Alerta en las carreteras

Aragón acumula un 25% más de muertes en accidentes de tráfico en lo que va de año.

La grúa retira uno de los vehículos accidentados en la A-23 en Teruel.
La grúa retira uno de los vehículos accidentados en la A-23 en Teruel.
Jorge Escudero

El repunte de accidentes en vías secundarias y de atropellos ha disparado las muertes en las carreteras aragonesas. El balance desde principios de año es muy negativo: 45 muertos frente a los 36 del mismo periodo de 2017. Es decir, un 25% más de vidas perdidas en el asfalto. Es preciso mejorar la red viaria y hay que aumentar la presión contra el alcohol, las drogas y el uso del móvil

A punto de concluir el mes de agosto y con otra operación retorno a la vuelta de la esquina, las alarmantes cifras de siniestralidad en las carreteras aragonesas deben multiplicar la preocupación de todos. Los 19 fallecidos que se contabilizan entre julio y agosto (el último, justo ayer en Teruel) ya se aproximan a los máximos de siniestralidad en los últimos años: solo los veranos de 2010 y 2013, con 20 y 21 fallecidos, respectivamente, presentaron estadísticas parecidas. De mantenerse esta trágica tendencia, este año podría terminar siendo uno de los peores de la presente década.

Urge, pues, poner manos a la obra para frenar este aumento de la siniestralidad en la red viaria aragonesa. Existen factores que están contribuyendo a disparar la mortalidad. Uno de los destacados es el notable repunte de los accidentes en las carreteras provinciales o autonómicas. A los males estructurales (el mal estado de las carreteras secundarias y también el del parque de automóviles) hay que sumar la notable caída en la tensión y en el interés por hacer cumplir las normas de velocidad y de respeto de las señales. Hay que aumentar la presencia de guardia civiles vigilando las carreteras. El número de agentes ha caído notablemente desde 2012. Además, se debe incrementar la presión contra el alcohol, las drogas y el uso del móvil al volante. Hay que sancionar con más dureza la utilización del móvil mientras se conduce, sea para hablar o para enviar mensajes. Todo es relevante en la imprescindible tarea social de reducir el número de muertos.