Una vivienda de dos o tres habitaciones, salón, cocina y baño, mejor con garaje, y en la zona de los Olivos o en el centro de la ciudad. Es el modelo que mayoritariamente buscan quienes van a alquilar una vivienda en Huesca, donde en los últimos dos años la oferta es escasa y la demanda se acrecienta. Y eso que todavía no se ha empezado a notar el efecto de la reapertura del cuartel Sancho Ramírez, que en 2020 estará a pleno rendimiento con 700 militares de la División Castillejos, ahora en Madrid.

La situación ha llevado a alguna inmobiliaria, como Fincas Alcoraz, a animar a los propietarios a ‘abrir su puerta al alquiler y sacar rendimiento a un piso vacío’. El arrendamiento está garantizado, asegura Victoria Barreu, al frente del establecimiento. Según dice, durante el último año la demanda se ha incrementado debido a la presencia en Huesca de jugadores del fútbol, baloncesto y balonmano; los alumnos de la escuela de pilotos Airways Aviation, estudiantes universitarios...

Ante la gran demanda, "hemos animado a algunos clientes a comprar un piso sencillo, de una o dos habitaciones, para alquilarlo", explica Barreu. Según dice, hay propietarios que piensan que va a ser mejor sacar los pisos al mercado cuando vengan los militares, "pero ahora hay otros perfiles igual de buenos que buscan casa".

Desde Vive Servicios Inmobiliarios, Lourdes Muro reconoce que, ante la reapertura del cuartel, "hay quien se está guardando esos pisos para cuando vengan los militares y sus familias, más estables que los estudiantes". Asegura que quien alquila ahora una vivienda lo hace para un tiempo largo y hay menos movimiento: "Nosotros tenemos pisos arrendados desde 2011 porque ya no hay tanta rotación". Además de estudiantes, alquilan también familias –"porque la gente que no puede comprar vive de alquiler"- así como trabajadores de empresas.

En opinión de Pilar Grasa, de la agencia Su Vivienda, la explicación al desfase entre la oferta y la demanda de pisos de alquiler puede estar en que lo que antes era compra ahora es arriendo. "La vida sigue, la gente se separa o se junta, los jóvenes se van de casa.. y se ha notado que vienen muchas personas de fuera a trabajar aquí, sobre todo al hospital y funcionarios", añade.

La repercusión

Grasa afirma que el incremento de la demanda no solo se mantiene sino que va a más. "Y no tiene nada que ver el cuartel porque los militares aún no han venido", apostilla. Ella tiene sus dudas sobre la repercusión que tendrá la reapertura del cuartel en el mercado de viviendas de alquiler. "El que venga de Córdoba tendrá que buscar casa, pero los que lleguen de ciudades más cercanas pienso que vivirán en el cuartel por no mover a su familia", comenta.

De forma similar piensa Victoria Barreu. "Hay gente que cree que será la panacea, pero hay una residencia dentro del cuartel", apunta. Entiende que los mandos con familia en Madrid no la moverán pero sí cree que "se quedarán los soldados rasos, gente más joven, que harán la vida en Huesca, encontrarán pareja, buscarán un piso de alquiler...". No obstante, insiste en que faltan aún dos años para el desembarco.

"Primero tienen que llegar", dice Javier Caudillo, de Pirineos Casa. "Es seguro que su venida será buena para la ciudad, pero a nivel de vivienda no sabemos qué demanda existirá y qué nos van a pedir, si vendrán familias o gente sola", comenta. Sí tiene claro que si un propietario de una vivienda le quiere sacar rendimiento y hoy tiene un inquilino bueno "no tiene sentido esperar a que vengan los militares".

Según Caudillo, ahora hay menos oferta que hace un año. "Prácticamente no hay vivienda de alquiler disponible", afirma. "Sacas al mercado algo que esté bien y se alquila enseguida y si tarda es porque seleccionamos mucho al cliente", recalca. Asimismo, indica que el desequilibrio entre oferta y demanda empezó hace un año. En cuanto a las causas, apunta que "el empleo ha mejorado y donde primero se nota es en el mercado del alquiler, ya que si viene gente a trabajar a Huesca lo normal es que arriende".