Los embalses encaran la recta final del año hidrológico un 21% más llenos que en 2017

Mequinenza, Mediano y el Grado siguen a más del 60% de su capacidad tras un año marcado por las lluvias

Imagen de archivo del embalse de Cueva Foradada
Embalse Cueva Foradada
Jorge Escudero

Los embalses de la cuenca del Ebro encaran la recta final del año hidrológico, que concluirá este domingo, al 66,5% de su capacidad. Aunque pierden un 2,1% respecto a hace una semana, están 21 puntos por encima del dato de 2017, un año marcado por la sequía. También sacan un 10,1% a la media de los últimos cinco años, que se sitúa para estas fechas en el 56,4%.

El último boletín semanal de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) revela que el volumen embalsado se sitúa en los 5.083 hectómetros cúbicos, siendo la capacidad total de 7.639. Las cifras distan de las registradas en 2017, año que con solo 3.432 hm3 (45%) marca el mínimo del último lustro.

En la margen derecha, la situación sigue siendo complicada, aunque no al nivel de 2017. Sus embalses acumulan actualmente 263 hectómetros cúbicos. Están, de acuerdo con la CHE, prácticamente al mismo nivel que en la media de los últimos cinco años (261 hm3) y muy por encima de los exiguos 167 de hace 12 meses.

El año hidrológico terminará marcado por los grandes usos agrícolas, que este ejercicio, a diferencia del anterior, están más que garantizados en la margen izquierda. El dato final será ligeramente inferior al registrado esta semana, ya que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no prevé precipitaciones significativas para los próximos días en Aragón que puedan compensar los consumos de esta recta final.

Un año de contrastes

A falta de datos definitivos, España va camino de registrar uno de los años hidrológicos más lluviosos desde 2013, una máxima que podría aplicarse en la Comunidad, donde aún se recuerda la avenida extraordinaria del Ebro de abril y las tormentas de este verano, que arrasaron miles de hectáreas y obligaron a extremar la precaución en cauces secundarios y barrancos.

La crecida forzó maniobras de desembalse en Yesa e Itoiz para garantizar niveles de resguardo. También fueron significativas las nevadas, que hicieron que el volumen de nieve acumulada alcanzase cifras de récord en el Pirineo oscense. Las precipitaciones contribuyeron, además, a que los ríos mantuvieran este verano sus caudales ecológicos sin tantos problemas como en otros años.

Ya en julio, tanto Huesca como Zaragoza habían superado los niveles de precipitación medios para un año hidrológico. La situación actual nada tiene que ver con el arranque de 2018, marcado por una sequía que la Comunidad llevaba arrastrando meses.

A estas alturas, embalses como el de Mediano siguen por encima del 60% de su capacidad. Este, en concreto, está al 62,5%, porcentaje que se traduce en 271,8 hectómetros cúbicos. El Grado alcanza el 67,7% (270 hm3) y Mequinenza, el 76% (1.165). La situación es mejor que la registrada hace un año y que el promedio del último lustro. Más testimoniales son porcentajes como el de La Tranquera (36,7%). Ya no son necesarias, en todo caso, las medidas de ahorro impulsadas para combatir la sequía.

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