Antiguos oficios conservados en museos

Pequeños municipios aragoneses han creado centros donde conservar y difundir los elementos más singulares y valiosos de su historia y patrimonio cultural. Muchos de estos espacios museísticos mantienen la memoria de antiguos oficios tradicionales.

Visitantes en el Museo de la Carpintería y la Fragua de Blesa, en Teruel.
Visitantes en el Museo de la Carpintería y la Fragua de Blesa, en Teruel.
Javier Lozano

«Todos los pueblos tenían herrero, pero en Blesa hace un siglo contábamos con la saga de los Lomba, que no solo manejaban la fragua sino que sabían construir carros», explica Javier Lozano, de la asociación local El Hocino. El valor de esta singularidad es lo que han querido mantener vivo con el Museo de la Carpintería y la Fragua, instalado en el mismo local en que se abrió la carpintería en 1916. Este espacio recuperado «es una manera de poner en valor nuestro patrimonio y añadir un valor turístico a nuestro pueblo», afirma Javier Lozano. Es la asociación y el ayuntamiento los que se encargan de organizar las visitas. El mismo paradigma rige en Caldearenas, donde el ayuntamiento asumió la conservación de la antigua fábrica de harinas, y ahora la organización de visitas.

Por su parte, el Museo de la Trashumancia de Guadalaviar, en torno a la vida pastoril en la sierra de Albarracín, responde más al perfil ortodoxo de un museo, con una colección catalogada, instituto de estudio y publicaciones de investigación. Todos ellos son ejemplos de pequeños municipios que se esfuerzan por mantener viva su historia.

Caldearenas: Fábrica de Harinas 'La Dolores' 

La fábrica de harinas 'La Dolores' de Caldearenas estuvo en funcionamiento de 1925 a 1968. A pesar de que ya cerró, superada por la revolución tecnológica, toda su maquinaria de madera permite al visitante trasladarse al inicio de esa época industrial que supuso el fin de los molinos tradicionales. Conservada en buen estado gracias a los cuidados de su dueño, Fermín Martínez, fue recuperada por el ayuntamiento y ahora es un espacio expositivo que cuenta con paneles informativos y otros elementos museísticos. El precio de la entrada es de 2 euros. Reserva previa en el 974 359 773.

Blesa: Museo de la Carpintería y la Fragua

Desde principios de siglo XX en Blesa, el taller de la familia Lomba con su fragua y su carpintería construían carros, algo muy poco común pues lo normal era que en los pueblos hubiese un herrero o un carpintero. Esta la peculiaridad hizo que en este municipio de la comarca de Cuencas Mineras quisieran crear este museo. Inaugurado en 2004, muestra carretas, toneles, maletas... así como las herramientas y maquinaria con las que se construían. Un conjunto de 200 piezas , cuya función y utilidades dentro del mundo de la carpintería aparecen explicadas en los paneles informativos que acompañan la muestra. La visita cuesta 2 euros; 3 euros en entrada combinada al Molino Bajo y el Centro de Interpretación del Aguasvivas. Reservar visita en el 978 810 241.

Guadalaviar: Museo de la Trashumancia

La ganadería ovina y la industrial lanar fue el pilar de la economía de la sierra de Albarracín durante siglos, protegidas por las institución de la mesta que privilegiaba esta actividad y facilitaba la trashumancia, que todavía se mantiene. En julio de 2001 se inauguró este museo en la localidad de Guadalaviar que quiere mantener presente ese legado. La muestra introduce al visitante en el mundo de la vida trashumante mediante los útiles tradicionales del pastor y la recreación de refugios, abrevaderos o corrales. La visita tiene un precio de 2 euros. Más información: 978 708 255.

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