Las mujeres pierden esperanza de vida en Aragón, mientras que mejora en los hombres

Es la quinta vez que se da este fenómeno en la Comunidad en más de 40 años y supone el mayor retroceso para la salud femenina en este periodo.

Aragón registra más muertes que nacimientos desde hace más de tres décadas
Las mujeres siguen teniendo una esperanza de vida superior a los hombres en Aragón.
Laura Uranga

El número de personas centenarias en Aragón se ha duplicado en los últimos años. Las mejores condiciones de vida, los avances sanitarios y una alimentación más cuidada han propiciado que superar ampliamente  los 100 años de vida no sea algo imposible. Como resultado, cada aragonés que nació en 2017 tiene una esperanza de vida de más de 83 años. A pesar de que esta expectativa se ha reducido ligeramente en comparación con 2016, sigue estando por encima de la media española. La razón de este retroceso se encuentra en que las mujeres han perdido alrededor de cuatro meses de esperanza de vida: de 86,34 a 86,05 años. Este descenso es, junto al registrado en 2003, el más importante que ha sufrido el sector femenino desde hace más de 40 años (no se tienen datos anteriores a 1975).

“Aunque esta reducción no puede considerarse un cambio de tendencia; sí que es cierto que la esperanza de vida de la mujer se va a ir igualando a la del hombre debido a que los hábitos saludables de ambos géneros cada vez son más similares”, explica Carlos Gómez, catedrático de Sociología de la Universidad de Zaragoza. Es necesario destacar que este descenso en la esperanza de vida femenina ha ido acompañado por un aumento en la de los hombres. Una situación que solo se ha dado cinco veces en los últimos 40 años (generalmente siempre siguen la misma tendencia -al alza o la baja- o es solo la mujer la que experimenta un incremento de la esperanza de vida). Como indica Gómez, estos cambios se deben a una mayor igualdad en los hábitos de vida.

“Tradicionalmente el hombre se ha visto sometido en una proporción mayor de posibles causas de muerte como accidentes laborales, de tráfico, enfermedades cardiovasculares por razón de estrés, hábitos de alimenticios, consumo de alcohol, tabaco… Esta situación se sigue dando, pero en las últimas décadas se ha producido una equiparación entre ambos sexos”, recuerda Gómez. Prueba de ello es que a principios del siglo XX llegó a haber casi 7 años de diferencia entre la esperanza de vida de hombres y mujeres. Ahora a penas se superan los 5 años y medio.

Una de las razones es la incorporación generalizada de la mujer al mundo laboral (en la mayoría de las ocasiones, el trabajo fuera del hogar se une al de dentro, donde todavía no existe una corresponsabilidad completa) y el incremento en el consumo de tabaco y alcohol de este colectivo. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los fallecimientos por tumores de tráquea, bronquios y pulmón se han triplicado entre las mujeres en los últimos 20 años; mientras que entre los hombres han crecido un 38%. Lo mismo ocurre con otros tumores respiratorios, que en el caso de los hombres se mantienen sin cambios y en las mujeres han pasado de suponer un fallecimiento a más de una decena.

A pesar de estos cambios, Gómez considera bastante improbable que la esperanza de vida de ambos sexos llegue a equipararse en algún momento: “Aunque la diferencia entre géneros podrá aproximarse en las próximas décadas, previsiblemente nunca llegarán a igualarse por cuestiones laborales y de estilo de vida”. Gómez recuerda que según se incremente el nivel cultural de la población, se mejore la medicina preventiva y continúen los programas de educación para la salud y para el aprendizaje de hábitos saludables (principalmente entre la población juvenil), la esperanza de vida para ambos géneros puede alcanzar índices más altos a los actuales. No obstante, puntualiza que la longevidad tiene un tope (todavía desconocido) como consecuencia del deterioro biológico de la persona.

Madrid, los más longevos

Aragón se situaba hace un década como la sexta con mayor esperanza de vida. Esta situación tan positiva para los recién nacidos ha ido empeorando ligeramente en los últimos años, llegando en 2017 a posicionarse como la octava autonomía en la que hay más perspectivas de envejecer. Esto se debe principalmente al incremento de la esperanza de vida tanto en Cantabria como en Cataluña, llegando a superar en ambos casos los 83,3 años. No obstante, ninguna de estas dos comunidades son las que lideran este ranking de años por vivir: Madrid lleva en el primer puesto desde hace más de una década.

Según los datos difundidos recientemente por el INE, los madrileños tienen la expectativa de vivir más de 84 años y medio. Posteriormente se encuentran los navarros (83,83), castellanoleoneses (83,81), riojanos (83,62) y vascos (83,53). En el lado opuesto están las ciudades autónomas de Ceuta (79,37) y Melilla (80,36). Dentro de la península, son los andaluces los que tienen menores perspectivas de una vida longeva: 81,84 años.

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