La DGA empieza a enviar el cheque para libros, cuyo retraso ha perjudicado a padres y librerías

Los comercios cuentan con personal extra para atender la gran demanda prevista estos primeros días. Educación aún debe las ayudas de comedor de verano a las familias de más de 11.000 escolares.

El AMPA del Puerta Sancho de Zaragoza, ayer, entregó lotes del banco de libros.
El AMPA del Puerta Sancho de Zaragoza, ayer, entregó lotes del banco de libros.
José Miguel Marco

El Departamento de Educación del Gobierno aragonés empezó a enviar ayer a los colegios de la Comunidad los cheques que deben entregar a las familias para que estas puedan adquirir los libros de texto. La demora en la concesión de estas ayudas se arrastra desde su convocatoria tardana poco antes de acabar el pasado curso escolar, una veintena de días más tarde de lo habitual. La dilación ahora en la llegada de los pagarés a los centros, que solía producirse el primer día laboral de septiembre, encendió las alarmas tanto entre los beneficiarios como en los propios establecimientos de enseñanza y en algunas librerías.

Según la resolución provisional de concesión de estas subvenciones para material curricular, publicada a finales de julio, van a llegar a 17.288 alumnos, 1.345 menos que el año pasado (las peticiones también han sido inferiores). El número final de becados suele ser siempre superior a la cifra inicial. El hecho de que la concesión de las ayudas se encontrara en fase de resolución, la definitiva aún no se ha publicado, estaba provocando una dilación. La consejera de Educación, Mayte Pérez, aseguró este martes que los esperados talones ya se estaban remitiendo a las colegios.

El presidente de la Asociación de Librerías de Zaragoza, Óscar Martín, apuntó que este retraso, aunque solo sea de dos días, supone un «auténtico trastorno» para algunos de estos negocios. «Hemos trabajado con la previsión de que el pasado lunes iban a distribuirse ya los cheques, por lo que la mayoría hemos reforzado personal porque siempre se produce un embudo y una gran demanda», explicó. Asimismo, comentó que aunque lleguen este mediodía a los centros, entre que se abren, sellan y validan y acuden las familias a recogerlos no será hasta última hora de la mañana o primera de la tarde cuando se acerquen a los mostradores.

Esta es la principal razón por la que en estas fechas se producen las clásicas filas de espera ante los establecimientos de libros de texto. A ello hay que sumar los volúmenes que llegan a última hora.

«Es una faena, porque la semana que viene vamos a aglutinar gran parte de la labor que no hemos podido hacer en esta», lamentó Martín. Las librerías autorizadas actualmente para la gestión de la adquisición de material curricular son un total de 198: 129 en la provincia de Zaragoza (79 de ellas en la capital aragonesa), 43 en la provincia oscense (16 en Huesca ciudad) y 22 en Teruel (tres en la capital). Al programa están adheridos otros cuatro establecimientos de fuera de la Comunidad en Madrid, Barcelona, San Just Desvern y Sevilla.

Muchos padres son previsores, ya tienen los libros reservados, esperando en las estanterías y en cuanto tengan el cheque en su poder irán a recogerlos. Algunas librerías tienen acuerdos con colegios y les adelantan el lote a los progenitores, avalados por la resolución provisional de concesión de la ayuda. Pero no es el caso de otros, como Jessica Lodoyer, que tiene dos hijos en el colegio Santo Domingo de Zaragoza. «El año pasado los chavales no tuvieron los libros hasta después de las fiestas del Pilar y este curso vamos a peor», lamentó.

Impago de los menús estivales

Lodoyer también reprochó que a estas alturas de septiembre todavía no se han cobrado las becas de comedor de verano. Para ella suponen 300 euros, 180 por un hijo y 120 por otro. De las más de 11.000 concedidas, el dato exacto se conocerá cuando esté lista la resolución definitiva, el 90% las piden en metálico porque en este periodo los niños comen en sus casas, mientras el 10% suelen utilizar el servicio de comedor de las colonias de verano. Un problema que va camino de ser calcado al del año pasado. En 2017 los beneficiarios no cobraron hasta después de las fiestas del Pilar.

Por otra parte, el PP denunció ayer el «agravio» que sufren las familias de Utebo que llevan a sus hijos a colegios concertados. El Ayuntamiento, según explicaron, costea solo los libros de los escolares que acuden a colegios de titularidad pública, incluso aunque estudian fuera de la localidad, pero no a aquellos que asisten a centros concertados, igualmente sostenidos con fondos públicos.

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