Aragón ha acogido a más de 200 inmigrantes en el último mes

Accem y Cruz Roja siguen teniendo todas sus plazas completas y no descartan que se produzcan más llegadas

Mamadou Sow (de frente), ayer junto a otro de los inmigrantes acogidos en un hotel de Cuarte
Aragón ha acogido a más de 200 inmigrantes en el último mes
Toni Galán

Aragón ha acogido a más de 200 inmigrantes en el último mes. Lo confirman Accem y Cruz Roja, organizaciones que, junto a la Fundación Cepaim, gestionan el programa de acogida humanitaria del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. La mayoría proceden de Mali, Senegal, Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil o Camerún. Aunque unos pocos se han marchado ya a otra Comunidad, la mayoría siguen en Aragón, una situación que ha obligado a aumentar el número de plazas y a recurrir a hoteles de Zaragoza y su entorno.

Accem acogió a un primer grupo de 39 inmigrantes a principios de mes y a otro de 30 a mediados. "Se han ido unos 20. Unos se han marchado a Barcelona, Logroño o Pamplona y otros, directamente, han pedido ir a Bilbao, ya que querían seguir su viaje por Europa", explica su coordinadora en Aragón, Julia Ortega.

Una vez en Zaragoza, el colectivo, en el que trabajan 26 personas, se centra en revisar su estado de salud y determinar si son potenciales solicitantes de asilo o menores de edad, una tarea que no siempre es fácil. "Ahora estamos haciendo pruebas a 10 que creemos que tienen menos de 18 años. Si fuera así, pasarían a ser tutelados por el Gobierno de Aragón", explica. Entre aquellos que no lo son ya hay quien ha tenido tiempo para "tantear" la ciudad. "A corto plazo se quieren quedar todos", señala.

Los recién llegados, afirma Ortega, "están contentos". "Los hay que ya se han puesto en contacto con sus familiares. Tienen muchas ganas de trabajar y hacer cosas, aunque habrá que analizar cada caso y ver qué pueden hacer en su situación administrativa", añade.

Otro problema es el idioma. Una gran parte proceden del África francófona y no saben hablar castellano, aspecto que hace que el choque cultural sea mayor y que necesiten intérprete para comunicarse. Esto también reduce sus posibilidades de encontrar trabajo, de ahí que las organizaciones se centren en enseñarles nociones básicas de castellano al poco tiempo de llegar a Aragón.

La coordinadora autonómica de Accem asegura que Zaragoza, donde residen la mayor parte de los inmigrantes acogidos, "ha respondido muy bien" y agradece el "cariño" de los hoteles y restaurantes que han colaborado en la acogida de inmigrantes. Por el momento desconoce si llegarán más a corto plazo, ya que "suelen avisar con muy poco tiempo". "Son decisiones que se toman en función de las necesidades, aunque los momentos de agobio ya han pasado", dice en referencia a la situación que se vivió con el Aquarius en junio.

Una afluencia "excepcional"

Ortega sostiene que las entradas de este verano son "similares" a las del pasado año. "Hubo un número importante de peticiones de asilo de inmigrantes que llegaban a través del aeropuerto de Madrid-Barajas", recuerda. En Cruz Roja, los últimos meses sí han sido excepcionales. Sobre todo teniendo en cuenta que la organización se ha estrenado en atención humanitaria este mismo año.

Su responsable de Intervención en Zaragoza, Julián Martínez, asegura que en este mes han pasado por sus instalaciones entre 130 y 140, una cifra que se eleva por encima de los 250 si se tienen en cuenta los registros de julio. En Cruz Roja sí esperan más movimiento de cara a las próximas semanas, ya que el flujo "es constante". Las 36 plazas de su centro de acogida están ya ocupadas y las 50 de traslados se completan en cuanto hay una vacante. "Hay altas y bajas prácticamente a diario", recalca.

Solo en el último mes y medio han recalado en el centro de acogida 91 inmigrantes, mientras que el resto, unos 174 según los datos de Cruz Roja, lo han hecho en las plazas de traslados. En este último caso, trabajadores y voluntarios se centran en facilitarles la llegada allá donde dicen (en ocasiones tienen amigos o familiares en otras comunidades). En el centro, explica Martínez, la estancia máxima es de tres meses, aunque se puede ampliar a seis "en caso de especial vulnerabilidad". "Primero se les presta atención sanitaria y, posteriormente, reciben clases de conocimiento del entorno o de lenguaje", indica.

La vida a 4.000 kilómetros de Senegal

Mamadou Sow, de 34 años, es uno de los seis inmigrantes que se alojan actualmente en Cuarte de Huerva. Las últimas semanas las ha pasado en un hotel restaurante elegido por Accem como alternativa a la falta de plazas provocada por las llegadas masivas a Zaragoza. Las 12 que posee en dos pisos de la capital están cubiertas, de ahí que haya tenido que buscar alojamientos temporales a unos kilómetros de la ciudad. "Ahora estoy mejor", dice Sow en francés en el comedor del hotel, donde comparte mesa con otros cinco inmigrantes que prefieren no profundizar en su situación.

En Senegal, su país de origen, no tiene esposa. Tampoco padre y su madre "está ya muy mayor", por lo que descarta intentar traerla a Zaragoza. Las próximas semanas serán claves para su futuro en España, donde le gustaría residir. Sow había intentado llegar hasta en cinco ocasiones en busca de una vida mejor. La última, según cuenta, "a través de Marruecos". Hasta aclarar su situación, espera en el hotel y sus alrededores, donde a menudo es visitado por el equipo de Accem.

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