Heraldo del Campo

Más seguros debido al tiempo adverso

Durante los seis primeros meses la superficie con cobertura se ha incrementado casi un 5% respecto al mismo periodo del año anterior. Y es que los siniestros que provoca la meteorología tampoco dejan de crecer.

Un agricultor de Gallocanta observa su cultivo de cereal arrasado por una tormenta de granizo el pasado 2 de julio.
Un agricultor de Gallocanta observa su cultivo de cereal arrasado por una tormenta de granizo el pasado 2 de julio.
Macipe

Lluvias torrenciales (casi hasta tropicales); temporales de frío siberiano u olas de asfixiante calor que llega desde África; vientos huracanados o pedrisco (unas veces como garbanzos, otras como pelotas de tenis). El tiempo es cada vez más caprichoso y sus efectos más siniestros, especialmente en negocios como el agrario cuya actividad se desarrolla al aire libre.

Por eso el campo se está haciendo cada vez más seguro. Lo corroboran unas cifras de récord. Si el pasado año la contratación de seguros agrarios se disparó, alentada por una grave sequía que provocó elevadas pérdidas especialmente en los cultivos herbáceos (que ocupan una importan superficie tanto en Aragón como en el conjunto de España), este ejercicio lleva camino de superarse el listón, evidenciando así una tendencia al alza que no ha dejado de crecer desde 2015.

En los seis primeros meses de este año, los agricultores aragoneses han contratado 27.651 pólizas, una cifra que supone un incremento del 0,75% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, según los datos de Agroseguro, con estas declaraciones están cubiertas 522.540,95 hectáreas, un 4,76% más que en el primer semestre de 2017. Y eso que todavía faltan por contratar los seguros del cereal, ya que las suscripciones se realizan en el segundo semestre.

La situación es prácticamente un calco de lo sucede en el conjunto del país. Según los datos del sistema español de seguros agrarios combinados, hasta finales del mes de junio se habían suscrito 271.680 pólizas que dan cobertura a una superficie de 3,63 millones de hectáreas (un 23,55% más que en el mismo periodo de 2017) y a una producción de 22,48 millones de toneladas (un 8,15% más que el ejercicio anterior), con un capital asegurado de 7.712 millones de euros (lo que representa un incremento del 7,15%). Unas cifras que sitúan al primer semestre de 2018 como el mejor de los últimos ocho ejercicios, tanto en producción como en capital asegurado.

Hay mayor concienciación y una profesionalización en el sector que explican la positiva evolución del aseguramiento agrario. Pero también necesidad, porque en lo que va de año, según las cifras de Agroseguro actualizados el pasado 18 de julio, la adversa meteorología ha dejado daños en más de 179.000 hectáreas –de todo tipo de cultivos– repartidas por la práctica totalidad de las comarcas aragonesas.

Más seguros debido al tiempo adverso

En los últimos años, el aseguramiento agrario no ha dejado de crecer. Lo hizo incluso el pasado año, en el que llegó a alcanzar cifras récord, a pesar de que supuso un mayor desembolso para el agricultor después de que el Gobierno decidiera recortar en 10 puntos la subvención con la que se abarataba el coste de las coberturas.

Todo indica que las cifras mantendrán la tendencia al alza este ejercicio. Así lo reflejan los datos de Agroseguro relativos al primer semestre del año, donde el número de declaraciones suscritas se ha incrementado un ligero 0,75%, pero la superficie asegurada ha pasado de las casi 499.000 hectáreas en el mismo periodo de 2017 a las casi 523.000 que ya tienen cobertura en los seis primeros meses de este ejercicio, lo que supone un incremento del 4,76%. Un porcentaje que se ha disparado hasta los dos dígitos en el aseguramiento cultivos significativos en la Comunidad aragonesa. Así, la producción forrajera tiene este año asegurada un 87,51% más de superficie que en el ejercicio anterior, y en los cultivos de cereza las coberturas realizadas en los primeros seis meses protegen 3.655,19 hectáreas, un 17,03% más que el pasado año. También se observa un mayor aseguramiento en los cultivos de hortalizas, donde las poco más de 4.200 hectáreas aseguradas en 2017, se han incrementado este año hasta las 5.207,69, es decir, un 23,64%.

"Se observa que el sector se ha dado cuenta de la importancia del aseguramiento", explica el director territorial de Agroseguro en Aragón, Juan Cruzán, que reconoce que la obligatoriedad de disponer de estas coberturas para acceder a las ayudas públicas cuando se producen pérdidas por un siniestro también explica una parte de este crecimiento. "Todo suma", destaca, pero insiste que no es menos importante que el sector es cada vez más consciente de la utilidad de esta herramienta. Además, "está muy profesionalizado y por eso, y como sucede en todas las sociedades modernas, el seguro está más desarrollado", puntualiza.

Pero sin duda el mayor empuje del aseguramiento agrario lo ha propiciado la percepción del riesgo, cada vez mayor, "porque en una zona como la nuestra este es muy elevado", matiza Cruzán. La prueba está en las cifras. Hasta el pasado 18 de julio, las adversidades meteorológicas especialmente, pero también los incendios o la fauna silvestre y cinegética, han causado daños en 132.000 parcelas de la Comunidad, que ya suman 179.083,53 hectáreas.

Si a simple vista la cifra evidencia el complicado arranque de ejercicio, cobra más relevancia si se compara con los años anteriores. Ya es algo superior al número de hectáreas afectadas durante todo 2017, un año en el que la sequía se convirtió en el azote de los cultivos, en especial de los herbáceos. Entonces fueron algo más de 146.000 las parcelas siniestradas, en las que los daños se repartieron por casi 177.000 hectáreas. Y casi triplica la superficie en la que en 2016 Agroseguro recibió declaraciones de siniestro. Hace dos años, según estos datos, poco más de 68.000 hectáreas, que correspondían a 52.850 parcelas, sufrieron daños.

Pedrisco y sequía

Los datos dicen mucho de "lo atípico de este año". El pedrisco se ha convertido en el auténtico protagonista. Las tormentas de granizo, con piedras del tamaño de garbanzos unas veces, o de la dimensión de una pelota de tenis en otras, mantiene en vilo a los agricultores desde hace prácticamente tres meses, y especialmente en las últimas semanas. De hecho, de las hectáreas siniestradas hasta el 18 de julio, algo menos de la mitad, 86.065 lo han sido por granizo, lo que supone el 48% del total. Un porcentaje que no aparece, ni de lejos, en los últimos cuatro años, en los que la superficie dañada las temidas bolas de hielo no superaban, en el peor de los casos, el 30% del total, y eso que en dichas cifras el cómputo hacía referencia a los doce meses del ejercicio.

Las intensas lluvias de primavera y verano –algunas acompañadas de vientos huracanados– han hecho olvidar los estragos de la sequía, pero la falta de precipitaciones también ha dejado su huella en los cultivos aragoneses en lo que va de año. Y aunque está lejos de esas más de casi 95.000 hectáreas siniestradas por la ausencia de agua el pasado año, ya son más de 56.500 las hectáreas en las que se han declarados daños por sequía. "Los cultivos necesitan agua, pero también que esta llegue a tiempo y lo que ha ocurrido este año es que ha llovido mucho, pero no cuando debía por lo que no ha dado tiempo a que se recuperaran los cultivos en los que había mala nascencia", explica Cruzán. Y avanza que esta cifra continuará aumentando, porque conforme se van cosechando las zonas más tardías se van presentando nuevas declaraciones de siniestro por las pérdidas causadas por la sequía.

"A veces se nos olvidan también las heladas, que afectan mucho a los frutales y que en lo que va de año también acumula daños en numerosas hectáreas", recuerda el director territorial de Agroseguro. En concreto en unas 2.000 hectáreas.

Cultivos y comarcas

Cruzán destaca además otra realidad característica de este año. La siniestralidad no distingue cultivos ni comarcas. Especialmente los herbáceos, pero también los frutales, los forrajes, las hortalizas, los viñedos... la práctica totalidad de los cultivos han protagonizado los partes de siniestro. Se sitúan en el podio los trigos y la cebada (suman 127.209 hectáreas), la fruta de hueso (11.004 hectáreas) y la alfalfa (más de 5.000). Y da igual la comarca en la estén situadas, porque los efectos de los meteoros han recorrido de norte a sur las tres provincias aragonesas. La peor parte se la ha llevado la comarca de Zaragoza (52.817 hectáreas) el Bajo Aragón (16.312) y la Hoya de Huesca (10.767).

"Es mucha siniestralidad", insiste Cruzán, que reconoce, sin embargo, que si estuviéramos hablando de sequía la cifra sería más elevada, porque afecta especialmente a los cultivos herbáceos, muy extendidos en Aragón. Pero hay un matiz. La de este año es "una siniestralidad de alto coste", porque ha dañado una importante superficie de frutales, cuyas producciones tienen mayor valor, lo que va a provocar que las indemnizaciones a las que tiene que hacer frente Agroseguro sean "muy elevadas".

Porque además en este tipo de cultivos el nivel de aseguramiento es alto. Hay un motivo especial por el que estos productores son conscientes de la importancia de la cobertura en sus explotaciones. "Si un fruticultor no cobra por su producción pierde todo su beneficio pero también la inversión realizada, por lo que las posibilidades de tener que abandonar son muy altas", dice Cruzán.

No sucede lo mismo en ganadería, donde hay mayor resistencia al seguro agrario. Sin embargo, sectores tan potentes en Aragón como el porcino están comenzando a ser conscientes de la necesidad de protegerse ante los riesgos, señala el representante de Agroseguro, que insiste además en el constante trabajo realizado por esta entidad hace coberturas "más a la medida" de los ganaderos y agricultores aragoneses.

Más información en el suplemento Heraldo del Campo

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión