especial para las cinco mujeres, y les exigirá una gran fortaleza física y psicológica. Cecilia entrena seis días a la semana bicicleta y gimnasio, y cuando puede va la montaña para entrenar en altura. Dentro de un mes estará pedaleando a 4.300 metros de altitud entre las ciudades de Pokhara y Lo Manthang, en el valle del Annapurna.

"El recorrido es muy duro, es una zona abrupta de caminos de tierra y piedras. En algunos tramos, la expedicionarias tendrán que cargar con sus bicicletas. Además, tendrán que repararlas ellas en caso de averías o pinchazos. Se encontrarán en zonas aisladas de difícil acceso para vehículos e, incluso, para helicópteros. A esto se añade la dificultad del ejercicio en alta montaña. La baja disponibilidad de oxígeno a partir de los 2.500 metros hace que el cuerpo se adapte aumentando su frecuencia cardiaca y respiratoria. Esto implica riesgo de sufrir 'mal de altura', deshidratación, taquicardias o insomnio", explican los organizadores.

El cáncer de mama es el tumor más común en las mujeres en los países occidentales. En España, más de 25.000 mujeres son diagnosticadas cada año (datos de la Asociación Española Contra el Cáncer). El Reto Pelayo Vida nació hace tres años para destacar la importancia de la resiliencia y del deporte en la superación del cáncer de mama. En ediciones anteriores, las participantes han escalado el Kilimanjaro, han navegado por el Atlántico y han hecho una travesía por el Ártico.

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