El día que volvió a nacer Villa, uno de los cinco Magníficos

El atentado de Cambrils cogió al jugador del Real Zaragoza con su mujer en el club Naútico y se quedaron a tres metros de uno de los terroristas que ametralló a los Mossos.

Juan Manuel Villa, este viernes, en el club Náutico de Cambrils, donde se refugió el día del atentado.
Juan Manuel Villa, este viernes, en el club Náutico de Cambrils, donde se refugió el día del atentado.
José Carlos León

El interior izquierdo del glorioso Real Zaragoza Juan Manuel Villa tiene la costumbre de pasar seis meses del año en Vilafortuny y acudir a cenar al club Náutico de Cambrils, donde es socio y tiene fondeado un barco. Aquel jugador espectacular de los cinco Magníficos junto a Canario, Santos, Marcelino y Lapetra, que metió 70 goles en aquel equipo mítico de los años 60, invitó a un matrimonio de Torredembarra a cenar aquel 17 de agosto del 2017 y sobre las doce de la noche los acompañaron para recoger su coche en el parking y volver a casa. Cuando regresaban al club Náutico para hacer lo propio con el suyo y regresar a Vilafortuny, Villa y su mujer vivieron la noche más larga de su vida en medio de un atentado yihadista. Se quedaron a las puertas del chalé del restaurante, vieron la llegada del Audi A3 negro de donde salieron los cinco yihadistas armados tras chocar contra un coche de los Mossos y volcar. Y no se movían.

"Nos salvamos de milagro con mi mujer porque uno de los terroristas que se parapetó detrás del coche se puso a disparar a los Mossos y al final se quedó a tres metros nuestro. Si se hubiera dado la vuelta nos podía haber matado allí. Nos ayudó un vigilante del club y nos metió en un baño. Estábamos cinco personas", recuerda Juan Manuel Villa a HERALDO por teléfono, poco antes de salir de su casa de Zaragoza hacia Vilafortuny, donde permanecerá hasta septiembre como acostumbra. El atentado no ha cambiado sus costumbres, por lo que piensa regresar a cenar al club Náutico y acudir al acto institucional la mañana del sábado.

Villa cumplirá 80 años el 26 de septiembre. Este sevillano y madrileño que se hizo aragonés en 1963, cuando llegó al Real Zaragoza, ha veraneado siempre entre Salou y Vilafortuny. El año pasado volvió a nacer en Cambrils.

El matrimonio Villa se quedó "paralizado" apoyado en una valla próxima al club Náutico mientras cruzaban balas de un lado a otro. "Nos refugiaron y no pudimos salir de allí hasta las 3.00. Llamé a los Mossos y no nos dejaban salir porque no sabían si había más comandos", relata el histórico futbolista del Zaragoza, o un coche bomba, como temían los Tédax al llegar allí esa noche.

Cuando el matrimonio del futbolista se pudo refugiar en el baño del club, un terrorista cogió a la señora de Zaragoza, Ana María Suárez, de 67 años, cuando iba por el paseo hacia el Salud y la mató a puñaladas, con uno de los cuatro cuchillos y un hacha que adquirieron a las 21.26 en una tienda de chinos situada en el centro de Cambrils.

El día que volvió a nacer Villa, uno de los cinco Magníficos

Guarda en la memoria hacia dónde se iba cada uno de los terroristas porque podían seguirlos desde el Náutico. A cuatro de ellos pudieron verlos cerca, armados con sus cuchillos y los cinturones de explosivos simulados, donde cayeron abatidos primero por un policía de los Mossos, y el quinto, también, pero a unos 400 metros del club.

"Por seguridad estaba todo el paseo desierto y nos avisaron por altavoces de que no saliéramos del club, del que soy socio. Había bastante gente metida en el restaurante. Cuando nos dejaron irnos hacia las tres de la madrugada no pude coger el coche en el parquin del Náutico y nos fuimos a casa en taxi", indica el futbolista, quien califica esa noche como "un momento irreal" que quiere olvidar como si no hubiera pasado de verdad para borrarlo.

Luego se encontraron con el matrimonio de Torredembarra a los que habían acompañado a por su coche y les contaron que los efectos del atentado les impidió irse de Cambrils. Los Mossos no les permitieron salir del parquin con el vehículo por motivos de seguridad y les acompañaron hasta un hotel para refugiarse, donde acabaron quedándose a dormir hasta el día 18 de agosto.

Una tragedia para superar

"Lo pasamos muy mal. Fue una tragedia de la que nos libramos por cuatro metros y porque el terrorista estaba más pendiente de los policías. Si hubiera dado la vuelta y nos ataca, allí nos hubiéramos quedamos", reflexiona el futbolista, pasado el año del atentado. Cuando ocurrió hace un año, optó por quedarse en casa y callar todo lo que vivió.

Villa explica que al día siguiente del atentado, el 18 de agosto de 2017, "parecía que no había pasado nada". "He vuelto todos los años y no voy a dejar de hacerlo porque vivo allí seis meses", se despide Juan Manuel Villa.

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