Doble crimen en Zaragoza: ¿violencia machista o suicidio ampliado?

Algunos expertos aprecian elementos de lo que se define en psiquiatría como suicidio compasivo pero otros advierten que la ley es clara y lo valora como violencia de género.

El crimen cometido ayer tuvo lugar en una vivienda de la calle Viñedo Viejo de Zaragoza.
Bloque en el que se produjo el suceso,en la calle Viñedo Viejo de Zaragoza.
José Miguel Marco

El doble crimen cometido el jueves en Zaragoza por Luis Lasala Mainar, un médico de familia jubilado que se suicidó después de matar a su esposa y a su madre, ha consternado a la sociedad aragonesa y ha provocado opiniones encontradas sobre la procedencia de calificar o no estos hechos como violencia machista o de género. Como tal hubiera actuado la Justicia en el caso de que el homicida no hubiera fallecido, y de hecho es el Juzgado de Violencia contra la Mujer número 1 de Zaragoza el que está instruyendo las diligencias por el doble crimen y posterior suicidio.

Fuentes del entorno de Luis Lasala, de 67 años, explicaron el mismo día de los asesinatos que el hombre estaba sumido en un estado depresivo desde hacía un tiempo. Al parecer, el principal detonante fue el diagnóstico de alzhéimer a su mujer, de 68 años, médica pediatra jubilada. Además, estaba pendiente de su madre, de 92 años, que vivía sola en su casa del Coso Bajo con ayuda de teleasistencia; de su hermano, de 58 años y que desde hace 24 años permanece ingresado en un centro especializado porque sufrió un accidente de montaña que lo dejó tetrapléjico y con daños cerebrales; y de dos primas que estaban gravemente enfermas (de hecho a una de ellas la habían desahuciado hace poco) y no tenían más familia que él.

Esta compleja situación familiar ha hecho que parte de la sociedad aragonesa se resista a calificar los hechos como un crimen machista. Es el caso de las asociaciones de cuidadores de personas que sufren enfermedades degenerativas. "Calificando el doble crimen como violencia de género se está añadiendo un dolor innecesario a la familia", dijo de forma tajante Rosa María Cantabrana Alutiz, presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Zaragoza (Afedaz).

Compromiso emocional difícil

Cantabrana, que abogó por "recabar información" sobre los hechos y "ser prudentes antes de estigmatizar" y emitir cualquier juicio, apunta que los cuidadores de personas enfermas "adquieren un compromiso emocional muy difícil de sobrellevar y muchas veces se ven afectados por la desesperación, la tristeza...". "Consideramos que es un caso de lo que los expertos llaman suicidio compasivo, ampliado o por extensión. En ningún caso lo tratamos como violencia machista", zanja la presidenta de Afedaz.

Consultado por este diario, Pedro Manuel Ruiz Lázaro, jefe de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Clínico de Zaragoza, afirma que en el doble crimen se advierten elementos de lo que se considera suicidio ampliado, pero aludió a la necesidad de ser "prudente" a la hora de valorar este extremo.

En los llamados suicidios ampliados, el principal implicado tiene "ideas de ruina, está desesperado", según el doctor Ruiz, "y no es responsable de sus actos". La única solución para todos los problemas que ven estas personas es, según el facultativo, "acabar con su vida y la de su entorno más cercano". El método para perpetrar su idea suicida, no tiene por qué coincidir en todos los casos.

Para Manuel Calvo, catedrático de Filosofía del Derecho y Sociología jurídica de la Universidad de Zaragoza y autor de múltiples publicaciones e investigaciones en relación a la legislación en materia de violencia de género, no cabe duda de que el asesinato de la madre nonagenaria "encaja en violencia doméstica", pero advierte que resulta "temerario" calificar la otra muerte como violencia machista o suicidio ampliado sin el informe de los forenses, "porque es un documento fundamental". Lo que sí valora el catedrático, aun a la espera de la autopsia, es que "las puñaladas no son compasión".

Gabriela Delsignore Máspoli, profesora asociada del área de Sociología de la Universidad de Zaragoza, explica que el suicidio ampliado o compasivo es característico de los cuadros depresivos, "pero eso no justifica el asesinato". Para la socióloga, quienes los cometen "claramente son personas que resuelven los problemas y los conflictos de manera violenta. Y eso es delito", subraya,

"Cuando hablamos de terrorismo desde la mirada del psiquiatra, terapéutica, se puede encontrar explicación, pero nunca desde el punto de vista jurídico ni tampoco social. Eso es una explicación interna, psicológica, porque si no justificaríamos todos los delitos", advierte.

Gabriela Delsignore entiende el punto de vista de los familiares de los enfermos de alzhéimer en el sentido de la falta de recursos del Estado o de preparación de los familiares, aunque en este caso el homicida era médico. "Pero esta explicación podría avalar cualquier tipo de violencia. Además, la violencia de género estigmatiza a la familia cada vez que se comete un asesinato o un feminicidio, no solo cuando se tiene alzhéimer", manifiesta.

La ley es clara

Desde el punto de vista legal, la profesora expone que tal y como lo recoge la Ley Orgánica de Violencia de Género, el caso es un claro ejemplo de tal. "Así queda patente en su artículo 1, que recoge que su fin es actuar contra la violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres como manifestación de la discriminación, situación de desigualdad y relaciones de poder, por parte de quienes sean sus cónyuges o relaciones análogas", explica.

Aquí, la situación de poder vino dada por la enfermedad de la víctima y su situación dependiente. En el caso de la madre, una persona de 92 años, la ley encuadra su asesinato en la violencia doméstica.

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