La lluvia afecta a cuatro vuelos, corta el tranvía y derriba 50 árboles, tejados y postes de iluminación

La tormenta cerró el aeropuerto y obligó a desviar dos aviones y a cancelar la salida de otros dos. La caída de una rama sobre la catenaria dejó sin convoyes al tramo del Actur durante una hora.

La tormenta ha descargado con fuerza en diferentes puntos de la capital.
La tormenta ha descargado con fuerza en diferentes puntos de la capital.
Oliver Duch

La gran tormenta registrada este domingo por la tarde en Zaragoza volvió a obligar a emplearse a fondo a Bomberos y Policía Local, con decenas de salidas y servicios por todos los barrios de la capital. Sobre todo, porque la lluvia llegó acompañada de fuertes rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora y derribaron medio centenar de árboles solo en la vía pública. En el parque Tío Jorge cayeron también otros 17 ejemplares, por lo que habrá que esperar al recuento definitivo para hacer un balance completo.

Ramas y un árbol arrancado de raíz por culpa de la lluvia y el viento.

Según fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza, al cierre de esta edición, los servicios de emergencia habían atendido unas 50 llamadas de ciudadanos afectados por la tormenta, pero tenían otro centenar pendiente de dar respuesta. De hecho, la intención era ir dando solución a todos los casos en función de su gravedad.

Fue precisamente una rama caída sobre la catenaria en la calle de María Montessori la que dejó sin servicio de tranvía al barrio del Actur durante una hora. Según la empresa concesionaria, afortunadamente, los daños causados en el tendido no fueron importantes, por lo que los técnicos pudieron reparar pronto la avería para que los convoyes volvieran a circular hasta la parada de la avenida de la Academia General Militar. Durante el tiempo que duró la reparación, se habilitaron autobuses alternativos.

Esta, en todo caso, no fue la única incidencia que afectó a la línea. También hubo que achicar el agua del paso subterráneo de Parque Goya, en la avenida de las Majas de Goya, que se inundó e interrumpió la circulación del tranvía.

Los pequeños ‘tornados’ que azotaron la ciudad desde las 16.30 se llevaron también numerosas antenas, toldos, contenedores y mobiliario de hostelería. Las mesas y sillas de muchas terrazas de bares ‘volaron’ literalmente por las calles en algunos puntos de la capital, provocando por momentos el caos y situaciones de peligro. También se desprendió de su anclaje al menos un semáforo en el camino de las Torrecillas. Por suerte, no hubo que lamentar accidentes de tráfico ni tampoco ningún transeúnte resultó herido.

El viento hizo caer también un árbol sobre la autovía A-68 a su paso por el barrio de Monzalbarba, por lo que la Guardia Civil de Tráfico tuvo que cortar el carril izquierdo en sentido Logroño hasta que lo retiraron. Tampoco aquí hubo víctimas, ya que no pasaba entonces ningún vehículo por este tramo.

En la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza se vino abajo un enorme pino, uno de los más altos y más longevos de las instalaciones de la carretera de Valencia.

La Policía Local cortó 13 calles

La caída de árboles, algunos de gran tamaño, llevaron a la Policía Local a cortar al tráfico hasta siete calles de Zaragoza: Somport, Madrina Salinas, Elvira Hidalgo, San Juan de la Peña, Pantano de Yesa, Valle de Pineta y Unceta. A estas hay que sumar otras seis, que también quedaron restringidas a la circulación por inundaciones u otras incidencias. Por acumulación de agua se cerraron Ronda de Boltaña, Ernesto Che Guevara y el camino Torrecillas, mientras que por la caída de cables se hizo necesario cortar las calles de José Oto, Artieda y La Virgen (esta última, en el barrio de Montañana).

Según informó el Ayuntamiento de Zaragoza, en la calle Almadieros del Roncal se produjo también un reventón de tubería que obligó a movilizar a las brigadas de conservación e infraestructuras. Los bomberos llegaron a tener siete intervenciones a la vez y se generó, incluso, hasta lista de espera para atender incidencias.

De la fuerza con que el viento sopló por la tarde en la capital aragonesa dan cuenta los daños sufridos en el campo de fútbol de la Unión Deportiva Los Molinos, en el barrio de Valdefierro. La cancha se había reinaugurado precisamente por la mañana, con la presencia del alcalde, tras la colocación del nuevo césped artificial. Por la tarde, las fuertes rachas de viento hicieron caer los postes que sujetan la red de protección perimetral y sobre los que están instalados los focos de iluminación. Estos se doblaron literalmente, cayendo sobre una de las porterías y en un camino colindante. A esa hora no había nadie en las instalaciones.

El viento desprendió también parte del tejado de una escuela de educación infantil ubicada en el número 44 de la calle Valle de Gistaín, en la margen izquierda. Algunas de esas tejas ‘volaron’ hasta la cubierta de un garaje anexo, provocándole también daños.

Además, hubo afecciones en la calle de Félix Rodríguez de la Fuente, cercana al parque Bruil, donde las ramas cayeron encima de varios coches y provocaron daños materiales.

El agua cerró el aeropuerto

Sin llegar a registrarse imágenes como las que se hicieron virales en las redes tras la fuerte tormenta del mes de julio, el aeropuerto de Garrapinillos volvió a verse afectado de nuevo por las filtraciones de lluvia. Hasta allí tuvieron que trasladarse los Bomberos para achicar el agua que se coló en parte de la terminal de pasajeros. El personal de limpieza tuvo que emplearse a fondo para minimizar las afecciones.

Pero la tormenta afectó también a las pistas, ya que durante el momento de mayores precipitaciones fue preciso cerrar el aeropuerto al tráfico aéreo. Ello obligó a desviar a Barcelona dos vuelos de la compañía Ryanair: uno que venía de Londres y otro que procedía de Palma de Mallorca. Ambas aeronaves tenían previsto despegar después de Zaragoza hacia esos mismos destinos, pero no pudieron hacerlo y los vuelos fueron cancelados. La previsión era que el último vuelo de la jornada, con destino también a Mallorca, saliese a las 22.25 como estaba previsto. Al ser contingencias meteorológicas las que provocaron el desvío y la cancelación de estos vuelos, los pasajeros no podrán solicitar daños y perjuicios a la compañía.

En el resto de la provincia

Además de en la capital aragonesa, las tormentas descargaron con fuerza sobre muchos municipios de la provincia. Entre otros, San Mateo de Gállego, donde se vieron obligados a suspender inicialmente el pregón de fiestas para hacer después uno "exprés". En localidades como Used, en la comarca del Campo de Daroca, la lluvia llegó acompañada de granizo.

La tormenta hizo que el termómetro se desplomara 17,7 grados en solo una hora. La estación del barrio de Valdespartera marcaba 35,3 grados a las 15.20 y a las 16.50, apenas 17,6. Zaragoza, al igual que el resto de la comunidad aragonesa, se mantuvo toda la jornada en prealerta por lluvias y tormentas. Las precipitaciones también se notaron en el caudal del río Ebro, que pasó de 50 metros cúbicos por segundo a 72,8 en solo una hora, según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Para este lunes, la Agencia Estatal de Meteorología ha levantado todos los avisos. No se prevén precipitaciones y las máximas alcanzarán los 34 °C, una tendencia que, de cumplirse las previsiones, continuará al menos hasta el próximo sábado.

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