A falta de nueve días para que termine el mes, julio ya se ha revelado como uno de los peores de los últimos años en lo que a siniestralidad vial se refiere. Las carreteras aragonesas se han cobrado la vida de diez personas desde el día 1 hasta hoy, una cifra que obliga a volver la vista atrás hasta 2011 para encontrar unas estadísticas de fallecidos tan nefastas, porque aquel mes de julio se registraron diez muertos, tres la última semana.

La tendencia que ha tenido este mes no es ajena a la que marcó el primer semestre de 2018, un periodo que ya registró peores datos que los años anteriores. Entre el 1 de enero y el 30 de junio se registraron en Aragón 33 accidentes de tráfico que provocaron 25 víctimas mortales, una más que en el mismo periodo de 2017 y 11 más que en 2016.

Este año se han contabilizado más accidentes y más graves: en cuatro siniestros ha habido que lamentar la muerte de varias personas. El último accidente con múltiples fallecidos se registró el 11 de julio en la A-1503 entre El Frasno y Sabiñán. Dos turismos chocaron frontalmente y provocaron la muerte de un hombre, conductor de uno de los vehículos implicados, y una mujer que viajaba como pasajera en la parte trasera del otro coche. Además, este accidente se saldó con tres heridos más, dos de gravedad.

La peor estadística, en Zaragoza

La triste lista de vidas segadas por la carretera no entiende de sexo, edad o condición, y siempre incluye decenas de trágicas historias. Entre los fallecidos de 2018 en Aragón se contabilizan dos bebés de pocos meses de vida (uno de ellos murió en un accidente sucedido el 5 de julio en Sástago y el otro el 4 de febrero, junto a su madre, en un choque múltiple en la A-23 a la altura de Paniza en medio de unas duras condiciones climatológicas). También se encuentra entre los fallecidos de este 2018 un joven de 19 años de Castellón que volvía a casa tras haber disfrutado de las fiestas de La Vaquilla en Teruel. Así como otras personas que volvían o iban a sus trabajos, se dirigían a pasar unos días de vacaciones o regresaban a casa tras visitar al médico.

La provincia de Zaragoza ha registrado siete de las diez muertes contabilizadas este mes. De hecho, el último accidente mortal tuvo lugar el pasado sábado en Remolinos, cuando poco antes de las 21.50, un hombre de 61 años se salió con su coche del camino conocido como la Montilla y chocó contra una acequia.

Por meses, julio registra los peores datos de siniestralidad y las cifras podrían ser aún peores teniendo en cuenta que dentro de nueve días se pondrá en marcha la operación salida de agosto. Febrero y junio, con seis fallecidos cada uno, y mayo, con cinco, son los otros periodos con más víctimas.

Nuevas medidas de la DGT

La reciente vuelta de Pere Navarro a los mandos de la Dirección General de Tráfico (DGT) es una buena noticia para la seguridad vial en España. No hay que perder de vista que en su anterior etapa en el cargo, entre 2004 y 2012, consiguió reducir drásticamente la cifra de accidente mortales. Cuando Navarro llegó a la DGT, la media era de 5.000 fallecidos al año, mientras que en el momento que dejó la dirección se contabilizaron unas 2.000.

A pesar de la severa reducción de la siniestralidad vial, las cifras de fallecidos siguen siendo inasumibles tanto para la DGT como para la sociedad española. De ahí que ya haya planteado, entre otras cosas la modificación del carné por puntos (para endurecer las penas por utilizar el móvil al volante, por ejemplo) y la multiplicación de las pruebas de alcoholemia y drogas para llegar a los cinco millones de tests al año.