Los embalses alcanzan los mejores registros de julio de los últimos 16 años

Las abundantes lluvias y el deshielo garantizan todos los usos en la margen izquierda, pero preocupa la derecha

Estado actual del embalse de La Tranquera, a más del 50% de su capacidad
Los embalses alcanzan los mejores registros de julio de los últimos 16 años
Macipe

Los embalses de la cuenca del Ebro han alcanzado los mejores registros de los últimos 16 años para una recta final de julio. Las abundantes lluvias de la primavera y el verano, unidas al deshielo, han elevado el volumen de agua embalsada hasta el 85,5%, un porcentaje que empata con el de 2012 y que, como confirman fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), garantiza la cobertura "de todos los usos" en la margen izquierda. La derecha sigue atravesando un momento delicado por la falta de precipitaciones, aunque este no será su peor año.

Los índices de sequía de la CHE evidencian que la situación de ambas márgenes nada tiene que ver con la de 2017, un año marcado por la sequía en el que gran parte de las subcuencas estuvieron en niveles de alerta o emergencia. Ahora, en cambio, el color verde, que marca una situación de normalidad, es el predominante. Los embalses almacenaban esta semana en torno a 6.530 hectómetros cúbicos de agua, muy por encima de los 4.970 hm3 (65,1%) de hace un año, cifra que marca el mínimo del último lustro, y de los 5.625 (73,6%) de promedio de los últimos cinco.

También se alejan de los registros de temporadas como la 2004-2005, en la que el volumen embalsado apenas superaba el 54% de la capacidad máxima, de la 2010-2011, en la que se quedó al 66,2%, o de la 2015-2016, año en que los embalses marcaron un 73,1% por estas mismas fechas.

Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirman que 2018 está siendo un año "húmedo", ya que tanto Huesca como Zaragoza han superado los valores habituales del año hidrológico, que va de octubre a septiembre. Las lluvias de julio han beneficiado a los cultivos, que apenas han tenido que hacer uso del agua embalsada, circunstancia que se notará en los meses venideros. Otra consecuencia de la ‘buena racha’ iniciada en abril es que se han mantenido los caudales hidrológicos y no ha habido incumplimientos, ya que, según explican desde la Confederación, "la propia cuenca los ha aportado de forma natural".

El deshielo, que amenazaba con provocar una segunda avenida extraordinaria por la elevada cantidad de nieve acumulada en el Pirineo, no ha provocado grandes afecciones. Sí ha obligado a realizar importantes trabajos de gestión en los embalses situados entre Huesca y Lérida.

La CHE confirma que, teniendo en cuenta el volumen de nieve existente, que aún se acumula por encima de los 2.500 metros, ha sido más rápido de lo esperado, ya que las lluvias han acelerado el proceso. El fin de la sequía ha hecho que el Ayuntamiento de Calatayud haya levantado las restricciones que se autoimpuso en noviembre de 2017. El Consistorio bilbilitano limitó el riego de las zonas verdes y redujo el baldeo de las calles, que pasó a utilizar 8.000 litros en vez de 16.000. "Se quitaron en cuanto subió el nivel del embalse", explica la concejala de Medio Ambiente, Esther Herrero.

Se refiere a La Tranquera, que hace prácticamente un año estaba al 15% de su capacidad. Ahora, en cambio, supera el 50%, según el último boletín semanal de la CHE. Mediano almacena actualmente 369,7 hectómetros cúbicos (85,1%) y El Grado, 373,6 (93,4%). Yesa, por su parte, se sitúa al 83,5% y acumula 373 hm3. Estas cifras garantizan que no habrá problemas de abastecimiento y que el año agrícola terminará sin restricciones en la margen izquierda. En la derecha, hace un año ya se habían solicitado aportaciones desde el embalse de Lechago, paso que no se ha dado pero que, en vista la situación actual, no se descarta. Allí, las reservas están al 55%. El dato se asemeja al promedio de los últimos cinco años (56%) y se aleja del preocupante 39% (246 hectómetros cúbicos) que marcaban los embalses hace justo un año.

Los riegos, sin problemas de abastecimiento

El presidente de la Federación de Regantes del Ebro, César Trillo, da por garantizado el riego a la demanda en la margen izquierda, una situación "que nadie imaginaba" a principios de año. "Esperábamos una campaña muy dura. En marzo solo teníamos el 25% del agua que necesitábamos, pero todo cambió de golpe y porrazo. Fue totalmente inesperado", reconoce.

El campo vive un año "especialmente húmedo" en el que, salvo sorpresas, no habrá problemas de agua. La pena, explica Trillo, es que "se han vertido más de 1.100 hectómetros cúbicos" por las altas reservas de los embalses y el deshielo, que obligó a guardar un volumen de resguardo para evitar complicaciones. "Acabaremos el año con los pantanos vacíos y habrá que volver a mirar al cielo", vaticina.

Las últimas lluvias también han sido beneficiosas para el maíz y la alfalfa, cultivos predominantes por estas fechas. "El año pasado no fue del todo malo, pero notamos mucha diferencia", afirma Trillo, que agradece el "vuelco a la estadística" que han provocado las constantes precipitaciones que se vienen registrando desde el mes de marzo.

Problemas y soluciones

El también presidente de Riegos del Alto Aragón admite que, en estos momentos, nadie se plantea cupos o restricciones, situación que sí se dio a principios de año por la sequía. El problema de la margen derecha, recalca, "es que no llueve". "Pero eso no quiere decir que no se puedan hacer cosas. Mularroya, por ejemplo, podría ser la solución para el Jalón", apunta. En su opinión, la zona seguirá sufriendo esta misma situación si no se interviene, ya que, por más que ha llovido este año, las subcuencas siguen allí en niveles de alerta.

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